Ir al contenido principal

Dramas de quienes se dedican al olvidado oficio de escribir

Presentación de la Feria del Libro
en Santiago, antes de la pandemia

No es fácil publicar un libro en estos días. A las dificultades propias del oficio, se suma el hecho de que pocos leen. Los escritores hoy, son como los que aprendieron a fabricar sillas justo cuando la gente empezó a nacer sin trasero. Ante la pérdida de lectores, desde hace cerca de 30 años, se insta a los periodistas de diarios a escribir notas cada vez más cortas, cuatro párrafos, palo y a la bolsa. Cinco a lo sumo. Con seis, pasa a la categoría de mamotreto infumable. No hay forma de retener a un lector más de tres minutos en una nota, y uno quiere que se tome el trabajo de leer su libro en una semana. Tarea harto jodida.
Los narradores vieron nacer el microcuento o narración mínima. En 50 o 100 palabras a lo sumo, a veces menos, se debe presentar la situación, mostrar el nudo y descubrir el desenlace. Se dice que los lectores compran libros con dos cuentos por página, más extensos no gustan. Todo resuelto en unas pocas líneas.
Pensar, escribir y publicar una novela, al menos para un escritor de provincias, es tarea titánica. Una buena, pongamos de unas 150 páginas, sale un platal. Cuantos más ejemplares se imprimen, más barato sale cada uno, el problema es que el dinero que se debe poner también crece. En términos económicos es, literalmente, plata tirada a la basura, porque jamás se recuperará la inversión. A menos, claro, que sea Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez. Y uno —yo al menos— no es. Ni cerca.
Para peor, en las librerías hay que competir, mano a mano, con esos monstruos de la literatura universal, sin ninguna posibilidad de triunfo. Los libreros mantienen el texto de un autor local, unos días en la vidriera, hasta que pasa la novedad. Al libro de Borges, en cambio, lo tendrán varios meses, hasta que agoten los ejemplares que hicieron quedar. Los consagrados son famosos y de yapa tienen changüí. En las ferias del libro, el de uno está al lado de César Aira o Miguel de Cervantes Saavedra. Y entre un desconocido que puede ser un clavel y el otro que es exitoso desde hace mucho, adivinen qué texto elige la gente. Si quiere agasajar a un amigo lector, entre regalarle “Los pichiciegos” de Rodolfo Fogwill o el último libro de versos de una poetisa santiagueña, mejor vaya a lo seguro, mire si le aciertan con los poemas en la cabeza.
El librero es consciente de que uno hizo una inversión sin ánimos de lucro, así que, si pagan los que les dejó, tire cohetes, pero nunca serán más de 10. Por tres librerías, da 30. El kiosco de uno que otro amigo hará quedar dos o tres, pongamos 20 más siendo generosos. En la presentación se venderán, con muchísima suerte, otros 30. Si hizo 100 libros, el resto dormirá el sueño de los justos en su casa, por siempre jamás.
Cuando organice la presentación, si al final servirán empanadas, vinitos y gaseosas, aclare: “Habrá brindis”. No sirve para vender un solo libro más, pero al menos suma asistentes y hacen algo de bulto para la foto del diario o de las redes de internet. Van a ir a comer, obvio, no les hable de literatura porque no les interesa.
Y un problema más. Uno hizo un libro porque cree que tiene algo que decir. No es un compromiso o el entretenimiento de alguien con unos pesos de sobra en el bolsillo. No está en un grupo literario, tampoco se afilió a la Sociedad Argentina de Escritores. No se cree un pensador de la san Puta, pero tampoco quiere pertenecer a las asociaciones de sanguchitos en el Savoy, jueves de por medio, ni al inicuo autobombo de la Sade. Viene evitando desde hace 45 años ser una vieja que escribe, no va a aflojar cuando transita la sexta década de vida, faltaba más.
Después de publicado el libro debe aguantar a los coleros. Muchos reclaman su ejemplar gratis. Lo curioso es que si fuera cerveza quizás exigirían abonarla. Dirían “A mí nadie me paga los tragos”. Y uno sabe, en primera persona y no porque se lo han contado, que los libros que regalan sus autores no se leen. Si me obsequian uno, llego a casa y lo revoleo con fuerza. Lo mismo habrán hecho con el mío, pienso, y lo mezquino. Como si fuera de oro.
Podríamos seguir hablando, uf, un buen rato sobre esta tarea de escritor. Pero por hoy se me hace que es medio muchito. Hasta el punto final de esta nota llegarán con suerte, dos o tres amigos, más por su cariño hacia mí que por curiosidad o interés. Imagínense una novela, no pasan del prólogo, con mucha suerte, viento a favor y a toda vela.
Pero, no lo quiero cansar. Así que chau.
©Juan Manuel Aragón


Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

CRUCERO Grecia, entre fobias y silencios

El autor de la nota durante el crucero Un santiagueño, actualmente viviendo en Israel, cuenta lo que le sucedió en un crucero que hace con su familia en las islas griegas Por Matías Mondschein No hay nada nuevo bajo el sol, decía el rey Shlomo Z"L, pero al verlo en vivo y directo me llamó la atención y nos puso en alerta. Nuestras vacaciones se fueron tornando en algo "que sabíamos" que podría pasar, porque se vienen escuchando y viendo noticias desde Grecia, con antisemitismo y diferentes marchas propalestinas. Dormir siesta, salva vidas El jueves 28 de agosto en lugar de Mikonos, el crucero se dirigió a Heraklion. Se anunció que se podría bajar a las 2 de la tarde, como tenía "cansancio" decidí hacer un "siesta reparadora": que me salvó la vida. Así es, la siesta salvpi nuestra vida, como santiagueño, intento seguir la "tradición". Así que tuve unos 30 a 40 minutos de descanso, luego de las 14.15 horas empezamos a bajar para intentar ir a ...

1915 AGENDA PROVINCIAL Bianchi

Las abejas y la miel, preocupación de Bianchi El 4 de septiembre de 1915 nace Eduardo Mario Bianchi, farmacéutico, bioquímico, docente y escritor El 4 de septiembre de 1915 nació Eduardo Mario Bianchi en Santiago del Estero. Fue farmacéutico, bioquímico, docente y escritor. Creció en una familia de clase media y mostró interés temprano por las ciencias. Estudió Farmacia y Bioquímica, forjando una carrera que combinó investigación, docencia y escritura. Trabajó en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, especializándose en plantas medicinales y apicultura. Publicó trabajos sobre fitoterapia y participó en conferencias internacionales. Fue un conferencista reconocido y colaboró en el desarrollo del Centro de Investigaciones Apícolas. Su labor incluyó cursos de posgrado y charlas en el Colegio Farmacéutico local. Cuando murió, un laboratorio llevaba su nombre. Recibió una educación que fomentó su curiosidad científica. Desde joven mostró inclinación por la química y la biología, l...

RELATO El canto perdido de la jefa de las ranas

Ilustración nomás A veces se cruzan historias de gallos rengos, mulas sanmartinianas y una filosofía de entrecasa que entra sin permiso —De todo lo que había en el pago, lo que más extraño es el canto de las ranas del verano después de la lluvia— dice Macario, acomodando su vaso sobre la mesa. Los otros lo miran, ya saben que viene una historia. Sea cierto o no, Macario siempre tiene un cuento para largar. —¿El canto de las ranas? —pregunta uno, incrédulo. —Sí, las ranas. Mirá, te voy a contar… Empieza con aquella vez, de chico, que con los hermanos y algún primo de visita decidieron pillar a la que llevaba la batuta. Los amigos, en ese bar de mala muerte debajo de la tribuna de Central Córdoba, se acomodan en las sillas y lo dejan hablar. Es que Macario ya antes les había largado cada cosa. De chicos hacían competencias a ver quién boleaba más gallinas, con boleadoras de marlo atadas con hilo sisal… El abuelo se enojó como nunca, porque le arruinaron, dejándolo rengo, un gallo de pele...

POLÉMICA Silencio forzado en la catedral

El rezo del Santo Rosario Los fieles que rezaban el Rosario en Valence fueron increpados y expulsados, desatando un debate sobre la libertad de culto En la catedral de Valence, sureste de Francia, se ha desatado una fuerte controversia tras la prohibición de rezar el Rosario en la capilla del Santísimo Sacramento y la posterior expulsión de algunos fieles. En tres jornadas consecutivas, del 22 al 28 de agosto, un grupo de laicos que buscaba reunirse para rezar enfrentó la oposición del guardián del templo y luego del propio párroco, que puso un cartel prohibitivo. Se generaron tensiones verbales, acusaciones de abuso de autoridad y denuncias de discriminación en un espacio consagrado para la oración, justamente. El primer episodio fue el 22 de agosto. A media tarde, varios fieles comenzaron a rezar el Rosario en la capilla del Santísimo. Según testigos, el guardián laico de la catedral interrumpió de forma brusca el momento de oración y exigió silencio inmediato. Cuando uno de los pres...

PARADOJA Los animales protegidos y no los hombres

Los niños, menos que animales Una norma otorga resguardo a fetos de mamíferos, aves y reptiles, pero excluye de esa defensa a los seres humanos El Reino Unido tiene una legislación que otorga un nivel de protección a los animales vertebrados en estado prenatal que expresamente no reconoce a los seres humanos. La Animal (Scientific Procedures) Act de 1986, vigente hasta la actualidad, establece que cualquier mamífero, ave o reptil que haya alcanzado los dos tercios de su gestación debe considerarse un “animal protegido” y, por lo tanto, no puede ser sometido a prácticas científicas o experimentales que impliquen sufrimiento o tratos inhumanos. Ese texto legal, sin embargo, aclara de manera explícita que esta categoría no incluye a la especie humana. La definición legal convierte a embriones y fetos animales en sujetos de protección estatal desde una etapa muy temprana del desarrollo. Se reconoce que, a partir de ese momento, el sistema nervioso de los vertebrados ya permite experimentar...