Ir al contenido principal

1816 CALENDARIO NACIONAL Muñecas

Muñecas y Santa Fe, Tucumán

El 7 de julio de 1816 en Tiahuanacu es muerto Ildefonso de las Muñecas. Fue sacerdote y jefe guerrillero en la guerra de la independencia del Alto Perú


El 7 de julio de 1816 en Tiahuanacu fue asesinado Ildefonso Escolástico de las Muñecas, que había nacido en San Miguel de Tucumán, el 15 de agosto de 1776. Fue un cura católico y jefe guerrillero en la guerra de la independencia del Alto Perú (Bolivia). Un patriota, digamos.
Después de graduarse en Teología en Córdoba, viajó a Europa y, según algunos de sus biógrafos fue influido por las ideas enciclopedistas y de la Revolución Francesa.
El presidente de la Audiencia de Charcas, que pasaba por Tucumán rumbo a Lima, lo conoció y le ofreció llevarlo como capellán al Perú. Estableció su casa en Cuzco y le dieron un curato adscrito a la catedral.
Cuando allá reventó la revolución independentista de agosto de 1814, dirigida por los tres hermanos Angulo, se formó una Junta y le ofrecieron la presidencia a Mateo Pumacahua, que era un cacique que había trabajado para el aplastamiento de la rebelión de Tupac Amaru en 1780, poniéndose bajo el mando del virrey, que le otorgó el grado de coronel de milicias.
Pero Pumacahua tuvo una actuación fluctuante: aliado con otro cacique, Choquehuanca, ambos al servicio del ejército realista, fue enviado a La Paz en noviembre de 1811 para reprimir los estallidos que se produjeron al dejar la ciudad el ejército de Goyeneche, triunfador en Huaqui y que se había marchado a enfrentar a las fuerzas de Arce y Rivero, alzadas en Cochabamba. Pero en lugar de llevar el orden, los soldados de Pumacahua se entregaron a brutales excesos sobre los habitantes de la ciudad.
Y cambió de bando para hacer frente a los realistas, pese a la confianza que habían depositado en él. De 1811 a 1814, la ciudad sufrió muchos males por los asedios, los motines internos y las invasiones de fuerzas irregulares indígenas al mando de caudillos —principalmente Juan Manuel Cáceres— que aterrorizaron a sus habitantes causando la muerte de muchos vecinos connotados.
Entre 1814 y 1816 hubo otro período trágico para La Paz: siguieron las muertes y peleas. Aliado Pumacahua, en 1814, con los Angulo, acordó un plan militar para llevar la revolución cuzqueña a otras provincias. La Junta mandó tres divisiones para avanzar sobre La Paz, Huamanga y Arequipa. Jefes de la primera eran el arequipeño Pinelo y el cura Muñecas, marcharon hacia La Paz por la vía de Puno, uniéndoseles en el camino multitud de indígenas.
El 22 de septiembre de 1814 llegaron al Alto de La Paz, disponiéndose a bajar en son de guerra sobre la ciudad. Luego de una gran resistencia de los defensores, al mando del intendente Gregorio Valdehoyos, los atacantes tomaron la población, y cometieron desmanes y violencias de todo tipo, después de haber sucedido una terrible explosión en el cuartel de milicias, atribuida a una maniobra de los realistas. Muchos prisioneros fueron degollados y acuchillados. El primero en ser exterminado fue Valdehoyos.
La turba mató atrozmente a varios vecinos realistas. Dicen que Muñecas, con la cruz en alto, logró salvar a muchos. Los cuzqueños estuvieron un mes, yfueron desalojados por el general realista Ramírez, quien dio a conocer sus propósitos de represalia y castigo sobre los vencidos.
Hubo fusilamientos y muchos fueron encarcelados y sometidos a crueles vejaciones. Pinelo y Muñecas huyeron, y el cura organizó en Puno una partida sobre la que basó sus guerrillas en la región de Larecaja.
Derrotados los caudillos insurgentes, se restablecieron las comunicaciones entre Lima y las fuerzas de Ramírez, que marchó a enfrentarse con el ejército de Rondeau, comandante de la segunda Expedición Auxiliar argentina.
Varias expediciones enviadas en su contra fueron rechazadas. Muñecas estableció su base de operaciones en Ayata, llegando hasta Yungas y Apolobamba; se puso en contacto con las fuerzas argentinas del sur, llegando incluso a enviar a Buenos Aires sus proclamas, que fueron publicadas en la Gaceta de Buenos Aires. Los realistas organizaron dos columnas, al mando de Gamarra y Aveleira para eliminar esa resistencia, partiendo una desde Puno y otra desde La Paz. El 27 de febrero de 1816, convergieron sobre Sorata, derrotaron a las tropas de Muñecas, que fue capturado y conducido hacia Cuzco para ser degradado y juzgado.
En el camino, fue muerto por un soldado de la escolta. Las autoridades españolas afirmaron que murió por un tiro casual, pero los informantes patriotas sostuvieron que fue asesinado.
Fue sepultado en Huaqui por el cura del lugar.
En Tucumán tenía una calle que empezaba, a una cuadra de la plaza Independencia, en el cruce con la 24 de Septiembre. Pero después le pusieron Celestino Gelsi, a las tres primeras cuadras y la hicieron peatonal. El cura Muñecas ahora empieza más allá. Pero no le hubiera importado, era un guerrillero que trataba de defender la patria, no un demócrata que busca cambiar el nombre de las cosas para justificar su sueldo.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.