Martha Salotti |
El 26 de octubre de 1980 muere Martha Salotti, educadora, escritora y defensora incansable de la pedagogía y la literatura infantil
El 26 de octubre de 1980 murió Martha Salotti, autora de obras como "La lengua viva", "Juguemos en el bosque" y "Un viaje a la Luna. Fue una educadora, escritora y defensora incansable de la pedagogía y la literatura infantil. A lo largo de su vida dejó una profunda huella en el ámbito educativo, siendo reconocida como la heredera del legado pedagógico de Rosario Vera Peñaloza, figura clave en la formación y el desarrollo de la educación infantil en el país. Su carrera estuvo marcada por la pasión por la enseñanza y la innovación pedagógica, enfocada especialmente en la infancia, y su capacidad para integrar la literatura como herramienta. Había nacido en Buenos Aires el 10 de abril de 1899.
Se formó como Maestra Normal Nacional y profesora Superior de Ciencias Naturales. A lo largo de su carrera docente, trabajó durante veinticuatro años como maestra de jardín y de grado, comprometiéndose con la formación integral de sus estudiantes. Fue reconocida por su capacidad para enseñar con empatía y por su habilidad para fomentar la curiosidad y el aprendizaje a través de la narración y el juego, metodologías que promovía como esenciales en la educación de los más pequeños.Uno de los hitos más significativos de su carrera fue la dirección del Instituto Félix Bernasconi entre los años 1957 y 1964. Ubicado en el barrio de Parque Patricios, este instituto era un símbolo de la educación pública argentina, y bajo su direccióni vivió una etapa de reestructuración y modernización. El museo del instituto, fundado por Rosario Vera Peñaloza, fue revitalizado por Martha Salotti, que se dedicó a renovar su estructura, dotándolo de un enfoque pedagógico más acorde a los tiempos y haciéndolo accesible a las nuevas generaciones. Durante su gestión se aseguró de que el instituto continuará siendo un espacio de innovación educativa.Su pasión por la educación iba más allá de las aulas. En 1965, se organizaron cursos de perfeccionamiento docente, para mejorar la capacitación de los maestros y promover nuevas formas de enseñanza. Ese mismo año fundó el Club de Narradores, a través del cual revitalizó la tradición de la narración oral en Argentina. Con esta iniciativa, promovió la práctica de la lectura en voz alta y la narración de historias, herramientas que consideraron fundamentales en el desarrollo del lenguaje y en la formación de una imaginación creativa en los niños. Este enfoque reflejaba su convicción de que la educación debía tocar tanto el corazón como la mente de los estudiantes.
En 1966, junto a Dora Pastoriza de Etchebarne, fundó el Instituto SUMMA en el barrio de Caballito, en Buenos Aires. Este instituto nació como una propuesta educativa innovadora que fue creciendo hasta abarcar los tres niveles educativos: inicial, primario y secundario. A partir de 1971, el Instituto comenzó a ofrecer el Profesorado de Castellano y Literatura con Especialización en Literatura Infantil-Juvenil, una carrera única en Hispanoamérica, que ofrecía una formación completa en el campo de la literatura y la pedagogía infantil, reflejando una vez más su visión sobre el papel central de la narración y la literatura en la educación.
A lo largo de su vida fue una prolífica escritora y editora. Publicó numerosos cuentos infantiles, libros de lectura y textos pedagógicos. Entre sus obras más destacadas se encuentran "El árbol que canta", "El patito coletón: cincuenta cuentos para jardín de infantes", "Un viaje a la luna" y "La lengua viva". Estas publicaciones no solo fueron utilizadas en las aulas, sino que también ayudaron a formar una generación de lectores jóvenes en Argentina. Además, editó doce trabajos científicos de Rosario Vera Peñaloza, consolidando el legado de su maestra. Por su trabajo de divulgación y adaptación del "Credo Patriótico" y "Vida del General San Martín", recibió el primer premio otorgado por el Instituto Sanmartiniano.
También fue presidenta fundadora de la Sección Argentina de la Organización Internacional para el Libro Juvenil y miembro de número de la Unión Cultural Americana, posiciones que le permitieron promover la literatura infantil y juvenil tanto en Argentina como en el ámbito internacional. Su dedicación a la difusión de la literatura para niños y jóvenes le ganó un lugar destacado entre los educadores y escritores más influyentes de su tiempo.
Además de su labor educativa y literaria mantuvo una amistad profunda y significativa con la poetisa chilena Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura, con quien compartía ideales sobre la importancia de la educación y la cultura. Esta amistad fue tan cercana que llegó a ser su apoderada en Buenos Aires, fortaleciendo su vínculo tanto personal como profesional con una de las figuras literarias más importantes de América Latina.
Su obra y sus ideas han dejado una marca indeleble en el desarrollo de la pedagogía en el país, especialmente en lo que respeta a la enseñanza de la lengua y la importancia de la literatura como herramienta educativa. A través de su vida y obra demostró que la educación es mucho más que una transmisión de conocimientos; es una forma de tocar el corazón y la mente de los estudiantes, inspirándolos a aprender ya soñar.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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