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Primer auto argentino |
El 20 de noviembre de 1907 Manuel Iglesias construye el primer auto argentino con piezas hechas por él mismo
El 20 de noviembre de 1907, el gallego Manuel Iglesias construyó el primer auto argentino. Comenzó a gestarse en 1903 con piezas que hizo de forma artesanal, utilizando un torno a pedal y herramientas caseras en el fondo de la casa de la calle Colón, en Campana.Era un vehículo simple, que llevaba a dos personas, con un chasis rectangular de largueros y travesaños, un eje rígido adelante, que incorporaba la dirección, y un eje trasero con diferencial.Era impulsado con un motor mono cilíndrico de 1938 centímetros cúbicos con válvula de escape a la cabeza en la parte delantera y tenía una relación de compresión de 3:1. El cilindro era ciego, sin tapa postiza y la cámara de combustión estaba dividida en dos partes. La superior tenía el pistón y la válvula de escape y en la inferior tenía forma la antecámara que aloja la válvula de admisión, movida por una leva automática y la bujía de encendido. Las dos cámaras se comunicaban por una ventana de paso reducido que garantizaba una buena velocidad y turbulencia de la mezcla evitando que el motor se ahogara, favoreciendo el encendido que se hacía con una manivela.El auto no tenía acelerador y el regulador de revoluciones mantenía constante el giro del motor en 400 revoluciones por minutos. Alcanzaba los 12 kilómetros por hora.
El asiento del conductor era de madera, parecido a un banco con respaldo y tenía debajo un espacio cubierto para guardar objetos. Las ruedas eran de rayos de madera con llantas de hierro sin cubiertas. En su trompa tenía tanques de agua y nafta, ambos de 12 litros de capacidad.
Ese 20 de noviembre de 1907, después de cuatro años de construcción, Iglesias puso en marcha su auto y junto a su mujer, que ese día cumplía 26 años, hizo su primer paseo por las polvorientas calles de Campana, Buenos Aires.
Pero no lo quería producir en serie, como que pocos años después, le sacó el motor para hacer funcionar una bomba de extracción de agua, también construida por él, y una sierra para cortar leña. En 1935 desmanteló por completo el vehículo conservando sólo las piezas más importantes.
En 1950, cuando cumplió 80 años, su hijo Juan Carlos volvió a encender el motor. El constructor murió en San Martín, Buenos Aires, el 15 de enero de 1955, casi sin saber la trascendencia de su obra.
©Juan Manuel Aragón
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