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El Monte Protegido |
El 4 de abril de 1917, el buque mercante Monte Protegido, con bandera argentina, fue hundido por un submarino alemán cerca de la isla de Gran Bretaña
El 4 de abril de 1917, la goleta Monte Protegido, buque mercante argentino, fue atacado por un submarino alemán, lo que provocó un incidente diplomático entre ambos países, pues la Argentina había declarado su neutralidad al iniciarse la Primera Guerra Mundial.Como se sabe, la Primera Gran Guerra fue entre 1914 y 1918. De un lado estaban 28 países, los “Aliados”, con Francia, Gran Bretaña, Rusia, Serbia, Bélgica, Canadá, Portugal, Japón, Estados Unidos desde 1917, e Italia, que había abandonado la Triple Alianza. El otro bando era de las “Potencias Centrales”, con los imperios Austrohúngaro, Alemán y Otomano, más Bulgaria.Al comienzo de la guerra el 28 de julio de 1914 el presidente argentino Roque Sáenz Peña estaba de licencia por enfermedad y lo reemplazaba el vice Victorino de la Plaza, que el 5 de agosto declaró la neutralidad del país.Cuando murió Sáenz Peña, el 9 de agosto del 14, Plaza asumió la presidencia en forma definitiva y mantuvo la neutralidad. Hipólito Yrigoyen hizo lo mismo, luego de asumir la presidencia el 12 de octubre de 1916. Los Estados Unidos también se habían declarado neutrales el 4 de agosto y se mantuvieron así hasta el 2 de abril de 1917, cuando entraron en guerra junto a los aliados invocando, entre otras razones, el hundimiento del buque mercante Lusitania ocurrido dos años antes de esa fecha.
El hundimiento del Monte Protegido fue el 4 de abril de 1917 frente a las islas Sorlingas, británicas, en el océano Atlántico a 45 kilómetros de la isla de Gran Bretaña, por un submarino alemán. El buque llevaba una carga de lino hacia Róterdam, era argentino y llevaba una bandera argentina izada en el mástil y en la proa. Su capitán y tripulación eran noruegos, país que también era neutral.
El ataque fue en el área del bloqueo decretado por Alemania y hecho por sus submarinos, reiniciado dos meses antes con el objetivo de neutralizar los efectos de la política declarada por Gran Bretaña de listas negras y embargos contra empresas alemanas.
Los sectores proaliados argentinos iniciaron una campaña en favor de la ruptura de las relaciones con Alemania. El 14 y 15 de abril hubo tumultos conducidos por el Comité de la Juventud Pro Ruptura en el centro de Buenos Aires; algunos negocios alemanes, el Club Alemán, la legación y los diarios alemanes fueron saqueados.
Al comité lo formaban jóvenes de la alta sociedad porteña, y fue respaldado por las comunidades italiana, francesa e inglesa e intelectuales aliadófilos. El 22 hubo una manifestación presidida por Francisco Barroetaveña, Alfredo Palacios, el entonces nacionalista Ricardo Rojas, y varios más, pidiendo la ruptura de vínculos con Alemania.
El gobierno argentino dispuso que los barcos alemanes del puerto de Buenos Aires fueran vigilados por guardias armados que fueron retirados al terminar el incidente y el 22 de abril reclamó al gobierno alemán.
Dijo que el incidente “es evidentemente contrario a los principios de Derecho Internacional consagrados, a la neutralidad observada estrictamente en todo momento por la República Argentina, y a las relaciones cordiales entre este país y ese Imperio” y que “el hundimiento del ´Monte Protegido´ constituye una ofensa a la soberanía argentina, que pone al gobierno de la República en el caso de formular la justa protesta y la reclamación de las explicaciones consiguientes. El gobierno argentino espera que el gobierno imperial alemán le dará las satisfacciones debidas, desagraviando el pabellón, y acordará la reparación del daño material.”
La respuesta alemana del 28 de abril de 1917 fue conciliadora, ofreció sus excusas a través del secretario de Estado Arthur Zimmermann un fundamento que no le inhibiera para futuras acciones análogas, aceptando su responsabilidad con el argumento de que el barco había zarpado antes de que se declarase la guerra submarina sin restricciones y señalando la disposición del gobierno alemán a reparar el daño causado.
El embajador alemán en Buenos Aires Karl Graf von Luxburg o Karl Conde de Luxburg, (su nombre completo era Karl Ludwig Conde de Luxburg Príncipe Carolath-Beuthen y Príncipe de Schoenaich-Carolath) sostuvo que las autoridades germanas habían resuelto desagraviar el pabellón argentino por el incidente.
La actitud flexible de los alemanes permitió cerrar el incidente y dejó bien parada la postura de neutralidad seguida por Yrigoyen. Su comportamiento fue aplaudido por los diarios La Prensa y La Nación, opositores al gobierno.
©Juan Manuel Aragón
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