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María Mercedes San Martín y Balcarce |
El 21 de mayo de 1860 muere María Mercedes Balcarce y San Martín, víctima de una negligencia médica, nieta de José de San Martín
El 21 de mayo de 1860 murió María Mercedes Balcarce y San Martín, víctima de una negligencia médica. Había nacido el 14 de octubre de 1833 en Buenos Aires, era nieta de José de San Martín y su nacimiento fue bendecido por la presencia de su bisabuela, Tomasa de la Quintana, y Mariano Moreno, hijo del tribuno de Mayo.El influjo de su existencia reverberó en el seno familiar, particularmente en el corazón de su abuelo, quien encontró en ella una fuente de alegría que disipaba la penumbra de la distancia y la soledad impuesta por el exilio. La nieta primogénita de San Martín fue enterrada junto a su abuelo en la cripta familiar de Brunoy durante 19 años, hasta la repatriación de los restos del General en 1880.En el presente, sus restos descansan al lado de sus progenitores, Mercedes y Mariano, en la Mendoza, mientras su hermana, Josefa, yace aún en el Mausoleo familiar de Francia.
Tras su partida de Perú en septiembre de 1822, San Martín llegó a Buenos Aires en 1824, donde aguardó hasta febrero de ese año antes de emprender el viaje a Europa, en compañía de su hija Mercedes Tomasa.
El periplo europeo de San Martín y su hija fue una serie de estancias marcadas por la penumbra del exilio y la búsqueda de un refugio seguro. Desde El-Havre hasta Londres y posteriormente en Bruselas, su residencia itinerante estuvo impregnada de un sentido de destierro perpetuo.
La guerra civil belga los condujo a Francia, donde encontraron un breve respiro en Grand Bourg y Boulogne-sur-Mer. En tierra gala, la hija del Libertador contrajo nupcias con Mariano González Balcarce en 1832, unión que marcó el nacimiento de María Mercedes, en 1833, y de Josefa Dominga, en 1836.
La figura de Josefa Dominga Balcarce, segunda hija del matrimonio Balcarce-San Martín, trascendió las fronteras del ámbito familiar para dejar una huella indeleble en la memoria colectiva. Su compromiso con la preservación del legado de su abuelo y su labor humanitaria durante la Primera Guerra Mundial la erigieron como un faro de solidaridad y memoria histórica.
Desde su residencia en Brunoy, Josefa se erigió como guardiana de la memoria de San Martín, facilitando valiosos aportes para las primeras biografías sobre el prócer argentino. Su generosidad se materializó en la donación de los enseres del General al Museo Histórico Nacional Argentino en 1895, así como en la creación de la "Fundación Balcarce y Gutiérrez de Estrada" en Francia, destinada a brindar asistencia y refugio a los necesitados.
El compromiso filantrópico de Josefa trascendió su vida, legando todas sus posesiones al Patronato de la Infancia en Argentina y cediendo la fundación a la Sociedad Filantrópica de París. Su partida en 1924 fue honrada con el bautismo de una calle en Brunoy en su honor, un tributo a su legado de altruismo y compromiso social.
Juan Manuel Aragón
©Ramírez de Velasco
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