Imagen satelital de Frías |
Una vieja historia que nunca se comprobó afirma que uno de quienes arrojaron la bomba atómica sobre Hiroshima, de chico vivió en Frías, suroeste santiagueño
Una leyenda nunca comprobada da vueltas, desde hace varios años sobre Frías, ciudad del suroeste santiagueño, cercana a Córdoba, Catamarca y Tucumán. Dice que uno de los militares que tripulaban el Enola Gay, avión desde el que cayó la bomba atómica sobre Hiroshina vivió, de niño, en esa ciudad, pues su padre era jefe o trabajador de la estación.En ese avión iban Jacob Beser, teniente primero; Norris R. Jeppson, teniente segundo; Theodore J. Van Kirk, capitán; el mayor Thomas W. Ferebee; William S. Parsons, capitán; el coronel Paul W. Tibbets Jr. y el capitán Robert A. Lewis. En segunda línea fueron el sargento Robert R. Shumard, el soldado Richard H. Nelson, y los sargentos Joe A. Stiborn, Wyatt E. Duzenbury y George R. Caron.Pero, busqué en varios libros que hablan sobre aquel pueblo y ninguno de esos apellidos figura en la lista de los jefes de estación que pasaron por Frías. Tampoco hallé constancia de que algún hombre llamado así haya pasado por ese rincón santiagueño.Le cuento, hace unos años investigué el tema en dos o tres opúsculos sobre historia de Frías que andan dando vueltas por las bibliotecas de Santiago y en un gran libro de los ferrocarriles de la Argentina (aunque eran ingleses), desde sus comienzos. Si hallaba, aunque fuera una puntita del hilo para tirar, tenía pensado viajar a la que sus habitantes han llamado “Ciudad de la Amistad”, para ver si hallaba algo más.
Hablé por teléfono con un viejo periodista friense, Luis Alberto Yudi, para ver si me ayudaba en la búsqueda y, a pesar de que era un hombre mayor y conocedor de la historia, la cultura y la geografía humana de esos pagos, no conocía la leyenda, dijo que nunca la había oído. Si una persona bien informada como Yudi, desconocía el tema, no valía la pena gastar uno o varios días de estadía y el dinero del pasaje de ida y vuelta para algo inexistente, me dije, y desistí de la investigación.
En realidad, visto la enormidad de lo que les tocó hacer a aquellos soldados de la Segunda Guerra, es irrelevante el hecho de que uno de ellos haya vivido en Frías cuando era chico, si es que alguno estuvo en esa ciudad, por supuesto. Por cierto, es una información que, de ser comprobada, sería nada más que una anécdota curiosa. Algo sin relevancia para mostrar a los visitantes, como el bulón de oro que, según dicen, está en el Puente Carretero.
En el periodismo, de cada diez informaciones, una se comprueba de manera fehaciente: las demás son historias que no eran tales, noticias que no son como parecen, primicias porque se llegó tarde, o uno se pone a investigar y hay una tonelada de información en cualquier enciclopedia.
Para peor, en este mundo febril de internet, lo que se halla muchas veces no es lo que más les interesa a los lectores. Antes los periodistas creíamos lo que los lectores buscaban en los diarios y lo poníamos en la tapa. Ahora en cambio, la noteja de un perrito extraviado quizás concita la atención de miles de internautas mientras las declaraciones de un candidato a Presidente no le importan un pito a nadie.
Por otra parte, muchos se muerden de rabia al recordar que, a Harry Truman, el presidente norteamericano que ordenó arrojar la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, nadie lo acusó formalmente de nada en ningún tribunal sobre la redonda Tierra. En tanto, el general Hideki Tojo, primer ministro de Japón durante la mayor parte de la Segunda Gran Contienda Mundial fue considerado un criminal de guerra y ejecutado por ahorcamiento por un tribunal formado solamente para hallarlo culpable.
De vez en cuando me acuerdo de esta nota pendiente y vuelvo a pensar en que no sería más que un datito de color para curiosidad de los lugareños, como si estuvieran en posesión de un secreto compartido por miles. Pero no hubo noticia.
Antes de que termine leer esta nota, un favorcito, si va por Frías uno de estos días y se acuerda, por favor, averigüe qué hay de cierto en la leyenda entre sus amigos, clientes o favorecedores. Aguardo su cartita a vuelta de correo.
Saludos.
©Juan Manuel Aragón
De postre
Caminiaga, Santa Elena,
El Churqui y Rayo Cortado...
no hay pago como mi pago,
¡viva el pago de contado!
Finiolex
Excelente
ResponderEliminarViva el pago de fiado! (no será)?
ResponderEliminarMuy buena su nota.Nunca lo habia oido.Todo lo que dice es para pensar y analizar.El perdedor siempre paga las consecuencias de las guerras .Con deudas inpagables y ejecuciones.Alemania termino de pagar la primera guerra hase menos de diez os.Ahora empezó con el pago de la segunda ,más el resultado del tribunal de Nürenberg
ResponderEliminarHace.y errores de celular.Perdón
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