El general en su despacho |
El 3 de febrero de 1989 fue derrocado Alfredo Stroessner, presidente del Paraguay. Llevaba 35 años en el poder y quien le dio el golpe definitivo fue su número dos y consuegro, el general Andrés Rodríguez. Se inició entonces una apertura política volvieron a tener vigencia las libertades públicas, el país se reintegró a la comunidad internacional y empezó la transición hacia la democracia. La revuelta es conocida como El Golpe de la Candelaria por haberse iniciado en el día de la Virgen de la Candelaria.La Asociación Nacional Republicana (el Partido Colorado), era, con las Fuerzas Armadas el pilar de la dictadura. Luego de la guerra civil del 47 había quedado un ejército con subordinación al Partido Colorado. Pero Stroessner llevó a que, quien quisiera entrar a las Fuerzas Armadas o a la Academia Militar y a la Escuela de Suboficiales, debía estar afiliado al Partido Colorado.En realidad, el sistema era algo más complejo, pues el partido estaba subordinado a un militar con oficiales en servicio activo ocupando altos cargos.El golpe a Stroessner fue por a un conflicto interno entre los colorados, que repercutió en las Fuerzas Armadas, ya que, por participar en el partido, los militares eran de alguno de los dos bandos stronistas: militantes o tradicionalistas.
Triunfaron los militantes combatientes stronistas en el partido, por lo que fueron desplazados civiles tradicionalistas de altos cargos en el Estado. La movida repercutió en las Fuerzas Armadas.
El general Rodríguez, más cerca del tradicionalismo, conocía bien el poder y las debilidades de las Fuerzas Armadas. También sabía quién defendería, llegado el caso, a Stroessner. Los únicos que no se plegaron al golpe fueron la dirección del Colegio Militar “Francisco Solano López”, la guardia presidencial y pocos más. El resto de las Fuerzas Armadas estuvo con el golpe.
Igual murieron militares de baja graduación y no hubo explicaciones, tampoco hubo un argumento convincente del por qué no tenían combustible los tanques a disposición de Stroessner.
Igual murieron militares de baja graduación y no hubo explicaciones, tampoco hubo un argumento convincente del por qué no tenían combustible los tanques a disposición de Stroessner.
La única explicación sería que los regímenes de cualquier tipo, pasado el tiempo envejecen lo mismo que sus líderes, se anquilosan y confían en sus propias fuerzas, que no son las mismas de antaño.
En menos de ocho horas desde que comenzó el golpe Stroessner había sido apresado por el coronel Lino Oviedo, hombre de confianza del general Rodríguez. La radio Primero de Marzo se difundió la proclama leída por Andrés Rodríguez: “Hemos salido de nuestros cuarteles, en defensa de la dignidad y del honor de las Fuerzas Armadas; por la unificación plena y total del coloradismo en el gobierno; por la iniciación de la democratización plena y total del coloradismo en el gobierno; por la iniciación de la democratización del Paraguay; por el respeto a los derechos humanos; por la defensa de nuestra religión cristiana, católica, apostólica, romana. Esos son lo que les estoy ofreciendo.”
El 5 de febrero Stroessner salió hacia el exilio en el Brasil y ahí murió el 16 de agosto del 2006. Dicen que cuando vio una foto del nuevo gobierno Stroessner dijo que sólo él faltaba ahí, pues todos habían sido parte de la dictadura.
Rodríguez entendió que no había democracia sin comunismo. El Secretario General de la Presidencia y viejo jefe de Protocolo de Stroessner, Conrado Pappalardo, fue a la frontera a recibir con honores al Secretario General del Partido Comunista Paraguayo, Ananías Maidana, a quien el día anterior se le había negado el ingreso al país.
Cuando cayó Stroessner ningún partido seguía siendo colaboracionista, el movimiento social y ciudadano había crecido. Fuera de Pinochet ya no le quedaban gobiernos amigos a la dictadura.
La formación del Acuerdo Nacional, apoyado por el gobierno norteamericano comenzó en 1978 el aislamiento de la dictadura. Se reunieron los partidos y fracciones opositoras luego de que la embajada norteamericana le sacó el apoyo a la dictadura. Contribuyeron a la caída, entonces, el gobierno de Carter empujaba a Stroessner, lo mismo que el Partido Socialista Obrero Español y la Argentina, Brasil y Uruguay, cuando se democratizaron.
El 1 de mayo de aquel año Rodríguez fue electo presidente con casi tres cuartos de los votos. La Constitución de 1992 impidió la reelección del general. El poder de militares en servicio activo se mantuvo hasta el intento de golpe de Lino Oviedo en 1996.
Luego no prosperaron los intentos de golpe. Los militares perdieron prestigio y presupuesto. Los colorados, que venían gobernando con Stroessner, siguieron ganando elecciones y estuvieron en el poder hasta el 2008.
©Juan Manuel Aragón
En menos de ocho horas desde que comenzó el golpe Stroessner había sido apresado por el coronel Lino Oviedo, hombre de confianza del general Rodríguez. La radio Primero de Marzo se difundió la proclama leída por Andrés Rodríguez: “Hemos salido de nuestros cuarteles, en defensa de la dignidad y del honor de las Fuerzas Armadas; por la unificación plena y total del coloradismo en el gobierno; por la iniciación de la democratización plena y total del coloradismo en el gobierno; por la iniciación de la democratización del Paraguay; por el respeto a los derechos humanos; por la defensa de nuestra religión cristiana, católica, apostólica, romana. Esos son lo que les estoy ofreciendo.”
El 5 de febrero Stroessner salió hacia el exilio en el Brasil y ahí murió el 16 de agosto del 2006. Dicen que cuando vio una foto del nuevo gobierno Stroessner dijo que sólo él faltaba ahí, pues todos habían sido parte de la dictadura.
Rodríguez entendió que no había democracia sin comunismo. El Secretario General de la Presidencia y viejo jefe de Protocolo de Stroessner, Conrado Pappalardo, fue a la frontera a recibir con honores al Secretario General del Partido Comunista Paraguayo, Ananías Maidana, a quien el día anterior se le había negado el ingreso al país.
Cuando cayó Stroessner ningún partido seguía siendo colaboracionista, el movimiento social y ciudadano había crecido. Fuera de Pinochet ya no le quedaban gobiernos amigos a la dictadura.
La formación del Acuerdo Nacional, apoyado por el gobierno norteamericano comenzó en 1978 el aislamiento de la dictadura. Se reunieron los partidos y fracciones opositoras luego de que la embajada norteamericana le sacó el apoyo a la dictadura. Contribuyeron a la caída, entonces, el gobierno de Carter empujaba a Stroessner, lo mismo que el Partido Socialista Obrero Español y la Argentina, Brasil y Uruguay, cuando se democratizaron.
El 1 de mayo de aquel año Rodríguez fue electo presidente con casi tres cuartos de los votos. La Constitución de 1992 impidió la reelección del general. El poder de militares en servicio activo se mantuvo hasta el intento de golpe de Lino Oviedo en 1996.
Luego no prosperaron los intentos de golpe. Los militares perdieron prestigio y presupuesto. Los colorados, que venían gobernando con Stroessner, siguieron ganando elecciones y estuvieron en el poder hasta el 2008.
©Juan Manuel Aragón
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