Francisco de Quevedo |
El 1 de diciembre de 1639, Francisco de Quevedo es arrestado en Madrid por orden del conde-duque de Olivares
El 1 de diciembre de 1639, Francisco de Quevedo fue arrestado en Madrid por orden del conde-duque de Olivares. Se sospechaba que había escrito un poema satírico que criticaba al gobierno, lo cual fue visto como una amenaza a la autoridad de Olivares y del rey Felipe IV. Este arresto se sumó a una serie de conflictos políticos y personales que Quevedo había tenido con figuras influyentes de la corte.Tras su arresto fue confinado en el convento de San Marcos en León, y permaneció encarcelado durante casi cuatro años. Durante su reclusión, su salud se deterioró considerablemente, lo que afectó su capacidad para escribir y participar en la vida pública. La prisión de Quevedo reflejaba las tensiones políticas de la época y el uso del poder para silenciar.Fue liberado en 1643, pero su salud ya estaba muy comprometida. A pesar de su liberación, nunca recuperó completamente su vigor y continuó sufriendo problemas de salud hasta su muerte en 1645.
Se llamaba Francisco Gómez de Quevedo y Villegas, había nacido el 17 de septiembre de 1580 en Madrid, España,y fue un poeta y maestro satírico del Siglo de Oro español. Reconocido como un virtuoso del lenguaje, Quevedo no tiene igual en la literatura española.
Nació en una familia adinerada y distinguida, lo que le permitió recibir una educación de calidad. Estudió en las universidades de Alcalá y Valladolid entre 1596 y 1606, demostrando un gran dominio de varios idiomas y una notable habilidad para la poesía. A los 23 años, ya se había distinguido como poeta e ingenioso, ganándose el respeto de contemporáneos mayores como Miguel de Cervantes y Lope de Vega, quienes expresaron su estimación por su poesía.
Aunque mostró un temprano interés por la literatura, su verdadera ambición era una carrera política. En 1613, se convirtió en consejero del duque de Osuna, quien era virrey de Sicilia y más tarde de Nápoles y a quien sirvió con distinción durante siete años. Con la ascensión al trono de Felipe IV de España, Osuna cayó en desgracia y Quevedo fue puesto bajo arresto domiciliario.
A partir de entonces, rechazó cualquier nombramiento político y se dedicó por completo a la escritura. Produjo un flujo constante de versos y prosa satírica, dirigidos a las locuras y vicios de sus contemporáneos. Su producción literaria abarca una amplia variedad de tonos, desde lo obsceno hasta lo devoto, reflejando su compleja personalidad.
Era un hombre de vasta erudición y cultura. Escribió obras de gran seriedad moral, tratados sobre la filosofía estoica y traducciones de Epicteto y Séneca. Al mismo tiempo, mostró una notable familiaridad con la vida baja y la hipocresía del inframundo. Esta dualidad en su obra es una característica distintiva de su estilo.
Una gran parte de sus escritos satíricos estaba dirigida a abusos específicos de su época, y aunque muchos de estos escritos ya no son de interés hoy en día, Quevedo es recordado por su novela picaresca, "La vida del buscón" (1626). En esta obra, describe las aventuras de “Pablo el más tahúr” en un mundo grotescamente distorsionado de ladrones, conspiradores e impostores.
Otra de sus obras destacadas es "Los sueños" (1627), una serie de fantasías sobre el infierno y la muerte, escritas entre 1606 y 1622. Estos textos muestran su desarrollo como maestro del conceptismo, un estilo barroco basado en juegos de palabras y conceptos elaborados. "Los sueños" es una obra que ejemplifica su capacidad para combinar una profunda crítica social con un ingenio agudo y mordaz.
En 1639, Quevedo fue arrestado de nuevo, supuestamente por un poema satírico, y fue confinado en un monasterio. Liberado en 1643, su salud se había deteriorado considerablemente, y murió poco después, el 8 de septiembre de 1645, en Villanueva de los Infantes.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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