Ir al contenido principal

¿LEYENDAS? Ruidos de cadenas en la noche santiagueña

Ranchos en la noche,
óleo de Hugo Argañarás

En algunos barrios, cerca de las tres de la mañana suele oírse el sonido de fierros entrechocando y una sombra que...


Más allá de las tres de la mañana, por el barrio Alberdi, por el Borges, por los barrios del sur y por el centro también, se suele sentir el ruido de fierros entrechocando cuando las calles hacen silencio y duermen tranquilas. Los viejos que saben ser de sueño liviano, oyen esos extraños sonidos y se persignan bajo las sábanas, porque les han dicho que los espantos andan en busca de las almas desveladas y temerosas. En la duermevela de la ancianidad intuyen que son las cadenas de los condenados y se quedan callados, quietos, los ojos redondos brillando en la oscuridad, esperando la madrugada quizás en vano.
Soy yo, llegado desde el fondo de la historia, desde que me aparecía a los indios que habitaban estas tierras y los hacía temblar de pavor, como algo que no comprendían. A veces uno de ellos andaba pescando, en una canoa, en medio del río que ahora llaman Dulce y era una luz rompiendo las tinieblas a lo lejos, otras ocasiones era una sombra alada que desaparecía detrás de unos ancochis o un extraño pájaro nunca visto, revoloteando para el lado de los lejanos cerros, entrevistos en el poniente.
Cuando llegaron los españoles me dieron diversos nombres. Hay quienes dejaron consignada mi presencia en viejos documentos que siguen durmiendo en el Archivo Histórico, aguaitando que alguien descubra sus antiguos misterios, pero muchas veces, quienes sintieron mi ominosa presencia, no la escribieron en ninguna parte, sino que la contaron en fogones camperos o en la sobremesa de las casas que ya perfilaban la pasmosa ciudad que luego se levantaría sobre estas mismas fatigadas calles.
La sombra más oscura de la noche de los tiempos me trajo a estos pagos para que los hombres me nombraran de distintas maneras, el Malo, el Diablo, la Almamula, el Runa uturunco, la Mujer de Blanco, el Petiso Fantasma. Tantas leyendas y mitos se levantaron a mi alrededor, sólo porque nunca me olvidé de pasear durante las madrugadas que temblequeaban de frío, buscando un alma gemela para acallar un poco, aunque fuera, mi eterna soledad de espectro de los tiempos.
Yo soy la idea del miedo que tiene el campesino y el hombre simple de la ciudad, el asombro desconfiado ante la lobreguez del alma despojada cuando se olvida de su Dios y se da a los placeres mundanos. Soy el horror de los que dominan sus calles y un día de estos, cuando menos se lo imaginen, han de mirarme con ojos despavoridos, unos segundos antes de caer muertos. Al día siguiente el olvido los empezará a acompañar en su recuerdo, mientras yo seguiré espantando quizás frente a sus mismas casas.
¿Mitos?, ¿leyendas?, ¿cuentos? No me hagan reír, pequeñeces para que se recreen los guitarreros en sus ansias de fama madura, entre arpegios y rasgueos amanecidos. Soy el miedo golpeando el estómago como un mazazo, cuando se oye cantar a la Llorona en mitad de la medianoche, soy la pavura de eso que estaba del otro lado, cuando el caminante da vuelta la esquina y algo se le esconde detrás de una tapia. Soy también el maullido de un gato despertando a los vecinos, el llanto de un chico saliendo de una ventana, pero no se sabe de cuál, porque en este barrio ya no hay niños, la risa de una vieja que estremece el corazón de los creyentes.
No esperen de mí un consuelo, un alivio a su angustia, su miedo, su incertidumbre por lo que está por venir. Del otro lado de la muerte quizás también me hallen para hacerles rechinar los dientes de terror el día que se vayan para siempre de esta tierra que refulge cada mañana cuando el sol empieza a golpear las paredes de las casas con un retumbo de siglos.
Voy a andar dando vueltas por las calles de esta ciudad más allá de los siglos, cuando por estos pagos no pase más que el viento norte colándose por lo que otrora fuera Santiago del Estero, antes de eso tierra de indios y antes de antes, el pago del ligero suri, el astuto pichi, el duro guayacán, el ruidoso bagre y el voraz dorado, maravillas de las maravillas del mundo de los vivos
.
Esta noche, si hace frío, más allá de la medianoche pasaré por frente a la casa de quienes me leen. Esperen y verán.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc3 de junio de 2022, 8:08

    Muy bueno. Voy a estar más atento en estas noches de Tala Pozo, donde ya supo andar.

    ResponderEliminar
  2. Creo que a esos ruidos de noche por las tapias y el fondo de las casas, ahora les dicen "el pata i'lana"

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno!! A la hora que se le ocurra pasar, ya estaré durmiendo, tapada hasta el hocico!! Jajaja!!

    ResponderEliminar
  4. Yo nunca sentí cadenas ni nada bueno si los ladrones si vivo encerrada porqué soltaron a los presos ! El mundo al revés
    Da miedo 😨
    Arq lopez ramos

    ResponderEliminar
  5. Traemelo a don Fernando y a doña Coca.

    ResponderEliminar
  6. Por la Bolivia y el salón rojas, te esperamos con Jorgito...

    ResponderEliminar
  7. Me encantó, me recuerda los cuentos que ne contaba mi madre, cosas que sucedían entre los cañaverales en su QUERIDO tucuman

    ResponderEliminar
  8. Dicen que cuando andan con la prima o la comadre arrastran cadenas, será cierto??

    ResponderEliminar
  9. Muy bien contada la leyenda del "alma mula"

    ResponderEliminar
  10. Te espero. Ojalá pueda protagonizar alguna vez uno de esos cuentos o leyendas. Me encantaria. Preparo café y lo dejo en el termo. Nos vemos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

DESPEDIDA Hasta la próxima Chacarera Musha (con vídeo)

Velorio de Musha, con música A último momento, cuando ya no quedaba mucho por hacer, se pensó en traerlo a La Banda, pero ya era tarde, la enfermedad estaba ganando Por Alfredo Peláez, “Fredy” Tenía un aprecio especial por Musha. Muchos años de amistad. Era como de la familia. Vi todas las fotos y leí todo los posteos que se publicaron en las redes con motivo de su fallecimiento. De todas la que más me gusto, fue una despedida que decía: "Hasta la próxima chacarera". Y sí. "Musha" Carabajal era pura chacarera. En los escenarios, solía gritar anta cada tema con voz impuesta: "Chacareraaa…". De su círculo íntimo, me contaron, que cuando ya no había nada que hacer, cuando la situación era irreversible, se pensó con SADAIC en trasladarlo a La Banda para que se apague su vida en la tierra que lo vio nacer un 2 de junio de 1952. Fue imposible. "Musha" ya no podía moverse. La terrible enfermedad que padecía le estaba ganando la batalla final. A sus amig...

RELIGIÓN Por qué la masonería no es una inocente asociación

Masones (imagen de ilustración) A veces se debe recordar conceptos simples que están en la base de una creencia, pues hay gente que deliberada o inadvertidamente los olvida o los ignora Para quien crea que no hay nada malo en la masonería, que muchos próceres fueron sus afiliados, cabe hacer una lista de los presidentes y vice que fueron masones o hermanos tres puntos, como también los llaman. Presidentes, Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento (presidente de 1868 a1874 que renunció a la masonería antes de asumir, porque era incompatible con el juramento católico que debía formular y que en ese tiempo era obligatorio), Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen y Agustín Pedro Justo. Vicepresidentes argentinos afiliados a la masonería fueron Salvador María del Carril, Juan Esteban Pedernera, Marcos Pa...

SAUDADES El cuadro de la abuela

Frente de una casa antigua “En el medio, como chorizos superpuestos y una tras otras, la pieza de los padres, después la de los abuelos, la de los tíos…” Me gusta el liviano aire que portan las casas viejas, que tienen un aparente desorden en las cocinas con el que las abuelas suelen confundir a la gente que llega por primera vez. Me gusta cuando las conozco, cuando me dejan pasar a ese lugar sagrado, que solamente era profanado por los íntimos, y también por el electricista, el gasista, el plomero, cuando llegaban, tras un pedido de auxilio. En ocasiones, como esta madrugada de domingo en que escribo mi diaria crónica, algo en el aire trae el recuerdo de aquello y crece en el pecho un rencor añejo, por las cosas que no están, porque no hicimos mucho para retenerlas y porque, de alguna manera que no sabría explicar, podríamos haber cubierto de eternidad aquellos tiempos y no lo hicimos, ¡caracho! Le cuento por si lo ha olvidado o no lo experimentó, en esas casas había una sala española...

RECURRENCIA Tu perro es sólo un perro

Choco sin raza, obvio No es parte de tu familia, nunca lo será, porque la familia es el proyecto de vida que forman un hombre y una mujer para tener hijos y criarlos sanos y buenos Es sólo un perro, es sólo un perro, es sólo un perro. No, jamás será un ser humano, aunque pasen mil años él, su cría y la cría de sus crías, jamás serán gente. Seguirá siendo un perro, un triste perro. Un animal, ¿entiendes? Es animal y por lo tanto irracional, no razona, no piensa como vos, tu marido o tu señora. Y aunque estamos en pleno tiempo de autopercepción sensiblera, compasiva y tierna, no lo voy a reconocer como tu hijo. No es tu hijo. ¿Vos lo ves así?, bien por vos, para mí no lo es. Dile Pedrito o María Eugenia, para mí es lo mismo, es decir un perro, un pichicho, un choco, un firulais, como lo llaman los mejicanos. Y no, no me gusta tu perro, no es agradable, ¿no ves que tiene cara de perro?, ¿cómo quieres que me guste? Tampoco voy a tener la cortesía de decirte que es lindo. Porque, disculpame...

1998 AGENDA PROVINCIAL Tragedia

El Tabycast El 10 de abril de 1998, se desata una tragedia en un departamento del TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató a la niña, se tiró por el balcón y murió El 10 de abril de 1998, se desató una tragedia en un departamento del edificio TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató de dos disparos la niña y se tiró por el balcón, muriendo casi al instante. A las 8 y 10 de la noche, Diego José Zaín, que tenía 24 años, llegó al departamento en que la joven, Ana Lugones Castiglione, de 19 años, vivía con la hija de ambos, Dolores de 4, y su abuela Carmen Garay. Estaban separados, su abuela no estaba en Santiago y una amiga que debía visitarla a esa hora, se había demorado. La niña había nacido el 8 de marzo de 1995 y el padre la llevó de vuelta al departamento del cuarto piso del TabyCast, frente a la plaza Libertad. Cuando Zaín tocó el portero eléctrico, la joven sintió miedo, porque él ya la había amenazado y en ese moment...