Niños muertos en la batalla |
El 13 de septiembre de 1847 se libra la Batalla de Chapultepec, en las afueras de la Ciudad de México, donde estaba el Colegio Militar
El 13 de septiembre de 1847 se libró la Batalla de Chapultepec. Fue clave en la invasión norteamericano de México durante la Guerra entre México y Estados Unidos. Ocurrió en el cerro de Chapultepec, en las afueras de la Ciudad de México, donde estaba el Colegio Militar y una guarnición de tropas mexicanas. Los motivos detrás de la batalla son el deseo de Estados Unidos de expandirse hacia el norte, apropiándose de Texas y otros territorios al norte del Río Bravo, lo que llevó a México a defender su soberanía.Previo a la batalla en Chapultepec, las fuerzas norteamericanas ya habían obtenido victorias en otras partes como Padierna, Churubusco y Molino del Rey.Chapultepec se convirtió en uno de los últimos baluartes de defensa antes de llegar a la capital mexicana. El castillo, que albergaba el Colegio Militar, estaba defendido por cerca de 100 cadetes y 800 soldados bajo el mando del general Nicolás Bravo, héroe de la independencia mexicana. También participaron hombres del Batallón de San Blas, liderados por el teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.
El ejército norteamericano, al mando de los generales Winfield Scott, William Worth, John Quitman, y Gideon Pillow, bombardeó la posición mexicana durante todo el 12 de septiembre. Al día siguiente las tropas invasoras lanzaron un asalto directo al castillo. A pesar de la feroz defensa, que incluyó la caída heroica de Xicoténcatl envuelto en la bandera de su batallón, el castillo fue capturado con relativa facilidad. Esto dejó unos 300 soldados mexicanos muertos, incluidos varios de los cadetes que se negaron a rendirse y optaron por luchar hasta el final. A estos jóvenes se los conoce en México como los "Niños Héroes".
La toma de Chapultepec fue parte de una serie de maniobras norteamericanas diseñadas para abrirse paso hacia la Ciudad de México. Después de la caída del castillo, las tropas invasoras avanzaron hacia la capital, enfrentándose a las últimas defensas en las garitas de San Cosme y Belén. La resistencia mexicana en estos puntos fue feroz, pero finalmente insuficiente para detener el avance de los norteamericanos.
La batalla en la garita de Belén fue particularmente significativa. Las fuerzas mexicanas, bajo el mando del general Santa Anna, intentaron contener el avance enemigo, pero se vieron superadas en número y armamento. Santa Anna había estimado incorrectamente que la garita de Belén no sería atacada de manera decisiva, lo que permitió a las tropas norteamericanas, lideradas por Quitman, tomar la posición antes que sus compañeros en San Cosme. Aunque Santa Anna trató de organizar una contraofensiva, esta fue rápidamente neutralizada por el enemigo, lo que condujo a la eventual caída de la Ciudad de México.
La invasión culminó con la entrada de las tropas de Estados Unidos de América a la capital el 14 de septiembre, consolidando la derrota mexicana. La guerra en su conjunto tuvo consecuencias devastadoras para México, que terminó cediendo la mitad de su territorio a los Estados Unidos bajo el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848.
En la memoria histórica de México, la defensa de Chapultepec y la valentía de los "Niños Héroes" han sido elevados a un símbolo de patriotismo y sacrificio. Estos jóvenes cadetes, algunos de tan solo 13 años, son recordados por su determinación y coraje al enfrentarse a un enemigo claramente superior. En el Castillo de Chapultepec, hoy convertido en el Museo Nacional de Historia, se conmemora su sacrificio con placas y monumentos, recordando uno de los episodios más dramáticos de la historia mexicana.
Las batallas finales en las garitas de Belén y San Cosme marcaron el fin de la resistencia mexicana organizada en la capital. La captura de la Ciudad de México selló la victoria norteamericana y dejó a México en una posición extremadamente debilitada, obligándolo a aceptar términos de paz muy desfavorables. Este conflicto es recordado como una de las guerras más desiguales y dolorosas en la historia de América Latina, con un impacto duradero en la identidad y la memoria histórica de México.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
El invasor tan querido por muchos de los invadidos en el mundo...
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