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CUENTITO Evolución sin ciencia

Creación del mundo

Están en su derecho quienes quieren creer en que al principio hubo un caldo inanimado que, por sí mismo creó una célula, pero es una patraña


Cada vez que creaba algo nuevo, Dios veía que estaba bien. Con la luz y la obscuridad, la tierra y las estrellas, el arriba y el abajo anduvo todo fenómeno, también era cuestión de crear leyes distintas para cada uno. El quinto día Dios dijo: "Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie". Y así sucedió.
Pero Dios era y sigue siendo primerizo. No sabía mucho de crear mundos y después de fabricar este y, viendo los resultados, es dudoso que quiera concebir otros. Pensará varias veces antes de dar vida a marcianos, selenitas o venusinos.
Hizo animales de sobra, veinte mil clases de caballos, trescientos ochenta millones de especies de mosquitos, cuatrocientos trillones de ballenas. Y los tiró al manchanchi. Unos cayeron en los lugares justos, pero por ahí a un bagre le tocó en medio de la tierra y se murió al rato. La mitad de los caballos nacieron en el medio de lagos profundos y creparon. El resto se fue acomodando como pudo.
Por eso Adán y Eva vivieron un Paraíso que tenía mucha más variedad de bestias que todos los bosques juntos de hoy. Al tiempo, cuando los animales todavía se andaban acomodando, llegó Noé con el asuntito de la gran lluvia que caería sobre la Tierra y terminó de acomodar la Creación. Desde entonces hubo dos clases animales, los que entraron en el Arca y los que quedaron afuera, que pasaron a ser antediluvianos. Por comodidad, el quía llevó una sola clase de caballos, otra de elefantes, un par de tortugas, loros, moscas, garrapatas, ovejas, cabras, en fin. Por más grande que fuera el barco, no cabían todos, los que entraron se salvaron, los oros quedaron para el recuerdo como unicornios, endriagos, dragones, grifos.
Pero, mire usté lo que sucedió: miles de años después de que Sem, Cam y Jafet se separaran para poblar la Tierra, los hombres no creyeron más en la existencia de un Dios todopoderoso, supusieron que ellos mismos eran más dioses que el mismísimo Dios. Quemaron el libro de los libros, la Biblia, y se dieron a la tarea de inventar otra creación, esta vez con una ideología antirreligiosa que calificaron de científica.
Desde entonces tratan de explicar todo de vuelta, pero a través de una “evolución”, que suena muy racional pero no tiene una sola prueba cierta en qué apoyarse. En todo caso, las supuestas pruebas de la evolución del hombre, dicen los que saben, caben en una mesa de billar, y de ellos más de la mitad son discutibles y el resto falsos.
Pero negarlo es pecado de lesa modernidad, quienes lo hacen son condenados al ostracismo de la indiferencia que el mundo actual tiene reservado para los réprobos más atroces del pensamiento.
Oiga, dicen que al principio había una especie de caldo, un mundo de agua y tierra inanimado. Luego de millones de años, una pequeñísima molécula de tierra, arena, mica, feldespato o cuarzo, por obra del tiempo, se convirtió en una célula viva, un fenómeno que cualquier bioquímico le dirá que es imposible, así se repita el experimento ochenta billones de años.
El cuentito sigue, esa célula no murió, sino que comenzó a dividirse y al cabo de otros millones de años creó el musgo, luego llegaron las plantas, hubo un paréntesis misterioso, que no saben cómo explicar y aparecieron también mágicamente los animales acuáticos, algunos se adaptaron a la tierra, otros se volvieron monos, un mono bajó del árbol, hizo fuego y ¡vualá!, estaba formado el hombre.

Leer más: para qué han vivido los grandes hombres de la humanidad, por qué los recuerdan, qué hicieron de su existencia

El único problema es que todo este razonamiento contradice, en sí misma, la teoría de la evolución, que sostiene, dicho en criollo, que nada mejor puede salir de algo peor. O lo que lo que es lo mismo, un vino bueno se suele avinagrar, pero es difícil que por sí solo, el vinagre regrese a su estado de vino. Usted, su vecino, el señor de la otra cuadra, su señora, sus hijos, el autor de estas líneas, todos van a morir: ninguno se va a convertir en una especie superior de humanos. Y ningún mono, por más que se esfuercen un día de estos va a llegar a ser hombre.
Si no quiere creer en la Biblia porque es un cuentito, perfecto. Pero la narración de la teoría de evolución de las especies es mucho más increíble todavía, se sostiene con alfileres, es una patraña más o menos bien planteada para incautos.
En fin. Da como para pensar en algo distinto, hoy que es domingo. Hablando de todo un poco, como todos saben el domingo es un día de la semana de siete días, inventado por una religión en tiempos inmemoriales. Si usted no cree en esa religión, descanse cada diez días, cada tres, cada cinco. Por qué amoldar su vida a un cuentito como la Biblia, si usted es un ser evolucionado que no está de acuerdo con esas patrañas.
©Juan Manuel Aragón
Primer día de octubre del 2023, en Real Sayana. Oyendo cumbias

Comentarios

  1. Tema muy interesante y que da para mucho, Juan Manuel. Darwin mismo aclara en su libro " La Evolución de las Especies", que su gran duda, para la cual no tenía explicación, es la "gran explosión Cámbrica", durante la cual aparecen miles de especies complejas (encontradas en los fósiles de la capa geológica de esa era), que no tienen correspondencia con los fósiles de la capa geológica anterior, del precámbrico. Además de ello, el tiempo transcurrido entre ambas eras no es suficiente para que ocurra tal generación de especies por simple adaptación evolutiva.
    La complejidad del código genético (un verdadero programa de computación) hace imposible que una célula se hubiera podido generar por un rayo cayendo en un caldo de minerales.
    Más aún, una cosa es evolución adaptativa de especies, que fue la base de la investigación de Darwin, y otra es la creación de especies, ya que no se puede aún probar que una nueva especie se genere a partir de otra por simple adaptación.
    Sugiero leer los trabajos y ver videos de Stephen Meyer (El regreso a la hipótesis de Dios), James Tour y John Lennox sobre el tema, que describen los fundamentos de volver a la hipótesis de una creación inteligente.
    Por otra parte, hay que poner en contexto que la historia de Adán y Eva es una representación mitológica de algo que tiene un sentido mucho más complejo. Hay un trabajo de series bíblicas de Jordan Peterson que lo describe en profundidad.

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