Ir al contenido principal

OPINIÓN Olvidada naturaleza

Bañado de Figueroa

Que pasó con lo que está determinado y armonizado en sus propias leyes

Una palabra que, quizás de intento, entró en el olvido es “naturaleza”. Justo ahora que el mundo se llena la boca hablando de los árboles, los animales que viven en libertad, los perritos que, pobrecitos, sufren con los cohetes y 20 mil tiquismiquis más, ese vocablo deja de figurar en el habla de las modernas generaciones.
El diccionario de la Real Academia española dice por una parte que es el “principio generador del desarrollo armónico y la plenitud de cada ser, en cuanto tal ser, siguiendo su propia e independiente evolución”. Además, es el “conjunto de todo lo que existe y que está determinado y armonizado en sus propias leyes”. Hay más acepciones, pero nos quedamos con las dos primeras para no hilar tan fino.
Es una palabra que remite, justamente al bosque, los animalitos criándose solitos, Bambi paseando en la verde fronda de un bosque sin espinas, las tortuguitas saludando a las mariposas y todo eso. ¿Por qué de fue suprimida casi de todos los diccionarios informales de la modernidad?
De repente la cambiaron por dos términos ambiguos, “medio ambiente”. En un primer vistazo podría creerse que es otra estupidez, como decirle “agua mineral con gas” a la soda o “espacio lúdico escolar” al recreo. Pero quizás haya algo más.
Como si se buscara desnaturalizar lo natural. En la naturaleza hay animales que se mueven libremente, sin ataduras, del feo escarabajo al temible león, del minúsculo gusano a la risible cebra y todos tienen, naturalmente, dos sexos que, para quienes no lo saben son masculino y femenino. No hay tres ni veinte ni ochocientos. Sólo dos.
La naturaleza es binaria, si te gusta, bien si no, lo lamento, pero nadie tiene cómo hacer algo contra eso. O sos león o sos leona, o cebra hembra o cebra macho, gacela hembra o macho y así todos. En el hombre, lo mismo, lo dice la naturaleza, no Mongo Aurelio, o varón o varona, como decían las antiguas traducciones de la Biblia. Hombre—hembra. No hay tres ni cuatro ni cuatro ni tres mil ochocientos.
Cómo, de qué manera, en qué forma tiene cada uno relaciones sexuales con un prójimo, es cosa de cada uno. No pregunto, no veo por qué me debería interesar si, en definitiva, es una actividad que se hace entre cuatro paredes y generalmente sin testigos. No me importa si mi vecino lo hace con la señora, el sodero, la kiosquera, con todos juntos o por separado. No es mi problema.
Ni veo por qué debería don Cosito, que vive en la otra cuadra, andar proclamando a los cuatro vientos: “¡Soy heterosexual!, ¡soy bisexual!, soy homosexual!, ¡lo hago con quien se me da la gana!, o ¡mi perrito es mi amante!”. No me importa que haga de su culo un candelero y ponga la vela que quiere. Va de nuevo, no es mi problema.
Cuando se creía en la existencia de algo llamado naturaleza, además, sabíamos que la tigresa enseñaba a sus cachorritos a cazar, pero no debían hacerlo como leones o como monos, sino como tigres. Nadie le discutía ese derecho, porque la educación era algo que se impartía en la casa y la instrucción en la escuela.
Ahora, que hay medio ambiente, se nos dice que todo, educación e instrucción son un derecho adquirido de la escuela y dejan a los padres apenas los buenos modales y cepillarse los dientes. Por eso es lógico que pretendan imponer a los chicos ideas que no son tomadas naturaleza sino de una ideología creada a imagen y semejanza de laboratorios farmacéuticos con sede en el mundo industrializado, desesperados por ganar clientes para sus porquerías abortivas a como dé lugar.
Hablando de sexo, mi generación al menos, la de los viejos que vamos para ancianos, no deberíamos olvidar enseñanzas que nos inculcaron y eran comunes cuando jóvenes. Además de la naturaleza podríamos recordar que el sexo era algo íntimo, propio, particular, de cada uno, personal. Y se respetaba, siempre y cuando nadie hiciera alharaca de hacerlo con la señora, el mono del zoológico, la estatua de Belgrano o el efebo de tres cuadras para el lado de allá.
Si a alguien no le gusta el sexo que le asignó la naturaleza, lo lamento, no hay solución. Es como protestar por ser alto, bajo, morocho, rubio, de cabello enrulado o liso.
No hay libro de quejas para eso.
Ni solución a la vista.
En serio.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Raúl Antonio Chebaia22 de diciembre de 2021, 11:04

    Jugado como siempre pero inobjetable.

    ResponderEliminar
  2. MUY BUENO JUAN MANUEL , TU REFLEXION SOBRE LA NATURALEZA OLVIDADA Y EL MEDIO AMBIENTE., ME GUSTÓ

    ResponderEliminar
  3. Me encanto, el dicho del candelero, era de mi papá, jaja , me hiciste recordar

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

CRUCERO Grecia, entre fobias y silencios

El autor de la nota durante el crucero Un santiagueño, actualmente viviendo en Israel, cuenta lo que le sucedió en un crucero que hace con su familia en las islas griegas Por Matías Mondschein No hay nada nuevo bajo el sol, decía el rey Shlomo Z"L, pero al verlo en vivo y directo me llamó la atención y nos puso en alerta. Nuestras vacaciones se fueron tornando en algo "que sabíamos" que podría pasar, porque se vienen escuchando y viendo noticias desde Grecia, con antisemitismo y diferentes marchas propalestinas. Dormir siesta, salva vidas El jueves 28 de agosto en lugar de Mikonos, el crucero se dirigió a Heraklion. Se anunció que se podría bajar a las 2 de la tarde, como tenía "cansancio" decidí hacer un "siesta reparadora": que me salvó la vida. Así es, la siesta salvpi nuestra vida, como santiagueño, intento seguir la "tradición". Así que tuve unos 30 a 40 minutos de descanso, luego de las 14.15 horas empezamos a bajar para intentar ir a ...

1915 AGENDA PROVINCIAL Bianchi

Las abejas y la miel, preocupación de Bianchi El 4 de septiembre de 1915 nace Eduardo Mario Bianchi, farmacéutico, bioquímico, docente y escritor El 4 de septiembre de 1915 nació Eduardo Mario Bianchi en Santiago del Estero. Fue farmacéutico, bioquímico, docente y escritor. Creció en una familia de clase media y mostró interés temprano por las ciencias. Estudió Farmacia y Bioquímica, forjando una carrera que combinó investigación, docencia y escritura. Trabajó en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, especializándose en plantas medicinales y apicultura. Publicó trabajos sobre fitoterapia y participó en conferencias internacionales. Fue un conferencista reconocido y colaboró en el desarrollo del Centro de Investigaciones Apícolas. Su labor incluyó cursos de posgrado y charlas en el Colegio Farmacéutico local. Cuando murió, un laboratorio llevaba su nombre. Recibió una educación que fomentó su curiosidad científica. Desde joven mostró inclinación por la química y la biología, l...

RELATO El canto perdido de la jefa de las ranas

Ilustración nomás A veces se cruzan historias de gallos rengos, mulas sanmartinianas y una filosofía de entrecasa que entra sin permiso —De todo lo que había en el pago, lo que más extraño es el canto de las ranas del verano después de la lluvia— dice Macario, acomodando su vaso sobre la mesa. Los otros lo miran, ya saben que viene una historia. Sea cierto o no, Macario siempre tiene un cuento para largar. —¿El canto de las ranas? —pregunta uno, incrédulo. —Sí, las ranas. Mirá, te voy a contar… Empieza con aquella vez, de chico, que con los hermanos y algún primo de visita decidieron pillar a la que llevaba la batuta. Los amigos, en ese bar de mala muerte debajo de la tribuna de Central Córdoba, se acomodan en las sillas y lo dejan hablar. Es que Macario ya antes les había largado cada cosa. De chicos hacían competencias a ver quién boleaba más gallinas, con boleadoras de marlo atadas con hilo sisal… El abuelo se enojó como nunca, porque le arruinaron, dejándolo rengo, un gallo de pele...

POLÉMICA Silencio forzado en la catedral

El rezo del Santo Rosario Los fieles que rezaban el Rosario en Valence fueron increpados y expulsados, desatando un debate sobre la libertad de culto En la catedral de Valence, sureste de Francia, se ha desatado una fuerte controversia tras la prohibición de rezar el Rosario en la capilla del Santísimo Sacramento y la posterior expulsión de algunos fieles. En tres jornadas consecutivas, del 22 al 28 de agosto, un grupo de laicos que buscaba reunirse para rezar enfrentó la oposición del guardián del templo y luego del propio párroco, que puso un cartel prohibitivo. Se generaron tensiones verbales, acusaciones de abuso de autoridad y denuncias de discriminación en un espacio consagrado para la oración, justamente. El primer episodio fue el 22 de agosto. A media tarde, varios fieles comenzaron a rezar el Rosario en la capilla del Santísimo. Según testigos, el guardián laico de la catedral interrumpió de forma brusca el momento de oración y exigió silencio inmediato. Cuando uno de los pres...

PARADOJA Los animales protegidos y no los hombres

Los niños, menos que animales Una norma otorga resguardo a fetos de mamíferos, aves y reptiles, pero excluye de esa defensa a los seres humanos El Reino Unido tiene una legislación que otorga un nivel de protección a los animales vertebrados en estado prenatal que expresamente no reconoce a los seres humanos. La Animal (Scientific Procedures) Act de 1986, vigente hasta la actualidad, establece que cualquier mamífero, ave o reptil que haya alcanzado los dos tercios de su gestación debe considerarse un “animal protegido” y, por lo tanto, no puede ser sometido a prácticas científicas o experimentales que impliquen sufrimiento o tratos inhumanos. Ese texto legal, sin embargo, aclara de manera explícita que esta categoría no incluye a la especie humana. La definición legal convierte a embriones y fetos animales en sujetos de protección estatal desde una etapa muy temprana del desarrollo. Se reconoce que, a partir de ese momento, el sistema nervioso de los vertebrados ya permite experimentar...