Ir al contenido principal

DILEMAS ¿Cruz o Messi?

Messi pide tarjeta para un judor del otro equipo

Qué elegir entre Cruz, el que se pliega a Martín Fierro para que no lo maten o los futbolistas que señalan la falta ajena

Si hay algo que odian los argentinos es al denunciante. Es el que, ante una determinada mala acción de alguien, pega el grito: “¡Fue él!”. En otros países quizás sean tenidos como una bendición, aquí no. Recuerde que cuando Martín Fierro es acorralado por una partida de policías que lo anda buscando, saca su cuchillo y se dispone a vender su vida a buen precio. Con los policías venía uno que, al verlo defenderse tan corajudo, pega el grito: “Cruz no consiente, que se mate así a un valiente”. Sin conocer a Fierro, sin saber de qué se lo acusa, sin tener en cuenta que está del lado del orden constituido, se pasa de bando y luego lo acompaña en su huida a la tierra de los indios. Elige el destierro antes la comodidad de vivir bajo el amparo de la ley. Oiga, sólo porque lo ve valiente y cree que va a perder contra la policía, es decir, no piensa en las felonías que lo señalan como gaucho matrero, que ha cometido felonías, sino que, para salvarlo, se atiene solamente a su valentía.
¿Está bien lo que hace Cruz?, ¿es malo tener al Martín Fierro como poema épico nacional? Quién lo sabe, ¿no? De todas maneras, ese episodio queda grabado como una de las características del ser argentino, su intrínseca calidad de tal. Desconfía de la ley, porque sabe que detrás de ella se esconde la mano de los poderosos y, por lo tanto, no entrega a los suyos: sabe que una vez en sus garras estará preso de todas las injusticias que los Tribunales propinan a quienes se alzaron contra el orden establecido, contra el sistema, contra el régimen, que luego Hipólito Yrigoyen describiría como “falaz y descreído”.
Que era lo que hacía Martín Fierro, aún sin saberlo. Peleaba contra las políticas que lo habían obligado a enlistarse como carne de cañón, porque, para la nueva civilización en ciernes, era un obstáculo molesto que se debía remover, junto a lo que las viejas gordas de aquel tiempo, encabezadas por Domingo Faustino Sarmiento, consideraban que era todo el gauchaje, un grupo de subhumanos ordinario, bárbaro, poco obediente, incivil. Al final el objetivo se logró, sobre todo cuando el gobierno, en el mejor de los casos olvidó su existencia a la hora de armar la nueva Argentina que estaba naciendo y en el peor lo relegó a vivir en las orillas de las ciudades, como mano de obra barata de las nacientes industrias.
En cierta medida y en ciertos ambientes, su recuerdo siguió vivo, sobre todo en esa expresión del romanticismo europeo que aquí tomó el nombre de folklore y pervive de la mano de una música popular, disfraces y modos que pretenden remedar, muchas veces sin llegar ni a aproximarse, las modas y los modos de los gauchos, pero igualmente lo hace con mucha admiración por lo que supone que eran, más que por lo que llegaron a ser.
Y sigue existiendo también, en la reticencia del hombre poco aculturado por las nuevas costumbres televisivas, a entregar a la justicia a sus amigos a sus conocidos e incluso a desconocidos. Cuando lo esposan para llevarlo preso al vecino, ni siquiera comenta sus faltas, dice: “Algo habrá hecho”, y sigue en lo suyo. Pero no especula si ese “algo” estaba bien o estaba mal y mucho menos acude a la Justicia para agravar su situación. Eso no hace un buen vecino, sea lo que fuere el otro.
Y, mire usted, otra cultura se abre paso a saltos agigantados en la experiencia cotidiana de los argentinos. Llega de la mano del fútbol. Se debe notar que es un deporte que nació en Inglaterra, como un juego de caballeros, es decir, gente que se reúne por diversión y por competir en forma alegre y despreocupada. El árbitro se introduce solamente con ánimo de ordenar el juego, determinar faltas en situaciones dudosas, avisar que se terminó el partido. Si tuviera el mismo espíritu de antaño, los futbolistas respetarían sus decisiones y lo ayudarían en su trabajo, diciéndole, por caso: “Señor, la pelota me dio en la mano, así que, por favor, anule el gol que acabo de convertir”, o “veníamos corriendo rápido y en mi afán por llegar a la pelota, lo empujé al otro, cobre un penal en favor de su equipo”.


Los jugadores, son buchones, ortibas (batidores), delatores, alcahuetes, soplones, botones, sapos, pero a un nivel que ni Dios se animaría a llegar si volviera a la Tierra hecho un demonio. Es muy común observar en los campos de juego, a futbolistas haciendo gestos exagerados, descomunales para señalar al referí, faltas reales o supuestas del equipo de enfrente, al rato mostrarse callados y silenciosos cuando el infractor es uno con su misma camiseta.

Si los antónimos valieran también para la vida, esta manera de actuar sería la contraria de la que se espera de un gaucho. Ni siquiera es una actitud evangélica, pues allí se llama a no criticar la paja en el ojo ajeno, evitando nombrar la viga en el propio. San Mateo en su capítulo 7, les dice hipócritas con mucha razón, por supuesto.
Ahora viene la pregunta para interpelar a los lectores (y no vengan con la falacia del tercero excluido u otras ´mileicidades´ (huevadas tipo Milei), ¿qué pretenden como paradigma personal y ejemplo para los hijos?, ¿ponerse del lado del oprimido por la in - justicia de la ley, como Cruz, o señalar con el dedo y haciendo morisquetas al que tocó sin querer la pelota con la mano? Dicho de otra forma, ¿usted es parte de aquella Argentina con valores criollos, elige una nueva ética basada en la moral protestante de acusar al vecino porque tira la basura a la vereda o quiere que sean como Messi, que señala las faltas de los rivales, pero se hace el tonto cuando ve las del propio equipo?
Dicho de otra forma, ¿usted es es futbolista o es gente?
Juan Manuel Aragón
A 2 de diciembre del 2024, en Roca y 3 de Febrero. Haciendo fila para entrar.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

  1. Es que en este país el denunciado se hace denunciante. La víctima se piensa victimizar y pasar por victimario. Y el consejo corriendo la escopeta. Por algo dicen Dios Salve a su señoría,porque sus derechos no dan el señorío al que pide justicia

    ResponderEliminar
  2. Tengo mis dudas con respecto a la actitud de los ciudadanos, de evitar acusar o denunciar a propios y extraños.
    Con gran desilusión fui testigo de la actitud de la población toda, durante los encierros por la farsa del COVID, de acusar y denunciar ante las autoridades hasta a miembros de la propia familia, por "violar" los mandatos de encierro y toda la serie de medidas orwellianas que los gobiernos impusieron.
    En esa ocasión la población actuó de la misma manera que durante el nazismo, aceptando que se implementara el carnet de salud (prueba negativa y tarjeta de vacunación) como a los judíos, y denunciando a todo el que desobedecer el encierro, como a los judíos.
    Pero tal vez estos sean otros tiempos y ya nadie denuncie a nadie.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

GENTILICIOS Cómo se les dice a los nacidos en Santiago

Santiago del Estero A continuación, una curiosidad, el nombre de todos los hermanos de América, cuyo origen es el mismo de los santiagueños (y una yapa africana más otra norteamericana al final) A Hebe Luz Para recordar que el mes que viene se celebrará la fiesta de Santiago Apóstol, va una lista de los gentilicios de todos los pueblos y ciudades de América que llevan su nombre. Esta lista solo menta las poblaciones con gentilicio documentado o establecido después de buscar en fuentes de internet, como Wikipedia y sitios gubernamentales. Argentina Los de *Santiago de Tucumán son tucumanos, los de Santiago del Estero son santiagueños. Bolivia Los de Santiago de Chiquitos son chiquitanos, los de Santiago de Huari son huareños, los de Santiago de Huata son huatenses, los de Santiago de Machaca son machaqueños, los de Santiago de Cotagaita son cotagaitenses, los de Santiago de Andamarca son andamarqueños, los de Santiago de Callapa son callapeños, los de Santiago de Huayllamarca son huayll...

1996 CALENDARIO NACIONAL Curutchet

Ricardo Curutchet El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Curutchet, abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Federico Curutchet Oromí. Fue abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas. Había nacido el 6 de marzo de 1917 en Buenos Aires. Fue hijo de una familia vinculada a la historia argentina, siendo tataranieto por vía materna de Cornelio Saavedra, figura clave en la Revolución de Mayo. Creció en un aumbiente que le permitió acceso a una educación sólida y a influencias culturales e históricas. Estudió en el Colegio del Salvador, en el que, desde joven mostró interés por el nacionalismo argentino. En 1933, apadrinado por Juan E. Carulla, fundó y dirigió la Acción Nacionalista de Estudiantes Secundarios, una agrupación que marcó su ingreso formal a la militancia nacionalista. Posteriormente, se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires, integrándose durante esos añ...

MEMORIA La Banda no existe

La estación, imaginada por Jorge Llugdar Esa pretendida ciudad es solamente una creación colectiva de la imaginación de los santiagueños, sostenida en el tiempo y siempre activa La Banda no existe, es una creación imaginaria colectiva de los santiagueños que, en un esfuerzo inaudito de un espejismo colectivo, idearon un pueblo paralelo, con calles de nombres parecidos, casas, gente y hasta un ferrocarril propio. Algunas veces alguien que trabaja en un quiosco en Santiago, un médico, un gobernador, el empleado de un laboratorio de análisis, se proclama bandeño. Pero es sólo un chiste sobreentendido, eso lo saben todos. A muchos santiagueños les sucede que al cruzar el puente Carretero con un pariente o alguien de otra provincia, les dice: “Oye, ¿no era que había una ciudad aquí?”. Y hay que explicar de nuevo el asunto del establecimiento colectivo de una ciudad al otro lado del río, con una historia particular, leyendas, personalidades y hasta personajes populares. Algunos sostienen que...

MADRUGADA Rito en la penumbra

Madrugador Un mate que susurra en la noche, tejiendo soledades y verdades en el silencio de las horas que no duermen No es el mate de las ocho, compañero de tostadas crujientes, ni el que pasa de mano en mano entre risas y migas de bizcochitos. El de la madrugada es de otra estirpe, susurro en la quietud, secreto que no se comparte. No obedece al reloj ni a la costumbre; surge como un destello, es un faro para el que navega en la noche. Cuando la casa duerme y la ciudad apenas respira, alguien se levanta, enciende el fuego y escucha el murmullo de la pava, un canto antiguo que conoce de memoria. Este mate no se apura. No se ofrece, no espera compañía. Medita, que abraza al insomne, al que lee hasta que las palabras le queman los ojos, al que hurga en fotos viejas o garabatea ideas que se resisten a ser atrapadas. Lo ceba quien llora en silencio, quien ríe en su interior o quien simplemente mira la noche, buscando algo que no nombra. Es una ceremonia sin reglas escritas, pero con su pro...

SUBVENCIONADA Activista simula masturbarse en un templo (con vídeo)

Simulando actos indebidos trepada al altar Ane Miren Hernández Unda burla la fe católica, simula actos obscenos en el altar y desata indignación con su provocación Este fin de semana, la activista vasca Ane Miren Hernández Unda, conocida como Ane Lindane, desató una fuerte controversia al protagonizar un acto de profanación en la iglesia católica de Saint-Laurent d’Arbérats, en la región de Soule, Francia. El incidente ocurrió durante el festival Euskal Herria Zuzenean, respaldado por instituciones locales que utilizó el templo, no desacralizado, como escenario para actividades que han generado indignación entre la comunidad cristiana. Hernández Unda, nacida en Barakaldo en 1988, es una figura habitual en medios como la radiotelevisión pública vasca ETB y en Canal Red, el proyecto mediático liderado por el dirigente político Pablo Iglesias. En un vídeo que la mujer difundió en intenert, se la observa subiendo al altar de la iglesia, profiriendo gritos blasfemos y simulando actos obscen...