![]() |
Ramón Castillo |
El 4 de junio de 1943 es el golpe de Estado que derroca a Ramón Castillo terminando con la Década Infame
El 4 de junio de 1943 reventó el golpe de Estado que derrocó a Ramón Antonio Castillo. Se terminaba, de esta manera, la llamada Década Infame, plagada de fraudes electorales y una corrupción enquistada en el sistema de gobierno.Miguel Ángel Scenna, historiador, la describió como “la contratapa histórica del golpe del 6 de septiembre de 1930”, pues “en 1930 concluyó un gobierno legal; en 1943 terminó un gobierno semilegal”.La dictadura instaurada llamó a elecciones en 1946, en las que ganó quien había sido su vicepresidente, depuesto en octubre de 1945, Juan Domingo Perón, que asumió como presidente constitucional el 4 de junio de 1946.Tres generales se sucedieron en el mando del país, Arturo Rawson (sólo por tres días), Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell. Durante este período se designaron cuatro militares como vicepresidentes, Sabá Sueyro, Edelmiro Farrell (después presidente), Perón y Juan Pistarini.
En su transcurso el sindicalismo llegó al poder político por primera vez en la historia, con una alianza conformada principalmente por las corrientes socialista y sindicalista revolucionaria, liderada por el entonces coronel Perón, que dio origen al peronismo.
El golpe de Estado del 4 de junio de 1943 fue hecho, principalmente, para terminar con la llamada Década Infame que lo precedió, y en los años finales de la Segunda Guerra Mundial. Las elecciones generales estaban programadas para septiembre de ese año, con el acercamiento a los aliados tanto de ese partido como del eventual sucesor del presidente Castillo. Existía la posibilidad de que esta vez el fraude no llegase a alcanzar a torcer la victoria del radicalismo como en 1937. Por otra parte, la Unión Cívica Radical especulaba con acercarse al bando aliado de la Segunda Guerra. Los militares, germanófilos o al menos cercanos a la neutralidad, no iban a permitir que eso ocurriera.
Visto en perspectiva, el golpe del 43 fue un punto de inflexión en la política de la Argentina. Terminó con la Unión Cívica Radical o le cambió los ejes por los que venía transitando y ya nunca, salvo en las formas, seguiría siendo la misma. Dio nacimiento al peronismo y a la irrupción en la vida política nacional de masas de obreros que hasta ese momento no habían sido tenidas en cuenta.
El peronismo, convertido en una franquicia que todo lo acepta, sigue fungiendo hasta hoy como el único partido capaz de llevar adelante la transformación que el país necesita. Su capacidad de movilización, su poder de daño cuando está en el llano, el enorme dominio de sus líderes, para imponer ideas simples entre las masas, lo vuelven fundamental a la hora de encarar la transformación que el país precisa.
©Juan Manuel Aragón
Comentarios
Publicar un comentario