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Aurelia Tizón y su marido |
El 10 de septiembre de 1938 muere Aurelia Tizón, primera esposa de Juan Domingo Perón a quien conoció y apoyó en sus primeras etapas en el ejército
El 10 de septiembre de 1938 murió Aurelia Gabriela Tizón, "Potota", hipocorístico de “Preciosa”. Fue la primera esposa de Juan Domingo Perón y había nacido el 8 de marzo de 1902 en Buenos Aires, en el barrio de Villa Devoto. Desempeñó un papel fundamental en la formación personal y profesional de Perón, a quien conoció y apoyó en sus primeras etapas en el ejército argentino.Provenía de una familia de clase media. Era la sexta hija de dos inmigrantes españoles, Tomasa Erostarbe y Cipriano Tizón, un fotógrafo del barrio de Palermo afiliado a la Unión Cívica Radical.Se desempeñó como maestra de escuela, pero también leía y traducía el inglés, dibujaba y pintaba, y tocaba la guitarra y el piano.
Conoció a Juan Domingo Perón en la década de 1920, mientras ambos compartían círculos sociales y actividades culturales. Se casaron el 5 de enero de 1929, en una ceremonia modesta que reflejaba la naturaleza reservada y austera de ambos. A pesar de las diferencias en sus personalidades, el matrimonio fue considerado sólido y basado en un profundo afecto y respeto mutuo.
Durante los años de su matrimonio, desempeñó un papel crucial en el apoyo emocional y logístico de Perón, quien por aquel entonces era un joven oficial del ejército. La pareja compartía un interés por la cultura y la educación; ambos disfrutaban de la lectura, el teatro y la música. Aurelia, con su formación como maestra, fue una influencia positiva en el crecimiento intelectual de Perón. Además, su carácter tranquilo y su inteligencia la convirtieron en una compañera ideal para él en esos años formativos.
Su vida se vio trágicamente truncada por la enfermedad. A principios de 1938, fue diagnosticada con cáncer de útero. A pesar de los esfuerzos médicos y del apoyo constante de su esposo, la enfermedad avanzó rápidamente. Cuando murió tenía 36 años. Su muerte afectó profundamente a Perón, que había estado a su lado durante toda su enfermedad. El dolor por su pérdida fue un momento decisivo en la vida de Perón, marcando un antes y un después en su biografía personal y política.
A pesar de no haber alcanzado la notoriedad pública de las esposas posteriores de Perón, como María Eva Duarte (Evita) y María Estela Martínez (Isabel), dejó una huella imborrable en la vida del futuro líder argentino. Su influencia se mantuvo a lo largo de los años, y se la recuerda como una mujer culta, discreta y amorosa. Nunca buscó el protagonismo ni se involucró directamente en la política, pero su presencia en la vida de Perón fue fundamental en su desarrollo personal y en los primeros pasos de su carrera militar.
Aunque su vida fue breve y relativamente desconocida en comparación con otras figuras del peronismo, su papel como primera esposa de Perón y su influencia en su vida personal y profesional son innegables. Es parte de un capítulo importante y a menudo subestimado en la historia del líder argentino, recordada por su devoción, apoyo incondicional y discreción. Su vida y su temprana muerte son recordatorios de las muchas historias personales que, aunque a menudo pasen desapercibidas, forman la trama de la historia más amplia de la nación.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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