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Estampa de Nuestro Señor de las Libranzas |
Todos los 23 mayo se celebra en Jume Esquina, recordando a un vendedor ambulante que pidió este culto
La fiesta del Señor de las Libranzas se celebra cada 23 de mayo en Jume Esquina, departamento Figueroa, a 25 kilómetros al este de La Cañada y a unos 150 kilómetros de la capital.La celebración, que reúne a miles de promesantes, comerciantes y vendedores ambulantes, se hace en honor a una imagen de Cristo crucificado, conocida como el Señor de las Libranzas. La devoción comenzó en 1917, aunque algunos relatos sitúan su origen en 1925, cuando un vendedor ambulante, tras llegar sano y salvo a su hogar luego de un viaje peligroso, atribuyó su protección a una estampa del Crucificado que llevaba consigo. En agradecimiento, donó la imagen a los vecinos de Jume Esquina, pidiéndoles que cada 23 de mayo le rindieran culto para recordar su salvación.La imagen venerada es una estampa enmarcada que representa a Cristo en la cruz. En 1952, el cuadro original sufrió daños por un incendio, por lo que fue reemplazado por una imagen similar que continúa siendo objeto de devoción.
La fiesta, declarada de Interés Cultural por la Cámara de Diputados de Santiago del Estero, se extiende también al 24 de mayo y combina elementos religiosos y culturales. Las actividades comienzan el día previo con una vigilia que incluye serenatas y la participación de artistas invitados. El 23 de mayo, la jornada comienza a las 7 de la mañana con una salva de bombas, seguida a las 9 por una celebración de la Palabra. A las 10, se recibe a los promesantes y feligreses que llegan de diversas localidades, algunos caminando largas distancias como acto de fe.
A la 1 de la tarde se suele realizar un encuentro social y cultural, y a las 2 se lleva adelante una actividad recreativa infantil. A las 4, comienzan las alabanzas, seguidas por la procesión central a las 5 de la tarde, en que la imagen del Señor de las Libranzas es llevada en andas por las calles de Jume Esquina, acompañada por cánticos, rezos y bailes tradicionales.
A las 6 de la tarde, se celebra la misa central, y a las 8, se rinde un homenaje con presentaciones de academias de danza y artistas locales.
El 24 de mayo, las actividades concluyen con una nueva salva de bombas a las 7, una procesión matutina a las 8 y la desconcentración a las 9.
La fiesta destaca por su arraigo en la religiosidad popular, integrando tradiciones como el uso del quichua y el castellano en los cantos y oraciones. La procesión es el momento culminante, con la imagen del Crucificado como foco de devoción, tocada o besada por los fieles.
Con el tiempo, la celebración ha evolucionado, incorporando elementos festivos como el rezabaile, una práctica que fusiona lo sacro con manifestaciones culturales antiguas, atrayendo a visitantes de toda la provincia y más allá.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
En Brasil el culto es al livramento, que explican es la ocurrencia de algo menor para evitar un mal mayor.
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