Kennedy,instantes después del disparo fatal |
Los presidentes norteamericanos elegidos en un año terminado en cero, de 1840 a 1960, murieron antes de terminar su mandato
Una vieja leyenda norteamericana sostiene que desde 1840, no hubo ningún presidente de ese país, elegido en un año terminado en cero, que saliera vivo de la Casa Blanca. Murieron antes de terminar su mandato, es decir. Como se sabe, los norteamericanos eligen sus autoridades cada cuatro años, por lo que, cada veinte, uno es electo en un año terminado en cero. La maldición, si lo es, ha sido llamada el "factor cero”.En 1840 fue elegido presidente William Henry Harrison. A los pocos días de asumir, le agarró un catarro que se convirtió en una neumonía y al mes estaba muerto. Sin saberlo ni él ni sus contemporáneos, asistían al comienzo de la maldición.En 1860 la elección la ganó Abraham Lincoln (como las galletitas), abogado de Illinois, que fue reelecto en 1864, cuando el país se vio envuelto en una guerra entre Estados. El 14 de abril de 1865 fue al teatro en Wáshington, mientras estaba sentado en un palco, el actor John Wilkes Booth, le pegó un tiro en la nuca. Murió al día siguiente, el 15 de abril de 1865, a las 7 y 22 de la mañana, y se convirtió en la segunda víctima del factor cero. Booth huyó del teatro y anduvo prófugo doce días hasta que lo rodearon en un pajar cerca del pueblo de Bowling Green, Virginia y le metieron dos balazos según algunos o se suicidó según otros.
Como dato de color se suele consignar que el asesinato fue cinco días después de que el comandante general del Ejército de Virginia del Norte, Robert Edward Lee, rindiera sus tropas al general Hiram Ulysses Grant y al Ejército del Potomac (conocido aquí como “El Norte”).
En 1880 fue elegido James Abram Garfield, abogado y matemático aficionado. El 2 de julio de 1881, Charles Julius Guiteau, enojado porque no le habían dado el puesto de cónsul norteamericano en París que pedía, disparó contra Garfield que, unos días después, el 19 de ese mes, murió en Elberón, Nueva Jersey. A Guiteau lo metieron preso, los juzgaron y lo condenaron a morir ahorcado, en Wáshington. La sentencia se cumplió el 30 de junio de 1882, menos de un año después.
Las elecciones de 1900, cuando ya el factor cero era una realidad palpable, las ganó William McKinley. Un anarquista, León Czolgosz, le disparó en la exposición panamericana de Buffalo, Nueva York, el 6 de setiembre de 1901. Mientras lo llevaban en ambulancia, el presidente alcanzó a balbucear: “Que no le hagan daño”. El 14 de ese mes, murió en el hospital de Buffalo. El asesino fue juzgado, hallado culpable y colgado el 29 de octubre de 1901. Nótese que los norteamericanos eran bastante expeditos a la hora de juzgar a los delincuentes y, de paso, que no le hicieron mucho caso al finado.
En 1920 los norteamericanos eligieron a Warren Gamaliel Harding para que fuera su presidente. En 1923 andaba de gira por el oeste y repentinamente se enfermó en San Francisco, murió el 2 de agosto de ese año y hasta hoy se sigue debatiendo qué fue lo que realmente le pasó. Seguía creciendo la maldición del factor cero.
Franklin Delano Roosevelt fue electo en 1940 por tercer período consecutivo; en 1944 lo reeligieron por cuarta vez —excepcionalmente— y sólo porque Estados Unidos estaba metida hasta la manija en la Segunda Guerra Mundial. Mientras trabajaba en la residencia presidencial de Warm Springs se desmayó y murió a las pocas horas, era el 12 de abril de 1945.
En 1960, el periodismo se interesó en saber lo que pensaban los candidatos presidenciales del factor cero. A continuación, lo que respondió John Fitzgeral Kennedy, aspirante demócrata:
“La curiosidad histórica da realmente que pensar: Desde 1840, todos los que han entrado en la Casa Blanca en un año terminado en cero, no han salido vivos de ella.
“En cuanto a ´qué efecto, si es que tendrá alguno, ejercerá esto sobre sus futuras aspiraciones presidenciales´, creo que el futuro dará la respuesta por sí mismo, tanto respecto a mis aspiraciones como a mi destino si tuviese el privilegio de ocupar la Casa Blanca.
“En principio, me atrevería a decir que todos deberían considerar seriamente este asunto, es decir, todos los que aspiran a trasladar su domicilio al 1600 de la avenida de Pennsylvania. Lo más probable sería que el propietario se quedase con un letrero de ´se alquila´ a la puerta.”
Como lo sabe cualquiera que ha visto algo de cine, el 1600 de la avenida Pennsylvania es la dirección formal de correo de la sede del gobierno norteamericano, la Casa Blanca. Y si bien es cierto que no hubo que recurrir a una inmobiliaria para ver quién iba a habitar la histórica mansión, la broma le salió cierta al marido de Jacqueline Lee Bouvier.
Electo en 1960, el 22 de noviembre de 1963, siendo presidente de los Estados Unidos, Kennedy fue muerto mientras viajaba en una caravana presidencial por Dealey Plaza en Dallas, Texas, Estados Unidos. Cuando el antiguo marine Lee Harvey Oswald, le disparó desde un depósito de libros escolares cercano iba en un auto Lincoln X-100, con Jacqueline, el gobernador de Texas, John Connally, y su esposa, Idanell Brill, “Nelly”.
La caravana se dirigió rápidamente al Parkland Memorial Hospital, donde fue declarado muerto unos 30 minutos después del tiroteo. Connally también fue herido en el ataque, pero se recuperó. El vicepresidente Lyndon Baines Johnson asumió la presidencia tras la muerte de Kennedy.
El tercer presidente norteamericano Thomas Jefferson, elegido en 1800 y James Monroe, el quinto, elegido en 1820 zafaron de morir mientras eran presidentes. Y como excepción a la regla, Zachary Taylor fue el único presidente, hasta el momento, fuera del factor cero, que murió en el cargo. Fue electo en 1848, pero murió en 1850. El resto esperó dejar la Casa Blanca, para tener la delicadeza de crepar.
La maldición, si es que la hubo, se cortó en 1980, cuando fue elegido Ronald Reagan, que no murió siendo presidente. Tampoco murió en el cargo George Walker Bush, electo en el 2000. Y hasta ahora sigue Joseph Robinette Biden, “Joe”, vivito y coleando.
¿Hay más historias sobre los presidentes norteamericanos? Hay más historias sobre los presidentes norteamericanos. Obvio. Pero la nota se haría demasiado larga y, si lo permiten los lectores, serán contadas más adelante.
©Juan Manuel Aragón
Como dato de color se suele consignar que el asesinato fue cinco días después de que el comandante general del Ejército de Virginia del Norte, Robert Edward Lee, rindiera sus tropas al general Hiram Ulysses Grant y al Ejército del Potomac (conocido aquí como “El Norte”).
En 1880 fue elegido James Abram Garfield, abogado y matemático aficionado. El 2 de julio de 1881, Charles Julius Guiteau, enojado porque no le habían dado el puesto de cónsul norteamericano en París que pedía, disparó contra Garfield que, unos días después, el 19 de ese mes, murió en Elberón, Nueva Jersey. A Guiteau lo metieron preso, los juzgaron y lo condenaron a morir ahorcado, en Wáshington. La sentencia se cumplió el 30 de junio de 1882, menos de un año después.
Las elecciones de 1900, cuando ya el factor cero era una realidad palpable, las ganó William McKinley. Un anarquista, León Czolgosz, le disparó en la exposición panamericana de Buffalo, Nueva York, el 6 de setiembre de 1901. Mientras lo llevaban en ambulancia, el presidente alcanzó a balbucear: “Que no le hagan daño”. El 14 de ese mes, murió en el hospital de Buffalo. El asesino fue juzgado, hallado culpable y colgado el 29 de octubre de 1901. Nótese que los norteamericanos eran bastante expeditos a la hora de juzgar a los delincuentes y, de paso, que no le hicieron mucho caso al finado.
En 1920 los norteamericanos eligieron a Warren Gamaliel Harding para que fuera su presidente. En 1923 andaba de gira por el oeste y repentinamente se enfermó en San Francisco, murió el 2 de agosto de ese año y hasta hoy se sigue debatiendo qué fue lo que realmente le pasó. Seguía creciendo la maldición del factor cero.
Franklin Delano Roosevelt fue electo en 1940 por tercer período consecutivo; en 1944 lo reeligieron por cuarta vez —excepcionalmente— y sólo porque Estados Unidos estaba metida hasta la manija en la Segunda Guerra Mundial. Mientras trabajaba en la residencia presidencial de Warm Springs se desmayó y murió a las pocas horas, era el 12 de abril de 1945.
En 1960, el periodismo se interesó en saber lo que pensaban los candidatos presidenciales del factor cero. A continuación, lo que respondió John Fitzgeral Kennedy, aspirante demócrata:
“La curiosidad histórica da realmente que pensar: Desde 1840, todos los que han entrado en la Casa Blanca en un año terminado en cero, no han salido vivos de ella.
“En cuanto a ´qué efecto, si es que tendrá alguno, ejercerá esto sobre sus futuras aspiraciones presidenciales´, creo que el futuro dará la respuesta por sí mismo, tanto respecto a mis aspiraciones como a mi destino si tuviese el privilegio de ocupar la Casa Blanca.
“En principio, me atrevería a decir que todos deberían considerar seriamente este asunto, es decir, todos los que aspiran a trasladar su domicilio al 1600 de la avenida de Pennsylvania. Lo más probable sería que el propietario se quedase con un letrero de ´se alquila´ a la puerta.”
Como lo sabe cualquiera que ha visto algo de cine, el 1600 de la avenida Pennsylvania es la dirección formal de correo de la sede del gobierno norteamericano, la Casa Blanca. Y si bien es cierto que no hubo que recurrir a una inmobiliaria para ver quién iba a habitar la histórica mansión, la broma le salió cierta al marido de Jacqueline Lee Bouvier.
Electo en 1960, el 22 de noviembre de 1963, siendo presidente de los Estados Unidos, Kennedy fue muerto mientras viajaba en una caravana presidencial por Dealey Plaza en Dallas, Texas, Estados Unidos. Cuando el antiguo marine Lee Harvey Oswald, le disparó desde un depósito de libros escolares cercano iba en un auto Lincoln X-100, con Jacqueline, el gobernador de Texas, John Connally, y su esposa, Idanell Brill, “Nelly”.
La caravana se dirigió rápidamente al Parkland Memorial Hospital, donde fue declarado muerto unos 30 minutos después del tiroteo. Connally también fue herido en el ataque, pero se recuperó. El vicepresidente Lyndon Baines Johnson asumió la presidencia tras la muerte de Kennedy.
El tercer presidente norteamericano Thomas Jefferson, elegido en 1800 y James Monroe, el quinto, elegido en 1820 zafaron de morir mientras eran presidentes. Y como excepción a la regla, Zachary Taylor fue el único presidente, hasta el momento, fuera del factor cero, que murió en el cargo. Fue electo en 1848, pero murió en 1850. El resto esperó dejar la Casa Blanca, para tener la delicadeza de crepar.
La maldición, si es que la hubo, se cortó en 1980, cuando fue elegido Ronald Reagan, que no murió siendo presidente. Tampoco murió en el cargo George Walker Bush, electo en el 2000. Y hasta ahora sigue Joseph Robinette Biden, “Joe”, vivito y coleando.
¿Hay más historias sobre los presidentes norteamericanos? Hay más historias sobre los presidentes norteamericanos. Obvio. Pero la nota se haría demasiado larga y, si lo permiten los lectores, serán contadas más adelante.
©Juan Manuel Aragón
Interesante curiosidad fúnebre la leyenda del "factor cero”
ResponderEliminarParece que Franklin Delano Roosevelt estaba dispuesto a seguir atornillado al sillón hasta la muerte, como algunos que sabemos...
ResponderEliminarJuan en su salsa. .muy interesante
ResponderEliminarta bueno e
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