Ir al contenido principal

VIAJES Cómo turistear en Santiago

El mercado Armonía, en una foto vieja

No vale recorrer lugares lejanos del mundo si se pretende hacer ahí lo mismo que en su casa: hay que animarse a otras experiencias

No se puede creer, no entra en la cabeza que un tipo compre un carísimo pasaje en un crucero de lujo para viajar por cualquier lugar del mundo y cuando se baja del barco, quiera ir a ver los chirimbolos que venden a los turistas o se tumbe en una playa a tomar sol. ¡Loco!, a veces están visitando lugares del mundo con una historia y una cultura riquísima, con comidas típicas exquisitas, artistas reconocidos, costumbres extrañas.
Pero el palurdo quiere tomar sol, tumbado en una reposera que quizás es igual a la de su casa, tomando alguna bebida que ya conoce de memoria.
Los que conocen las islas de las Antillas, dicen que lo mejor que tiene es su gente, hay quienes arriesgan que se visten de colores brillantes y su música y sus costumbres son alegres, simplemente porque tienen una tristeza muy profunda en el corazón, pues vienen de historias casi siempre muy sufridas. Tienen, como todos los pueblos, un sentido del humor muy especial, mitos y leyendas todavía vivos en su alma y en su espíritu, y una religiosidad que se manifiesta de formas distintas a las que uno está acostumbrado.
Hay tantos asuntos hermosos para visitar en esos pueblos, pero el turista perfecto quiere que le muestren los ceniceros y los cuadritos de morondanga que le fabricaron para su gusto y que le sirvan comidas “internacionales”, si es que existe en la realidad esa categoría, en vez de probar las exquisiteces locales.
Mire, si no entiende, es como que usted venga a Santiago y lo lleven a cualquier lugar nocturno de la avenida Roca, para mostrarle que aquí también hay cerveza y whisky como en cualquier lugar del mundo y le conviden lomitos o lo conviden a una parrillada igual a cientos de miles que hay en Buenos Aires o en cualquier otro lugar de la Argentina.
No amigo, para conocer Santiago hay que ir al mercado Armonía, sentarse en “El Cuyanito”, hablar con los lustrines, comer chipaco y, si puede, a la noche ir a un baile de las orillas, pura cumbia, cuarteto, guaracha, tetra y chori. Si puede, debería hacerse invitar a almorzar en la casa de un santiagueño común y corriente, de cualquier barrio y que le conviden pastel de papa, tarta de acelga o guiso de arroz, regados con tinto de cajita y de postre, queso y dulce o budín de pan. Si tiene tiempo y lo llevan a pescar aquí nomás, a la orilla del dulce, con una caña con tarrito de desodorante, entonces diga que conoció Santiago.
No tendrá idea de cómo es la provincia, si la mira por la ventana de la habitación del NH Santiago, del Amerian o de cualquier otro, se baña en su pileta y le dan una cena buffet con cantores que preguntan “levante la mano si hay alguien de Francia” y, qué casualidad, usted es de Francia. Ui,uí madam, madmasuel, monsier.
Y sí, amigos, si lo invitan a la China, procure no perderse de comer perros, si va a Tailandia pruebe el sabor de los grillos y en Cerdeña, Italia, pruebe al menos ese queso de oveja, que dicen que hacen con gusanitos vivos de mosca. No haga jamás como esos tontos de capirote que van al puerto de Mar del Plata, el paraíso de la paella con bichitos del mar, recién sacados… y piden milanesa con puré, oiga, ¡milanesa con puré!, ¿se da cuenta?
Lo dicho, para ir a Aruba a tomar sol o a Mar del Plata a comer bife, mejor quédese en su casa. No sé cómo se le pide en chino a uno que está adelante que se corra un cachito en la fila que está haciendo para comer costillitas asadas de perro policía.
No diga que le da asco ni nada, porque en el barrio norte de Santiago, en una época vendían empanadas de gato y eran las más ricas de la ciudad.
¡Ah!, ¡si volvieran esos tiempos para turistear en Cachi Pampa!
Juan Manuel Aragón
A 18 de marzo del 2025, en el arroyo Chujchala. Viéndola bailar.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

  1. Gracias por la sugerencia pero paso el cuarteto y la guaracha. Ah.....y también el café kopi luwak de mono de Sumatra.
    Mi hígado no da para tanto.

    ResponderEliminar
  2. MAS VALE SUFRIR AQUI,QUE MORIR ALLÁ.............

    ResponderEliminar
  3. "TURISTEAR "EN SANTIAGO DEL ESTERO ES UNA CONQUISTA DEL PROLETARIADO.....

    ResponderEliminar
  4. Los Santiagueños "Sudorosos Etceteras" estamos en el Paraiso, si en el Paraiso,"
    .....todos en bolas y detras de una manzana" ¡¡¡

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

ORIGEN DE LOS SANTIAGUEÑOS Miguel Llapur

Ricardo Miguel Llapur, Miguelito o Bochín Con esta nota en Youtube, se inaugura una nueva sección de Ramírez de Velasco, para ir conociendo a quienes pueblan la provincia Esta nota inaugura una serie de artículos sobre el origen de los santiagueños. Contar de dónde procede este pueblo es lo mismo que describirlo. Quizás sirvan estas grabaciones como un rompecabezas para ir armando, con retazos de historia, la identidad de un pueblo complejo, amigable, supersticioso, religioso, familiar. Bochín habla de la historia de su familia Ricardo Miguel Llapur habla de su padre, Miguel Llapur, nacido en Hama, Siria, a principios del siglo pasado y que llegó a la Argentina en 1930. Siendo niño, en la Primera Gran Guerra, el padre convivió estuvo varios días con su madre muerta, en su casa, antes de ser rescatado por gente que lo llevó a El Líbano, donde terminó de ser criado como un huérfano, luego vino a la Argentina donde ya tenía parientes, hermanos de su padre. El hijo cuenta de la llegada de ...

ORIGEN DE LOS SANTIAGUEÑOS Petras Paskevicius

Carlos Paskevicius El 3 de junio de 1944, es decir que mañana harán 81 años, María Esther Juárez se casó con un lituano a quien había conocido en Buenos Aires: Carlos Paskevicius cuenta parte de esa historia Petras Paskevicius, nacido en Lituania salió de su patria a conocer el mundo, junto a un hermano. En Buenos Aires conoció a una santiagueña, María Esther Juárez, se enamoraron a primera vista y establecieron una relación por correspondencia. A mediados de 1944 se casaron y Santiago y la Argentina fueron la patria que eligió para hacer suya. Entrevista a Carlos Paskevicius Uno de sus dos hijos, Carlos Augusto Paskevicius, recuerda el periplo de su padre, desde que dejó aquel lejano país, por qué se quedó en Santiago, a qué se dedicaba. Un eslabón más para ir entendiendo por qué los santiagueños de esta particular manera y no de otra distinta. Mejor dicho, cómo la mezcla de sangres de todos los rincones del mundo moldeó la personalidad de un pueblo en el que se acrisolaron razas del...

ANTIPOLÍTICA Del silencio de Carlos Juárez a los insultos de payaso

Javier Milei La costumbre de agraviar a quienes no piensen igual que él, ha llevado demasiado lejos al Presidente y se le podría volver en contra Alguna vez Carlos Arturo Juárez hizo una jugada magistral, entre tantas, por supuesto, pero esa fue muy visible. Se venía una elección de algo. Ante una polémica que se armó, dijo que discutiría con quien estuviera a su altura. Lo decía un gobernador que tenía, por supuesto, mucha solvencia intelectual para debatir con quien se pusiera adelante. Sólo una persona tomó el guante y salió a chocarlo, con una nota muy bien fundamentada, en el diario El Liberal. ¿Qué hizo Juárez? Lo que había prometido, no le discutió, chau. Han pasado cerca de 40 años de aquello, y algunos amigos ni recuerdan qué elección fue, de qué se trataba y, por supuesto han olvidado (yo también), el nombre de aquel que quiso debatir. Lo redujo hasta dejarlo como alguien que no estaba a su altura. Quedó como una enseñanza que pocos políticos tomaron en cuenta: es mejor no di...

RELIGIÓN Las misas de ahora parecen cualquier cosa menos misas (con vídeo)

Sacerdote bailando en el altar Te dicen que debes dar la paz a tu vecino de asiento, como si fuera una pavada, a las deudas las volvieron ofensas y los cantos son herejes Primero me obligaron a dar la paz, como si fuera tan fácil. El cura dice en la misa: -Dense la paz. Uno lo saluda al de la izquierda, la da la mano al de la derecha y ya está. Eso de que la paz es una consecuencia de la justicia, del orden, de lo que está bien, del derecho, al parecer son macanas. Mirá vos lo fácil que habían sabido ser las cosas, tantos siglos peleando por la paz. Y estaba a la vuelta de la esquina, en una simple Misa (“celebración de la eucaristía” le dicen los curas de ahora, que también le tienen miedo a la palabra Misa, que quizá sea revolucionaria). Vos le das la paz a tu vecino, el vecino al vecino y el otro vecino al siguiente y así hasta llegar Irak, pongamos. Y listo Calixto, se terminó la historia. Antes de eso ya me habían comenzado a cambiar los cantos. Ahora las letras y la música tienen...

CUENTO Lo que sucedió cuando Gordita bajó de peso

Imagen de archivo “Endemientras, ella seguía despachando equipos, les ponía un sello y los anotaba en un cuaderno que iría a parar a manos de los de Estadísticas…” Bajó de peso Gordita, de las cien dietas por mes, con un método de mucha gimnasia y poca merienda y nada de cena. Dijo que era con vistas al futuro. Y no fue más Gordita sino la señorita Lidia. Uno de Expedición la avanzó, pero lo rechazó. Las de Mesa de Entradas repetían bien hecho, bien hecho, bien hecho, hace más de dos años que trabaja aquí y ahora, por un rollo menos ya la miran con ganas. Esos degenerados. A Gordita no le importaba lo que decían los de Expedición, los de Seguros de Embarque ni las chicas de Administración General, esas arpías que se rieron la vez que el Gerente la alabó por puntual, buena y trabajadora. Por ese tiempo había empezado a noviar con un muchacho que la pasaba a buscar a la salida. Nada del otro mundo. Supimos que trabajaba en Casa Rosa y que le faltaba un año para recibirse de Contador en l...