Ir al contenido principal

2011 CALENDARIO NACIONAL “Finita”

María Josefina Feijóo Macías

El 25 de enero de 2011 muere María Josefina Feijóo Macías de Lissi, docente, maestra de grado y recordada maestra del jardín de infantes del colegio “San Francisco de Asís”.


Por *Carlos Augusto Paskevicius Juárez
El 25 de enero de 2011 murió María Josefina Feijóo Macías de Lissi, en Santiago del Estero. Fue docente de grado y recordada maestra del Jardín de Infantes del colegio “San Francisco de Asís”, entre otros trabajos como docente. Para parientes, amigos y conocidos, siempre fue “Señora Finita”, “Finita” o “Fina”.
Nació en Santiago del Estero, el 19 de febrero de 1927 en el solar de sus padres de 9 de Julio 322, casi esquina Buenos Aires. Hija menor de Domingo Reynerio Ignacio Feijóo Contreras y de María Bernabela Macías Iramain, que tuvieron seis hijos. El padre tuvo reconocida actuación como propietario y comerciante de la época y la madre fue una destacada docente de la capital. Desde su infancia mostró una definida y clara decisión de saber y de enseñar, que caracterizaron y orientaron con perfiles invariables, una vocación que, puesta en marcha no pararía hasta el postrer aliento de su corazón.
En su juventud ingresó a la escuela normal de profesores Manuel Belgrano de Santiago del Estero, para recibirse en 1946, obteniendo el título de maestra Normal Nacional, que le fuera otorgado el 22 de marzo de 1947. Ese primer logro sería el primero de una serie de honrosas consagraciones docentes. El título le permitió hacer suplencias durante 1947.
El 26 de febrero de 1948 llega la gran noticia: recibe una comunicación del Consejo de Educación de Santiago del Estero, firmada por su interventor Luis Gómez Llambí, haciéndole saber que por resolución de la fecha ha sido designada maestra de grado de la escuela “Coronel Borges” de la capital. Allí se desempeñó como maestra de grado hasta el 27 de abril de 1951. Su corazón rebosaba de alegría, emoción y felicidad, según contaba a sus familiares y amigos, en ocasión de reuniones sociales en su hogar cuando se evocaban historias y anécdotas del pasado. Asimismo siempre hacía referencia del impacto que le causó el fallecimiento de la educadora y pedagoga riojana Rosario Vera Peñaloza, ocurrido el 28 de mayo de 1950, por su tarea incansable por la educación argentina, no sólo en su provincia de La Rioja, donde fundara un jardín de infantes, anexo a la escuela Normal de su ciudad capital, que fue el primero de otros similares en otras ciudades del país, sino también por su ejemplo de docencia que le valió ser llamada “la Gran Maestra Argentina”.
Luego vendría su pase, el 28 de abril de 1951, a la escuela Juan José Paso, en idéntica función, hasta el 20 de mayo de 1963, habiendo sido distinguida por su actividad docente en ambas escuelas provinciales.
Finalmente, el 21 de mayo de 1963, el Consejo de Educación de Santiago del Estero, le hace lugar a una permuta de cargo con una colega docene perteneciente al colegio de artes y oficios “San Francisco de Asís”, y el que ella tenía como maestra de grado en la escuela Juan José Paso, a partir del ciclo lectivo de 1963.
En este nuevo destino es designada al área preescolar y no fue por ello insalvable que le impidiera cumplir la trayectoria inexorable de su destino que la llamaba a ser lo que debía ser: una maestra en la dimensión exacta y auténtica del vocablo.
Sigue estudiando como lo hizo siempre, con devoción incomparable, hasta aprovechando las vigilias, costumbre que no la abandonaría jamás. Trabajaba con amor y dedicación sarmientina, acuciada permanentemente por el ejemplo del gran prócer y la gran maestra Rosario Vera Peñaloza. Por ello no hay dificultad que no logre superarla para el fiel cumplimiento de su noble apostolado. Es que está en marcha la pedagoga. Realiza cursos de capacitación y actualización docente a nivel preescolar, y participa de distintas jornadas vinculadas a su actividad docente como maestra jardinera.
Fue esposa fiel, cariñosa y abnegada, madre amorosa y protectora, hija pródiga y afectuosa, hermana sincera y generosa, abuela tierna y ejemplar, bisabuela dulce y compinche, amiga leal y solidaria, mujer cabal, arquetipo de docente argentina.
Durante muchos años cuidó de la entrada, vecina de su casa por la 9 de Julio, de lo que entonces era el abandonado solar de los Taboada. Se encargaba de hacer cortar el pasto y otros arreglos, sin jamás reclamar nada a las autoridades, como quien cumple un deber que le es propio, sin hacer alharaca ni vanas demostraciones. Dentro de unos días, cuando inauguren en ese sitio unas modernas oficinas gubernamentales, su espíritu jovial y siempre sonriente, estará presente en el lugar, quizás feliz porque al fin le dieron un destino útil a uno de los lotes más grandes del centro de la ciudad.
*Yerno de la biografiada.
©Ramírez de Velasco y el autor

Comentarios

  1. Excelente artículo y muy valiosa iniciativa. Que se destaque en los medios la dedicación y entrega de santiagueños realmente notables por su trayectoria de servicio a su profesión y a la sociedad, es lo que más necesitan las nuevas generaciones.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

DESPEDIDA Hasta la próxima Chacarera Musha (con vídeo)

Velorio de Musha, con música A último momento, cuando ya no quedaba mucho por hacer, se pensó en traerlo a La Banda, pero ya era tarde, la enfermedad estaba ganando Por Alfredo Peláez, “Fredy” Tenía un aprecio especial por Musha. Muchos años de amistad. Era como de la familia. Vi todas las fotos y leí todo los posteos que se publicaron en las redes con motivo de su fallecimiento. De todas la que más me gusto, fue una despedida que decía: "Hasta la próxima chacarera". Y sí. "Musha" Carabajal era pura chacarera. En los escenarios, solía gritar anta cada tema con voz impuesta: "Chacareraaa…". De su círculo íntimo, me contaron, que cuando ya no había nada que hacer, cuando la situación era irreversible, se pensó con SADAIC en trasladarlo a La Banda para que se apague su vida en la tierra que lo vio nacer un 2 de junio de 1952. Fue imposible. "Musha" ya no podía moverse. La terrible enfermedad que padecía le estaba ganando la batalla final. A sus amig...

CUARESMA Tentado por el Diablo

Las imágenes se cubrían con un velo morado Lo que no se podía hacer antes porque era un tiempo de penitencia, oración, rezos, reflexión y arrepentimiento En esos tiempos nos preparábamos, de chicos, para algo terrible, íbamos a matar a Nuestro Señor Jesucristo el Viernes Santo, mientras recordábamos los 40 días que pasó en el desierto siendo tentado por el Diablo. Capaz que no sea una definición exacta de la Cuaresma, pero en eso creíamos. Debíamos hacer un sacrificio por día, además de comer menos, no podíamos cantar ni tocar ni oir música y, en lo posible, tampoco reírnos. El Diablo había tentado a Nuestro Señor Jesucristo con los reinos del mundo, su pompa, su boato, la admiración de las multitudes, quizás también mujeres, pensábamos nosotros, que éramos chicos. Y se la había bancado. A nosotros nos pedían solamente un pequeño sacrificio por día y no comer postre pongalé. No era mucho en comparación, pero costaba. Las madres repetían que, si no nos gustaba el dulce de membrillo, dej...

CARABAJAL Los tres Petecos de la historia

El tercer Peteco de la historia Antes del conocido Peteco Carabajal, hubo otro que también llevó su apodo y antes de él, otro más, y  Chaca como hilo conductor Lo que pocos saben de la historia es que antes de Peteco Carabajal, hubo otro Peteco y antes de él, otro más y son esas leyendas que circulan en las familias, pasando de generación en generación, siempre recordadas y perpetuadas en las voces de quienes las atesoran para siempre. A Eduardo Carabajal le dicen “Chaca”, desde pequeño, y la historia de por qué le quedó el apodo sí es sabida por muchos. Cuando era chico, su tío Carlos no andaba muy bien económicamente. La música, el arte es así, o, lo que es lo mismo, los Carabajal no eran tan conocidos como se hicieron después de mucho andar. El padre de Zita, la esposa de Carlos, trabajaba en una panadería y le enseñó al yerno a hacer chipacos. Dicen que le salían muy ricos, crocantes y sabrosos. Y lo mandaban a Eduardo, entonces muchacho de unos diez años, a venderlos en un can...

SAUDADES El cuadro de la abuela

Frente de una casa antigua “En el medio, como chorizos superpuestos y una tras otras, la pieza de los padres, después la de los abuelos, la de los tíos…” Me gusta el liviano aire que portan las casas viejas, que tienen un aparente desorden en las cocinas con el que las abuelas suelen confundir a la gente que llega por primera vez. Me gusta cuando las conozco, cuando me dejan pasar a ese lugar sagrado, que solamente era profanado por los íntimos, y también por el electricista, el gasista, el plomero, cuando llegaban, tras un pedido de auxilio. En ocasiones, como esta madrugada de domingo en que escribo mi diaria crónica, algo en el aire trae el recuerdo de aquello y crece en el pecho un rencor añejo, por las cosas que no están, porque no hicimos mucho para retenerlas y porque, de alguna manera que no sabría explicar, podríamos haber cubierto de eternidad aquellos tiempos y no lo hicimos, ¡caracho! Le cuento por si lo ha olvidado o no lo experimentó, en esas casas había una sala española...

RECURRENCIA Tu perro es sólo un perro

Choco sin raza, obvio No es parte de tu familia, nunca lo será, porque la familia es el proyecto de vida que forman un hombre y una mujer para tener hijos y criarlos sanos y buenos Es sólo un perro, es sólo un perro, es sólo un perro. No, jamás será un ser humano, aunque pasen mil años él, su cría y la cría de sus crías, jamás serán gente. Seguirá siendo un perro, un triste perro. Un animal, ¿entiendes? Es animal y por lo tanto irracional, no razona, no piensa como vos, tu marido o tu señora. Y aunque estamos en pleno tiempo de autopercepción sensiblera, compasiva y tierna, no lo voy a reconocer como tu hijo. No es tu hijo. ¿Vos lo ves así?, bien por vos, para mí no lo es. Dile Pedrito o María Eugenia, para mí es lo mismo, es decir un perro, un pichicho, un choco, un firulais, como lo llaman los mejicanos. Y no, no me gusta tu perro, no es agradable, ¿no ves que tiene cara de perro?, ¿cómo quieres que me guste? Tampoco voy a tener la cortesía de decirte que es lindo. Porque, disculpame...