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1866 CALENDARIO NACIONAL Curuzú

Curuzú, actgual Ñeembucú, Paraguay

El 3 de septiembre de1866 se libra la batalla de Curuzú, en la guerra de la Triple Alianza, a dos kilómetros del fuerte de Humaitá


El 3 de septiembre de1866 se libró la batalla de Curuzú, durante la guerra de la Triple Alianza. Fue en el fuerte de Curuzú, que ahora está en Ñeembucú, Paraguay entre las tropas de Brasil, que estaba del lado de la Triple Alianza con la Argentina y Uruguay, y las tropas del Paraguay. Curuzú estaba a d kilómetros sur del fuerte de Curupayty. Estos dos fuertes eran defensas avanzadas de la Fortaleza de Humaitá.
Después de la batalla del Sauce, el ejército aliado quedó inactivo y desmoralizado por una campaña larga y llena de sorpresas, en que las victorias resultaban desastres, y el enemigo, que parecía aniquilado un día, reaparecía al siguiente con mayor fuerza. Hacía cuatro meses que habían invadido territorio paraguayo, y seguían entre los brazos del Bellaco sin poder dar un paso adelante, según Mitre “por la falta de medios de movilidad”.
Fue entonces que el jefe de la escuadra brasileña, Joaquim Marques Lisboa, Marqués de Tamandaré, propuso a su primo hermano Manuel Marques de Sousa, conde de Porto Alegre, proseguir las operaciones con tropas brasileñas exclusivamente, siguiendo la ribera del Paraná, apoyado por la escuadra.
Cuando se reunió la junta de guerra en Tuyutí el 18 de agosto de 1866, Bartolomé Mitre tuvo que avenirse a la decisión de los brasileños, entre otras cosas porque era un pésimo militar. Se resolvió que Porto Alegre, con una fuerte columna, que sería apoyada por Tamandaré y por la artillería, tomaría Curuzú y Curupayty. Tamandaré prometió como otras veces, pero sin cumplirlo: “En duas horas eu descangalharei tudo iso" .
Mitre vio disminuida su autoridad, y fue privado del mérito de la próxima victoria. Entonces tomó “la pluma gloriosa”, y ese mismo día le mandó una nota a Porto Alegre diciéndole que iba a “munirlo de todos los conocimientos y demás que en tales casos son de regla”.
Eran indicaciones pueriles que no fueron aceptadas por el brasileño. Entre otras cosas le decía que habiéndose establecido que “bastaban 5 o 6 mil hombres para efectuar la operación proyectada”, y que “siendo una operación combinada de duración limitada”, obrase "de acuerdo y bajo las órdenes de Tamandaré”.
Porto Alegre le respondió diciéndole que Tamandaré había opinado en la junta que el número “no debía bajar de 7.000 hombres” y que marcharía con 8.391. Con respecto a actuar bajo las órdenes de Tamandaré, se negó, por cuanto “la antigüedad de su patente le impedía ocupar semejante posición”.
Mitre, alarmado por la actitud de Porto Alegre, llamó a una junta para aclarar la posición. Nadie le negó a Mitre la jefatura que le habían dado en el Tratado de la Triple Alianza, con eso quedó satisfecho, pero igual nada cambió.
El 1 de setiembre se embarcaron 8.345 hombres de las tres armas y a las 10 menos cuarto de la mañana fondearon en la desembocadura de la "Laguna Piris". A las once comenzó el bombardeo de la escuadra sobre Curuzú y Curupayty sin ocasionar mayor daño, contestada por los paraguayos, con inferior armamento.
Curuzú tenía defensas que se extendían desde la barranca hasta una laguna próxima, y 13 cañones de distinto calibre. Había allí 2.500 hombres.
El 3 de septiembre, después de un bombardeo, los brasileños, divididos en tres columnas inician el asalto. Intentan forzar sin éxito la trinchera porque son rechazados varias veces con grandes pérdidas, hasta que se dan cuenta de que la laguna era vadeable.
Atacados por la retaguardia los paraguayos se defendieron con arma blanca. Los brasileños quedaron con la victoria. Los paraguayos tuvieron 700 muertos y 1.500 heridos; según Río Branco, los brasileños tuvieron 900 hombres fuera de combate.
Cuando el Mariscal López se enteró que el enemigo había forzado esa posición, llamó al capitán Bernardino Caballero, y le dio la orden de ir de inmediato con su regimiento a Curupayty para tratar de detener el avance del vencedor.
“Sucumba si es preciso—le dijo López, según contó después Caballero— pero no dé un paso atrás, que en seguida le alcanzará el General Díaz con la infantería, para darle protección”.
Caballero llegó al lugar cuando aparecían las primeras partidas de derrotados, perseguidos por la caballería brasileña, pero la presencia del regimiento los hizo retroceder, desistiendo de la toma de Curupayty, como había sido convenido.
El general paraguayo José Eduvigis Díaz Vera y Aragón, al frente de algunos batallones, organizó la resistencia y se encargó de construir las defensas de trincheras y abatíes, que resultarían inexpugnables para los aliados, en lo que sería “el desastre de Curupayty”.
Pero esa es otra historia.
©Juan Manuel Aragón

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