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Viedma y Carmen de Patagones |
El 27 de mayo de 1987 el Congreso aprueba la ley que manda que se traslade la Capital Federal a Viedma y Carmen de Patagones
El 27 de mayo de 1987 el Congreso aprobó –ley 23.512 –el traslado de la Capital Federal a Viedma y Carmen de Patagones. Fue una jugada arriesgada del presidente Raúl Alfonsín que, con un eslogan, al sur, al mar, al frío, quiso justificar una mudanza que no tenía sentido o, en todo caso, para la que no había consensuado con otras fuerzas políticas. Desde el primer día se supo que la movida estaba destinada al fracaso más rotundo.El primer artículo de la ley dice: “Declárase Capital de la República, una vez cumplido lo dispuesto por el artículo 5º, a los núcleos urbanos erigidos y por erigirse en el área de las actuales ciudades de Carmen de Patagones (provincia de Buenos Aires) y Viedma y Guardia Mitre (provincia de Río Negro), con el territorio comprendido en las cesiones dispuestas por las leyes número 10.454 de fecha 17 de octubre de 1986 de la provincia de Buenos Aires y número 2.086 de fecha 10 de julio de 1986 de la provincia de Río Negro”. Allí se establecieron los límites que tendría el nuevo conglomerado urbano, que abarcaría dos provincias.ARTICULO 2º - Habiéndose dispuesto la cesión de los territorios enunciados en el artículo1º mediante la Ley 10.454 de fecha 17 de octubre de 1986 de la provincia de Buenos Aires y la Ley 2.086 de fecha 10 de julio de 1986 de la provincia de Río Negro, considérase cumplido lo dispuesto en el artículo 3º de la Constitución Nacional.
Visto desde entonces, la ley era de un voluntarismo absoluto, desconocía los problemas anejos a un traslado tan fenomenal y no preveía la fortuna en dinero que costaría el traslado. La ley nunca fue derogada, simplemente después de un tiempo se dejó de hablar de ella, pues los argentinos estaban enfrascados en la lucha por la supervivencia, antes que en sueños de una transformación que, al menos de esta manera, no llegaría jamás.
En ninguna parte la ley preveía de dónde se sacaría el dinero para las expropiaciones que se necesitaban para un traslado de esa envergadura. Y muy rápidamente todo el arco político argentino se dio cuenta de que era una movida electoral del presidente Alfonsín, y obligó a que no se hablara más de semejante enormidad, simplemente no hablando más de ella. Fue una de las pocas veces en que la política de los grandes popes de Buenos Aires coincidió con el resto del país.
Juan Manuel Aragón
©Ramírez de Velasco
Por las dudas, también lo han derrocado. No se toca a la capital del virreinato.
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