Ir al contenido principal

INTELIJUDEZ Pasar por culto

El gusto es suyo

Aquí va una enumeración no exhaustiva de palabras y frases para opinar de algo, que todos le lleven el apunte y digan: “Pero este tipo había sabido saber, che”


Palabras y frases que se deben decir —necesariamente— en cualquier conversación, para pasar por inteligente, perspicaz o, al menos, que lo consideren intelijudo. Hay muchas más, obviamente, por eso al final se lo invita a agregarlas, así vamos redactando entre todos, un mapa de lo que la intelectualidad espera de cada uno.
Laaargaron:
“En una relectura de Foucault, me percaté de…” y luego opine cualquier estupidez. A su alrededor abrirán la boca hasta que la jeta les llegue a la napa freática y creerán que usted es de los que leen de corrido. No falla.
“Empero”. Según el diccionario, es lo mismo que pero: “Indica que lo que se expresa contradice las conclusiones que se esperarían de lo que se ha dicho anteriormente”. Empero, cuando la pronuncie, es posible que la vieja que le tocó sentarse a su lado en el banquete de la residencia oficial, piense: “Este había sabido ser un hombre muy fino y distinguido, oh”.
“Sin embargo”. ¡Otra!, hermosa manera de avisar a sus contertulios en un partido de fútbol, que su equipo jugó mejor y merecía ganar: “Jugamos mejor que ellos, tuvimos más la pelota, no nos crearon muchas ´situaciones de gol´ (¡otra!, qué frasecita, ¿eh?) sin embargo, nos comimos cinco pepinos en el segundo tiempo”. Preferentemente decirla ante simpatizantes de su propio club y no de los contrarios.
“Ancestral”. Palabra de uso obligatorio de poetas, poetos, poetisas, poetisos, poetises y poet@s santiagueños. Deben mecharla en sus versos, dejándola caer aquí y allá, como quien no quiere la cosa. Como si todos los días la usáramos en nuestras conversaciones a la hora del mate cocido, entre chipaco y chipaco, cuando le decimos a la patrona: “Mis fibras ancestrales tuvieron ganas anoche, pero te hacías la dormida y tuve que seguir viendo la tele”
“Conversatorio”. Mire, hay gente que va a congresos, conferencias, reuniones, simposios, asambleas, coloquios, seminarios, cónclaves, convenciones, disertaciones, pláticas, arengas, sesiones. Usted no, amigo. Lo invitaron a un “conversatorio”, ¿entiende?, el jueves a la tarde irá a un “con-ver-sa-to-rio”. Y eso, sea lo que fuere, no es pa cualquiera, disculpemé.
“Cine iraní”. Se supone que, si usted ha visto cine iraní, don, doña, ha pasado de las de Porcel y Olmedo, de las de cowboys, de las embolantes cintas francesas con dramas psicológicos, ya no le gustan las de Ricardo Darín: “Porque siempre hace de él mismo”. Ahora está viendo cine iraní, que es como decir que lo lee a Manuel Kant en alemán y lo entiende de una.
“Esta noche Juan Forn va a leer mi novela”. Esta la dijo un escritor tucumano en el Centro Cultural del Bicentenario en una conferencia, cuando presentaba su libro, todos la oímos, con nuestras propias orejas. A quién querías impresionar, ratón. Pero no está mal, ¿no?, hacer un libro, regalarlo a alguien famoso, preguntarle cuándo lo va a leer y después nombrarlo entusiastamente. Bueno, creo que Forn se murió en el 2021, si usa el recurso tome la precaución de memorizar otro nombre. Total, nadie le va a ir a preguntar si tal noche del tal año leyó tal libro.
“No soy partidario de los ismos”. Todos los inscritos en alguna clase de teoría del boludismo la dicen. Si quiere pasar por culto o por léido y escribido, larguelá, con un canapé en la derecha y una copa de champán en la zurda, cuando lo inviten a un sarao importante y quedará como alguien justo y equilibrado (levante levemente canapé y beberaje alternativamente para graficar su idea). En un futuro gobierno posiblemente lo nombrarán embajador en algún reino europeo o, al menos, agregado cultural.
“Todos son iguales, pero algunos son más iguales que otros”. Es muy conocida, debe decirla cuando alguien comente los injustos privilegios de un tercero. Todos lo mirarán preguntándose: “¿Este es o se hace?”. Y usted quedará regio porque no dijo nada, llenó el aire de ruidos y no comprometió su opinión. Golazo.
“Bartolomé de las Casas, a su manera fue un…” luego agregue lo que desee. Todos lo mentan al hombre y le atribuyen cualquier cosa, si usted es de los que están en modo filosofía barata y zapatos de goma, nómbrelo para reforzar cualquier teoría que se le ocurra. El zurdaje lo aplaudirá cariñosamente, eso que todos saben que, para no hacer laburar a los indios, ese cura quería importar africanos. Semejante negrero indigenista.
“Se quejan de puro misántropos que son”. ¿La qué? Es casi seguro que el resto de los convidados al sarao quedarán pensando y no faltará el guarango que ahí nomás pelará su celular para saber qué quiso decir. Pero usted tranqui, no se haga drama, la usó bien.
Bueno, hay cientos de frases y oraciones completas para usar un reuniones importantes y quedar como que usted desayuna café con huevos revueltos y tocino, leyendo la Ilíada y la Odisea. Si se le ocurren más, abajo, como siempre, hay lugar para anotarlas, incluso esa que siempre usa su cuñado, con la que le pone las bolas al plato cada vez que la dice. Vamos, anímese, el marido de su hermana no lee esta paginita. Semejante analfabeto
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Me has alegrado la mañana Juancho!

    ResponderEliminar
  2. Y no quieras saber la cantidad de expresiones que tengo que buscar en el diccionario, porque las ponen de moda y las insertan cada dos frases los más instruídos! Pero yo que soy de medio pelo, tengo que hacerme la que entiendo!! jajajajajajaja

    ResponderEliminar
  3. Recuerdo hace mas de 25 años había sobre la 9 de Julio (esq. Indep.) el bar llamado "Arcanos". No se con cuantos me topé que me lo recomendaban y me decían: "Arcanos es una palabra mencionada por Shakespeare" ... pero ningún carajo podía decir lo que significaba. AUB

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.