Ir al contenido principal

RELIGIONES Más vale perderlas que encontrarlas

Gusanos anticomunistas de Miami

Lista no exhaustiva de las creencias que hay en el mundo y a las que nunca habría que adherir


Hay religiones en que no creo y a esta altura de la parranda no creo que me vayan a convencer nunca para que acuda a sus altares, encienda velas a sus santos o predique en favor de sus dioses o como sea que los llamen. Quizás usted comparta las mismas fobias o tal vez sea adorador de alguno de sus divinidades, si es así, a vuelta de correo exponga sus razones, por favor, para que el resto del mundo sepa cuál es su vero pensamiento. No es que no conozca la utilidad de alguna para solucionar dramas de la vida práctica, pero no las creo religión ni veo porqué arrodillarme ante sus dioses. Ahí van.
Veganismo, ecología, flores de Bach, liberalismo, evangelismo (y sus pastores y predicadores), justicialismo, vegetarianismo, budismo, yoga, santiagueñidad, xenófobos, bombolegüerismo, fascismo (algunos amigos se van a enojar), ovnilogía, paracaidismo, patrioterismo (o su variante más suave, el patriotismo), hispanidad, teología de la liberación, socialismo, tucumanidad, anticolonialistas, roqueritos, comunistas y otros estalinistas, nihilistas, igualitarismo, sustentabilidad, hembrismo, protestantes, sostenibilidad, capitalismo, otredad (no sé qué quiere decir), radicalismo, sororidad, cureros, mormones, federales, esoterismos varios, homeopatía y brujerías afines, nacionalistas (alguna vez milité en sus filas, báh, militar, lo que se dice militar, mucho no, pero algo sí, mea culpa).
No es que los odie ni que les tenga rabia, de hecho, tengo amigos que creen en alguna de estas religiones, es simplemente que ya no voy a ser feligrés permanente de alguna de sus varias parroquias. Puede ser que un día almuerce solamente ensalada de lechuga y tomate o vea un ovni o pasen un tango por la radio, eso no me va a convertir en vegetariano, ovnívolo (o como se escriba), o tanguero fanático.
Hay otras devociones iguales o peores como el antivacunismo (y todas esas oscuras teorías conspirativas ideadas por los genios del mal), negritud, humanismo (y sus derivados, los derechos humanos y el derechohumanismo), rotarios, calvinistas, tangueros, argentinidad, demócratas cristianos, izquierdismo, incluyentes e inclusivos, selección nacional de fútbol, adventistas, cordobeses, libertarios, optimistas incurables, libre comercio, democracia, ateísmo, chauvinistas, forestales, partidocracia, cumbiancherismo, chupamedismo, modernistas, feminazis, angurrientos, latinoamericanismo, obviedades, libertad, igualdad, fraternidad (siempre van juntas, tienen miedo de que si las agarran una por una las hagan cagar por mentirosas, falsas y quilomberitas).
Me parece, humildemente, que el mundo tiene herramientas para su subsistencia y desarrollo, pero creer en ellas como factor de perfeccionamiento del alma sería lo mismo que enamorarse de un martillo o una tenaza.
Tampoco tengo fe en los paralelepípedos (no sé qué son, pero por las dudas), fóbicos, libros de autoayuda, yoporejemplistas, masones (dicen que han vuelto a Santiago, ¡uy! qué miedo, mirá cómo tiemblo), terraplanistas, extremismos (según), bandeños convencidos, socialdemócratas, futbolerismo, chupacirios, feministas leves, luteranos, folklorismo, ¿porteños dice?, me caen bien, marcas de autos, ropa, gusanos anticomunistas de Miami, electrodomésticos, nudismo, jesuitas, tucumanos, amigos de perros y gatos (mascotismo en general), cinéfilos, pacifismo, scouts (si existieran o existiesen todavía), lamebotas, ambientalistas, objetividad, islamismo, papólatras.
Uf, hay muchas más. Oiga, ¿usted cree que podrá agregar otras execrables creencias para engordar esta lista? Si es así, hágalo aquí abajo.
Saludos.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Muy buen artículo provocativo, que invita a la discusión. Habrá que ver cuantos aceptan esa invitación, además de emitir monosílabos onomatopéyicos.
    Obviamente en los ejemplos se mezclan religiones, creencias, estilos de vida, hobbies, filosofías de vida, gustos, y otras posiciones y tendencias. El problema es, como lo sugiere la nota, cuando la gente adhiere a ellas de manera religiosa, o las práctica como religiones. Y peor aún, cuando grupos se tribalizan alrededor de ellas, adoptándolas cómo verdad revelada incuestionable, y se auto-asignan poseedores de un virtuosismo indiscutible al tiempo que se denosta cualquier visión en contrario.
    Encuentro que generalmente se adoptan cualquiera de esos "....ismos" por puro sentimiento irracional, sin previo análisis sobre si encajan en el contexto de las propias ideas y posiciones de la persona sobre otros asuntos. Y cuando se quieren acordar empiezan a aparecer sus propias contradicciones internas y se les arma un lío mental tratando de justificar lo que no encaja.
    En esas ocasiones es cuando suelo disfrutar de derrumbar sus endebles convicciones, generalmente sostenidas con palillos, lo que sólo requiere presentarles unos pocos planteos contrastantes bien articulados.

    ResponderEliminar
  2. Comparto. Nada de eso, convertido en religión, es objeto de mi Fe. Agrego un par: El Progreso indefinido y la Libertad de prensa. No hace falta que firme, el autor me debe oler.

    ResponderEliminar
  3. Y el canibalismo...? Tienes algo contra eso...? No lo nombras.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

ANTICIPO El que vuelve cantando

Quetuví Juan Quetuví no anuncia visitas sino memorias, encarna la nostalgia santiagueña y el eco de los que se fueron, pero regresan en sueños Soy quetupí en Tucumán, me dicen quetuví en Santiago, y tengo otros cien nombres en todo el mundo americano que habito. En todas partes circula el mismo dicho: mi canto anuncia visitas. Para todos soy el mensajero que va informando que llegarán de improviso, parientes, quizás no muy queridos, las siempre inesperadas o inoportunas visitas. Pero no es cierto; mis ojos, mi cuerpo, mi corazón, son parte de un heraldo que trae recuerdos de los que no están, se han ido hace mucho, están quizás al otro lado del mundo y no tienen ni remotas esperanzas de volver algún día. El primo que vive en otro país, el hermano que se fue hace mucho, la chica que nunca regresó, de repente, sienten aromas perdidos, ven un color parecido o confunden el rostro de un desconocido con el de alguien del pago y retornan, a veces por unos larguísimos segundos, a la casa aquel...

CALOR Los santiagueños desmienten a Borges

La única conversación posible Ni el día perfecto los salva del pronóstico del infierno, hablan del clima como si fuera destino y se quejan hasta por costumbre El 10 de noviembre fue uno de los días más espectaculares que regaló a Santiago del Estero, el Servicio Meteorológico Nacional. Amaneció con 18 grados, la siesta trepó a 32, con un vientito del noreste que apenas movía las ramas de los paraísos de las calles. Una delicia, vea. Algunas madres enviaron a sus hijos a la escuela con una campera liviana y otras los llevaron de remera nomás. El pavimento no despedía calor de fuego ni estaba helado, y mucha gente se apuró al caminar, sobre todo porque sabía que no sería un gran esfuerzo, con el tiempo manteniéndose en un rango amable. Los santiagueños en los bares se contaron sus dramas, las parejas se amaron con un cariño correspondido, los empleados públicos pasearon por el centro como todos los días, despreocupados y alegres, y los comerciantes tuvieron una mejor o peor jornada de ve...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...