Prudencio Ortiz de Rozas |
El 28 de abril de 1800 nace Prudencio Ortiz de Rozas, estanciero y militar, que participó en las campañas contra los indígenas y en las guerras intestinas argentinas
El 28 de abril de 1800 nació Prudencio Domingo del Corazón de Jesús Ortiz de Rozas, en Buenos Aires. Fue un estanciero y militar, que participó en las campañas contra los indígenas de su país y en las guerras intestinas argentinas. Murió el 1 de junio de 1857 en Sevilla, España.Era el segundo hijo del militar León Ortiz de Rozas y de la estanciera Agustina López de Osornio. Desde su juventud, estaba destinado a seguir los pasos de su padre en el campo de batalla y a administrar las vastas extensiones de tierra heredadas por su madre. Su infancia transcurrió entre los vaivenes de la frontera, donde la lucha contra los indígenas y las guerras intestinas argentinas eran moneda corriente.A medida que crecía, se sumergía en las responsabilidades de la vida rural y militar. Administraba los campos familiares con mano firme y lideraba las milicias de caballería provincial en enfrentamientos contra los indios. Su compromiso con la defensa de su patria lo llevó a contraer matrimonio con Catalina de Almada en 1823, una unión que fortaleció su posición en la sociedad y en el campo de batalla.
Con el grado de teniente, fue designado jefe de un destacamento en el fuerte de la Ensenada de Barragán durante la Guerra del Brasil en 1826. Más tarde, se unió a su hermano Juan Manuel en su lucha contra el general Juan Lavalle, participando en las batallas de La Vizcacheras y Puente de Márquez.
En 1830, adquirió la estancia Santa Catalina en la provincia de Buenos Aires, cerca del futuro pueblo de Azul, que ayudaría a fundar. Su visión y determinación lo llevaron a expandir sus propiedades rurales, convirtiéndose en el precursor de una región próspera y floreciente.
No solo era un líder en el campo de batalla, sino también un estratega político astuto. Participó en la campaña del general Juan Ramón Balcarce contra la Liga del Interior en 1831 y apoyó la Revolución de los Restauradores en 1833, desempeñando un papel crucial en la victoria final.
La lealtad hacia su hermano Juan Manuel no conocía límites, como lo demostró en una ocasión en la que recibió la orden de fusilar a un oficial sin juicio previo. Esta muestra de fidelidad y obediencia fue solo una de las muchas pruebas de su devoción a la causa de su familia y su país.
En 1839 organizó la defensa contra la revolución de los Libres del Sur, asegurando la estabilidad en su región natal. Su liderazgo y determinación se destacaron en la batalla de Chascomús, en la que derrotó completamente a los rebeldes.
Después de la victoria mostró clemencia hacia los gauchos que participaron en la revuelta, pero no tuvo piedad con los líderes revolucionarios. Persiguió implacablemente a sus enemigos, demostrando una determinación inquebrantable y un sentido del deber inconmovible.
A lo largo de su vida se destacó como un líder valiente y comprometido. Después de la muerte de su primera esposa, volvió a casarse y se estableció en Chascomús, donde continuó su legado familiar y militar.
Luego de la batalla de Caseros —en la que no participó —estuvo alejado de toda actividad pública hasta octubre de 1853, cuando vendió muchas propiedades y se trasladó a Montevideo. Desde ahí se fuea Portugal y luego a España, donde compró un palacio en Sevilla en el que pasó el resto de su vida.
Murió en Sevilla, España, en 1857. Poco después, su hija Basilia Ortiz de Rozas se casó con el general húngaro Juan Czetz, uno de los fundadores del Colegio Militar de la Nación.
Sus restos fueron repatriados en 1872 por su familia, y descansan en el panteón de la familia Ortiz de Rozas en el Cementerio de la Recoleta.
Juan Manuel Aragón
©Ramírez de Velasco
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