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Cura católico, ilustración |
Qué cantidad de sacerdotes había en la década de 1950 y qué cantidad de fieles debía atender cada uno en ese entonces
Cuántos religiosos hay en la actualidad y cuántos se deberían ordenar para tener el mismo servicio religioso que en 1952
Una pregunta: ¿cuántos sacerdotes hay en Santiago del Estero y cuántos deberían ordenarse por año en la arquidiócesis de Santiago del Estero para alcanzar un rango similar al de la década de 1950? Para llegar a un número más o menos plausible, es preciso establecer algunos puntos de referencia basados en datos históricos y actuales, y luego realizar un cálculo razonado.En la década de 1950, la Iglesia Católica en Argentina estaba en una etapa de crecimiento institucional, influida por el auge del catolicismo durante el peronismo y la llegada de sacerdotes europeos. Según fuentes como Religión y política, la diócesis de Santiago del Estero, en 1952 tenía 57 sacerdotes, un aumento desde los 25 de 1940, lo que refleja un crecimiento significativo en esa época. Este número incluye sacerdotes diocesanos como religiosos y corresponde a un momento en que la diócesis abarcaba toda la provincia, antes de ceder territorio a la diócesis de Añatuya en 1961.En contraste, los datos más recientes que se manejan, en 2022, (según Catholic Hierarchy), la diócesis tiene 53 sacerdotes para una población católica de unos 730.000 fieles y 45 parroquias. Una estimación más sensata diría que hay entre 55 y 70 sacerdotes. Pero se usará el número de 60 como base para el cálculo, asumiendo que refleja la situación en febrero de 2025.
El número de 57 sacerdotes en 1952 es un dato concreto para la diócesis en ese momento. Sin embargo, la población de la provincia era menor entonces: según el censo de 1947, Santiago del Estero tenía unos 480.000 habitantes, de los cuales un 90 por ciento, eran católicos, es decir, eran 432.000 fieles. Esto da unos 7.600 fieles por sacerdote en 1952. En el 2022, con 730,000 católicos y 53 sacerdotes, hay 13.800 fieles por sacerdote, casi el doble, lo que refleja la escasez relativa de clero hoy.
Si hoy hay 60 sacerdotes es la misma cantidad que en la década de 1950. Sin embargo, esto no considera el aumento de la población, por lo que el servicio pastoral sería menos efectivo que en los años 50.
Para llegar nuevamente a 7,600 fieles por sacerdote, con 730,000 católicos en el 2022 (y asumiendo que la población católica se mantiene estable hasta 2025), se necesitaría:
730.000 ÷ 7.600 = 96 sacerdotes (redondeado).
Esto significa que, partiendo de los 60 actuales, habría que sumar 36 sacerdotes adicionales para igualar los años 50.
Suponga que quiere alcanzar este objetivo (96 sacerdotes) en un período razonable de 10 años (hasta 2035), lo que es realista considerando los tiempos de formación sacerdotal (de 6 a 8 años en el seminario). Se debe aumentar el número de sacerdotes en 36, pero también hay que compensar las bajas anuales. Asuma que hay una pérdida de dos sacerdotes por año (basada en tendencias generales de envejecimiento del clero en la Argentina), lo que suma 20 bajas en 10 años.
Total de sacerdotes necesarios en 2035: 96.
Pérdidas esperadas (2025-2035): 20.
Sacerdotes actuales (2025): 60.
Total de ordenaciones requeridas:
96 + 20 – 60 = 56 en 10 años.
Ordenaciones por año:
56 ÷ 10 = 5.6, o sea,
se deberían ordena seis sacerdotes por año para tener la misma cantidad que en 1952.
Pero hoy en la Argentina se ordenan unos 100 o 150 sacerdotes anuales, distribuidos entre 50 diócesis, una diócesis como Santiago del Estero podría estar ordenando 1 o 2 por año. Pasar a 6 requeriría triplicar o quintuplicar esa tasa, lo que implica un esfuerzo significativo en promoción vocacional y formación.
Para alcanzar un rango parecido al de la década de 1950 en términos históricos (7.600 fieles por sacerdote), la arquidiócesis de Santiago del Estero debería ordenar unos 6 sacerdotes por año durante 10 años, asumiendo 730,000 católicos y compensando bajas de 2 por año. Si solo se busca mantener el número absoluto de 57 o 60 sacerdotes, bastarían 1-2 ordenaciones anuales para reemplazar bajas, pero esto no reflejaría la misma cobertura pastoral que en los años 50 debido al crecimiento poblacional.
Lograr seis ordenaciones anuales es ambicioso, pero no imposible con un plan vocacional robusto, pero es algo que parece ir en disminución.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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