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En 1849 murió Blas Parera en Mataró, España, compuso la música del Himno Nacional Argentino
El 7 de Enero de 1840 murió Blas Parera Moret, en Mataró, Barcelona, Cataluña, España. Músico y compositor español, célebre por ser el autor de la música del Himno Nacional Argentino. Era español.Hijo de Ramón y Bernarda Moret, catalanes, nació el 3 de febrero de 1776 en Murcia. De chico se fue a vivir a Mataró con su familia y formó parte de la Capilla de Música del Colegio de Santa Anna en el que estudiaba.Emigró a América en 1793 y cuatro años más tarde en el año 1797, se radicó en la Ciudad de Buenos Aires, trabajando como compositor. Participó como voluntario en la defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas. En 1818 volvió a Europa.Aquí ofreció conciertos como violinista, clavicordista y componiendo tonadillas. Fue director de orquesta en el Coliseo Provisional de Comedias de Buenos Aires, el actual teatro “Coliseo”, desde que se fundó y hasta 1806.
El 14 de octubre de 1809, se casó con Facunda del Rey, una de sus alumnas, en la iglesia de San Nicolás de Bari. Ella era huérfana, tenía quince años, vivía en el Hogar de los Niños Expósitos y cantaba en el coro. Él pidió permiso al virrey para casarse.
Luego le encargaron la composición de piezas musicales patrióticas para celebrar a las nacientes Provincias Unidas del Sur. Compuso entre otras un Himno Patriótico, con letra de Cayetano José Rodríguez y ese mismo año otro himno denominado 25 de mayo o Himno de la Libertad, para una ópera con libreto de Luis Ambrosio Morante.
En 1813 fue autor de la música del Himno Nacional Argentino sobre una letra de Vicente López y Planes, que se había inspirado en la ópera de Morante y Parera.
Por esos trabajos le pagaron 200 pesos, cantidad respetable para la época. En ese tiempo, el himno, originariamente en tiempo de marcha (originalmente se tituló “Marcha Patriótica”), se cantaba en los actos oficiales, en el teatro y hasta en tertulias.
En julio de 1813, se marchó a Río de Janeiro para estudiar con Marcos Antonio Portugal. En 1815 regresó a Buenos Aires. Después de dos años, nació su hijo Juan Manuel. Y tuvo otras hijas, Dolores y Juana.
En 1818 volvió a Europa, murió en Mataró, Barcelona, y sus restos fueron sepultados en el Cementiri dels Caputxins, de esa ciudad. Con el tiempo, fueron removidos y depositados en el osario.
En 1813, la Asamblea Constituyente que regía la actual República Argentina encargó a Parera la composición de lo que sería la Marcha Patriótica, con letra de Vicente López.
Un decreto del 11 de mayo de 1813, estableció la letra y música eran el Himno Nacional Argentino. Duraba cerca de veinte minutos, hasta que se suprimieron estrofas a principios del siglo XX. Durante tres años, fue cantado durante las celebraciones de la independencia de Chile, hasta que Bernardo O'Higgins propuso la composición de una marcha nacional.
La música oficial usada en Argentina es un arreglo y parcial adaptación realizada por Juan Pedro Esnaola en 1847, ya que la partitura original estaba perdida. La versión vigente corresponde a la transcripción realizada por Luis Larreta, que se ajusta a lo acordado el 25 de septiembre de 1928 por el Poder Ejecutivo de la Nación.
En su honor, hay escuelas, ciudades y monumentos que llevan su nombre y están distribuidos en toda la Argentina. En 1933, los chicos de las escuelas catalanas costearon el transporte de una piedra de Montserrat a la Argentina, para la construcción de un monumento en su memoria.
En verdad, apenas se lo apura un poco, el himno toma el aire de una marcha y es mucho más alegre, más vivo que el de ahora, demoroso en terminar y en cierta manera aburrido. Si se lo volviera a la versión original de Blas Parera, quizás tendría el aire un tango, de dos por cuatro, igual que las marchas. Y hasta se podría bailar con cortes y quebradas, y que perdonen los patrioteros.
©Juan Manuel Aragón
Es mejor no opinar nada, para no ser tachado de patriotero, o vaya uno a saber de qué más.
ResponderEliminarMuy interesante reseña, Juan. Uno piensa en la época y se asombra de la versatilidad de esta gente para asumir tan variadas responsabilidades, como colaborar patroticamente en batallas libertadoras. Uno se imagina también las dificultades que tuvo esta gente para sus traslados y periplos, en épocas de cero tecnología.
ResponderEliminarHe escuchado versiones sui-géneris del himno que suenan interesantes, sin que por ello pierda su esencia. Pienso que hay que opinar siempre y estar dispuesto a defender posiciones con argumentos, sin dejarse amedrentar por quienes recurran a actitudes ad-hominem para descalificar a las ideas.