Ir al contenido principal

1907 ALMANAQUE MUNDIAL Frida

Frida  Kahlo

El 6 de julio de 1907 nace Frida Kahlo, pintora mexicana con una personalidad intransigente y de colores brillantes


El 6 de julio de 1907 nació Magdalena Carmen Frieda Kahlo y Calderón, en Coyoacán, México, más conocida solamente como Frida Kahlo. Fue una pintora mexicana con una personalidad intransigente y de colores brillantes, con retratos que tratan temas como la identidad, el cuerpo humano y la muerte. A menudo se la identifica como surrealista. Además de su trabajo, fue conocida por su tumultuosa relación con el muralista Diego Rivera, con quien se casó en 1929, se divorció en 1939 y se volvió a casar en 1940.
Nació de un padre alemán de ascendencia húngara y una madre mexicana de ascendencia española e indígena. Durante su carrera artística, exploró su identidad al representar con frecuencia su ascendencia como opuestos binarios: el lado colonial europeo y el lado indígena mexicano.
De niña, sufrió un ataque de polio que la dejó con una leve renguera, una dolencia crónica que soportaría durante toda su vida. Estaba especialmente unida a su padre, fotógrafo profesional, y ella lo ayudaba en su estudio, donde adquirió un buen ojo para los detalles.
Aunque tomó clases de dibujo, estaba más interesada en la ciencia, y en 1922 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria en la Ciudad de México para estudiar medicina. Allí conoció a Rivera, que trabajaba en un mural para el auditorio de la escuela.
En 1925, sufrió un accidente de ómnibus, que la hirió tan gravemente que tuvo que someterse a más de 30 operaciones médicas a lo largo de su vida. Durante su lenta recuperación, aprendió sola a pintar y leyó mucho, estudiando el arte de los Viejos Maestros.
En una de sus primeras pinturas, Autorretrato con un vestido de terciopelo, pintó un majestuoso retrato de sí misma hasta la cintura contra un fondo oscuro con ondulantes olas estilizadas. Aunque la pintura es bastante abstracta, el modelado suave de Kahlo de su rostro muestra su interés por el realismo. La mirada estoica tan predominante en su arte posterior ya es evidente, y el cuello y los dedos exageradamente largos revelan su interés por el pintor manierista Il Bronzino.
Después de su convalecencia, se unió al Partido Comunista Mexicano y volvió a toparse con Rivera. Ella le mostró algo de su trabajo y él la animó a seguir pintando.
Después de casarse con Rivera en 1929, cambió su estilo personal y de pintura. Comenzó a usar el vestido tradicional de tehuana que se convirtió en su marca registrada. Consistía en un tocado de flores, una blusa holgada, joyas de oro y una falda larga con volantes.
Su pintura Frieda y Diego Rivera de 1931 muestra no solo su nuevo atuendo sino también su nuevo interés por el arte popular mexicano. Los temas son más planos y abstractos que los de su trabajo anterior. El imponente Rivera se encuentra a la izquierda, sosteniendo una paleta y pinceles, los objetos de su profesión. Él aparece como un artista importante, mientras ella, menuda y recatada a su lado, con su mano en la de él y con la piel más oscura que en su trabajo anterior, transmite el papel que ella supuso que él quería: una esposa tradicional mexicana.
Pintó esa obra mientras viajaba por los Estados Unidos, entre 1930 y 1933, con Rivera, quien había recibido encargos de murales de varias ciudades. Durante este tiempo, soportó un par de embarazos difíciles que terminaron prematuramente. Después de sufrir un aborto espontáneo en Detroit y más tarde la muerte de su madre, pintó algunas de sus obras más desgarradoras.
En Henry Ford Hospital de 1932, se representó con una hemorragia en una cama de hospital en medio de un paisaje árido, y en My Birth de 1932 pintó una escena bastante tabú de una mujer amortajada dando a luz.
En 1933, regresaron a México con Rivera: vivieron en una casa recién construida, con espacios individuales separados, unidos por un puente. La residencia se convirtió en un lugar de reunión para artistas y activistas políticos, y la pareja recibió a Leon Trotsky y André Breton, un destacado surrealista que defendió el trabajo de ella. Breton escribió la introducción al folleto de su primera exposición individual, describiéndola como una surrealista autodidacta. La exposición fue en la Julien Levy Gallery de Nueva York en 1938 y fue un éxito.
Al año siguiente ella viajó a París para mostrar su trabajo. Allí conoció a más surrealistas, incluido Marcel Duchamp, el único miembro al que supuestamente respetaba. El Louvre también adquirió una de sus obras, The Frame (c. 1938), convirtiéndola en la primera artista mexicana del siglo XX en ser incluida en la colección del museo.
A mediados de la década de 1930, numerosas aventuras extramatrimoniales, en particular la de Rivera con la hermana menor de ella y las de Kahlo con varios hombres y mujeres, habían socavado su matrimonio y se divorciaron en 1939.
Ese mismo año, pintó algunas de sus obras más famosas, incluyendo Las dos Fridas. El lienzo inusualmente grande (de 1 metro74 por un 1 metro 73) muestra figuras gemelas tomadas de la mano, cada figura representando un lado opuesto de Kahlo. La figura de la izquierda, vestida con un traje de novia de estilo europeo, es el lado que Rivera supuestamente rechazó, y la figura de la derecha, vestida con atuendo tehuano, es el lado que Rivera amaba más.
Se exhibe el corazón completo de la indígena Frida, y de él parte una arteria que conduce a un retrato en miniatura de Rivera que sostiene en su mano izquierda. Otra arteria se conecta con el corazón de la otra Kahlo, que está completamente expuesta y revela la anatomía interna. Se corta el extremo de la arteria y la europea Frida sostiene un instrumento quirúrgico aparentemente para detener el flujo de sangre que gotea sobre su vestido blanco.
Se reconcilió con Rivera en 1940 y se mudaron a la casa de su infancia, La Casa Azul, en Coyoacán. En 1943 fue nombrada profesora de pintura en La Esmeralda, Escuela de Bellas Artes del Ministerio de Educación.
Nunca completamente bien, su salud comenzó a empeorar aún más, y con frecuencia recurría al alcohol y las drogas para aliviarse. No obstante, siguió produciendo durante la década de 1940. Pintó numerosos autorretratos con variados peinados, vestimenta e iconografía, mostrándose siempre con una mirada impasible y firme, por la que se hizo famosa.
Se sometió a varias cirugías a fines de la década de 1940 y principios de la de 1950, a menudo con largas internaciones.
Hacia el final de su vida, requirió ayuda para caminar. Aparece en Autorretrato con Retrato del Dr. Farill de 1951, sentada en una silla de ruedas. Su mala salud hizo que asistiera a su primera exposición individual en México en 1953 acostada en una cama.
Murió en La Casa Azul de Coyoacán, un año después, la causa oficial documentada como una embolia pulmonar. Era el 13 de julio de 1954
Después de su muerte, Rivera rediseñó La Casa Azul como un museo dedicado a su vida. El museo Frida Kahlo se abrió al público en 1958, un año después de la muerte de Rivera.
Aunque ella había logrado el éxito como artista durante su vida, su reputación póstuma creció constantemente desde la década de 1970 y alcanzó lo que algunos críticos llaman “Fridamanía”. Es quizás una de las artistas más conocidas del siglo XX. Las partes dramáticas de su vida, la lesión debilitante del accidente de ómnigus, el matrimonio turbulento, las aventuras amorosas sensacionales y el consumo excesivo de alcohol y drogas, inspiraron muchos libros y películas durante los años posteriores a su muerte.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.