Imagen de ilustración del periódico palestino |
Las comunidades beduinas del manantial Al—Auja, se enfrentan a reiterados intentos de los colonos para apoderarse del agua y expulsarlos
Nota sin firma
en el diario
Al—Ayyam
de Ramala
Jericó. Vecinos de comunidades beduinas cercanas al manantial Al-Auja, al norte de Jericó, se enfrentan a repetidos intentos de los colonos de apoderarse del agua y expulsarlos, en medio de condiciones de vida difíciles y arduas.
En medio de estos intentos, el agricultor Farhan Musa Ghawanmeh, de 42 años, que vive en Ain al-Auja, mira con pesar el agua del manantial y señala sus cultivos, que se han visto afectados por la sequía como consecuencia de la falta de agua, resultado de las políticas de ocupación que impiden su transporte o uso.
"Nuestra existencia ha estado ligada desde tiempos inmemoriales al manantial, que siempre estaba rebosante de abundante agua", dijo Ghawanmeh, que señaló los repetidos ataques de los colonos después de que el extremista Smotrich irrumpiera en el manantial e intensificara su presencia para controlarlo.
Este mes, los colonos establecieron un nuevo puesto de avanzada en tierras propiedad de familias palestinas de la ciudad de Al-Auja. También quemaron cuatro casas beduinas y cortaron el suministro de agua apta para riego y agricultura a las comunidades beduinas.
El extremista Smotrich, acompañado por el jefe del Consejo de Asentamientos del Valle del Jordán y líderes de los colonos, irrumpió en el manantial de Al-Auja, al norte de Jericó, prometió controlarlo y apoderarse de los alrededores.
Ghawanmeh mencionó que los colonos establecieron un puesto esta semana, a 500 metros del canal del manantial, y trajeron forraje, tiendas de campaña y materiales, y ayer a la mañana comenzaron a retirar tuberías y líneas de agua que conducían a las comunidades beduinas cerca del manantial Auja.
Además dijo: “Nos vemos obligados a llenar los tanques de agua con agua de manantial con gran peligro por temor a la persecución y el acoso de los colonos y los soldados de ocupación”. Este beduino es uno de los cientos de vecinos y agricultores que se han visto privados de agua de Auja y han estado viviendo del ganado durante generaciones.
“Se trata de una nueva crisis del agua que amenaza gravemente la vida en la región, además de otros factores relacionados con los riesgos de asentamiento y la dificultad de la vida en el Valle del Jordán”, confirma Ghawanmeh.
Los colonos atacaron una reunión en la primavera de Ain al-Auja, el 5 de este mes, escribieron consignas racistas en las casas de los ciudadanos y quemaron cuatro de ellas pertenecientes a la familia Najada al-Kaabneh.
El granjero Ayed Musa Najada, uno de los vecinos cuya casa fue quemada al oeste del Canal Auja, se vio privado de acceso a agua corriente debido al asentamiento y los repetidos ataques de los colonos. Sostuvo que los asentamientos de avanzada ahora están bloqueando el acceso al agua para los vecinos de estas áreas.
Ver aquí la nota en árabe, en el diario en que fue publicada
Añadió: "Los repetidos ataques de los colonos amenazan su existencia en sus tierras y les obligan a marcharse, y no les queda otra opción que afrontar y defender su derecho a la vida”, a la vez que destacó que el manantial de Auja no es sólo una fuente de agua, sino más bien una base para la supervivencia de los beduinos en sus tierras y su derecho a la vida.
Najada fue arrestado por la policía de ocupación. Debido a enfrentamientos con colonos que irrumpieron en las comunidades beduinas de Al-Auja y las atacaron.
El supervisor general de la organización “Al-Baidar” para la defensa de los derechos de los beduinos, Hassan Malihat, afirmó que los colonos tienen como objetivo las aguas del manantial de Auja para apoderarse de ellas, expulsar a los beduinos e impedirles el agua, y de esta manera hacen que los beduinos enfrenten un conflicto existencial con los colonos, además de su lucha con las duras condiciones de vida.
Indicó que los ataques de los colonos continuaron durante este mes en Al-Auja, el más reciente de los cuales fue quemar cuatro cuarteles para familias, cortarles las líneas de agua y robarles sus ovejas varias veces.
Malihat explicó que la vida de las comunidades beduinas, especialmente en el Valle del Jordán, se vio muy afectada por los intentos de la ocupación de deportarlos, mediante la política de demoler viviendas, cortar el agua y establecer asentamientos avanzados que controlaban grandes extensiones de tierra. De esta manera —subrayó —aumentaron sus tasas de pobreza y desempleo.
©Ramírez de Velasco
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