Colonialismo (ilustración) |
Algunas palabras que nos impone la modernidad, antiguamente tenían otras, más eufónicas y, sobre todo más nuestras, pero el tontaje manda
Es una vieja conversación: cuando salió “Twitter”, muchos que hablan en español creyeron que no tendría mucha andadura. Puede sonar muy lindo el nombre en inglés, pero aquí se oye ridículo, tuiter, tuitiar (tuirer pronuncian más o menos, los que saben inglés). Todo muy mariconazo parece, si quiere la verdad.Pero al toque a quienes la usaban les empezaron a decir tuiteros, idearon el verbo tuitear y, consciente o inconscientemente, se enamoraron de la palabreja, vea usted. Como que primero la emplean por esnobismo, para mostrar que están en la novedad, en la pomada como quien dice y ahora ya es tan común que no se les cae de la boca. Bien por ellos, que se enamoran de todos los términos recién llegados del lado del mundo que habla en cualquier idioma que no sea español.Antes, o después quizás, largaron allá la palabra selfi para nombrar a la fotografía que se saca uno mismo con el telefonito y al toque pasó a ser parte del paisaje idiomático argentino y quizás mundial. Le podrían haber dicho autofoto o autorretrato, que no son ni buenas ni malas, son términos que ya existían en el dulce idioma de Miguel de Cervantes, pero, como se sabe, a muchos les gusta todo lo que viene de allá, como que les da prestigio, ¿ha visto?Este es un tema recontra discutido, hablado, criticado, alabado y hasta menospreciado por la cultura popular, que solamente halla las palabras y las va usando como puede sin hacerse tanto drama por su origen, su génesis, su morfología, su sintaxis, su ortografía, su etimología, su formita. En una de esas piensen: “Todos dicen Tuiter y debo decir Tuiter, todos dicen selfi y digo selfi”. ¿El idioma es un puente para comunicarse?, sí, entonces ahí está, si uno dice algo y todos lo entienden, vamos para adelante.
El drama es que ahora el dueño de Twitter, uno de esos multimillonarios actuales, megalómano, como casi toda esa gente con más plata que los ladrones, le cambió el nombre. Compró la empresa de contado, hizo una oferta que los dueños anteriores no pudieron rechazar y se la llevó enterita, toda para él.
Abra paréntesis para que se le señale una pequeña paradoja (las paradojas a veces son para joda nomás). El dueño actual, supuestamente un derechista recalcitrante —el megalómano que se nombró antes— le sacó todas las restricciones que tenían los anteriores dueños, que eran progresistas, para que se diga lo que a uno se le dé la gana. Por si no se dio cuenta, la singularidad es que los dueños anteriores en nombre de la libertad no dejaban que los usuarios dijeran lo que se les cantase, mientras que el actual, en nombre del derechismo, corrió al diablo a miles de empleados que tenían como único trabajo hacer de policías del pensamiento de la gente. Como el caso de Facebook o Feibu, que si usted pone la palabra “puto” ahí nomás lo corren al diablo y no importa el contexto ni nada. Cierre paréntesis.
Ahora la empresa se llama “X”, Equis, o sea. Y ahí se les queman las ideas a los que fabrican la moda del idioma, porque en el afán de surfear siempre en la cresta de la ola, cada vez que alguien la nombra, se ven en la obligación de avisar que antes se llamaba Twitter, como si el dueño les pagara una fortuna para hacerle propaganda. Y lo hacen gratis, oiga.
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En las catacumbas que tienen para inventar nuevas deformaciones del idioma, sus dueños deben estar pensando día y noche en qué van inventar con la letrita, como les dirán a los antiguos tuiteros, porque llamarlos “tuiteros que usan la plataforma Equis” es muy largo.
¿Por qué no le siguen diciendo tuiter? Se preguntará usted. Porque son modernos, como se dijo, tienen que estar en la cresta de la ola del idioma, una forma como tantas otras de colonizarnos mentalmente con sus tiquismiquis verbales.
Usted sabe que la colonización no empieza por los medios de producción y la imposición de sus modos y máquinas, sino por el formateo de la cabeza de la gente, y así logra imponerse sobre otros pueblos. Lo primero que hacen las usinas de la cultura global (diarios, radios, televisión y, últimamente internet) es torcer el idioma, una vez que han llevado a la gente a sus propias curvas y contracurvas sin sentido, el resto es fácil.
Fijesé, sin ir más lejos y por dar un solo caso, el progresismo separatista (un régimen colonial como cualquier otro, pero más peligroso), primero impuso el catalán como idioma oficial y excluyente en Cataluña y después les dijo a los catalanes que debían independizarse de España. Hacerlo al revés hubiera sido muy difícil. Pero es tema de otra conversación.
Si no entiende, a vuelta de correo se publicará una equis para una mejor comprensión, un guasáp o un imeil, como prefiera.
©Juan Manuel Aragón
A 7 de octubre del 2023, en Villa del Carmen. Fritando cebolla
El periodismo, como formador de opinión, está llamado a jugar un papel fundamental para evitar esa colonización del pensamiento. Pará ello debe hacer esfuerzos en investigar más a fondo los detalles de lo que publica y procurar ser veraz, ecuánime y preciso en los conceptos.
ResponderEliminarLa definición de "Megalómano" es alguien "Que se comporta como si tuviera una posición social y económica muy superiores a las reales."
El dueño de tuiter es la persona más rica del mundo, trabaja 18hs por día y tiene una vida bastante sencilla. Casi no asiste a eventos sociales. En mi opinión, es todo lo opuesto a un megalómano.
No uso redes sociales, pero he leído que al comprar esa plataforma trajo a sus expertos de computación de sus otras empresas (Tesla, Space X, etc) y los puso a investigar todos los casos de lista negra que el anterior dueño había introducido en los algoritmos para suprimir a personas famosas que opinaban en contra de la campaña del actual presidente de USA y a científicos que advertían sobre los riesgos de las vacunas y daños del encierro por COVID, y fue invitando a cada uno de esos especialistas para que ellos mismos vieran cómo sus opiniones habían sido censuradas, incluso por instruccion del propio gobierno y del FBI.
Se debe ser cuidadoso cuando al escribir se enciende el ventilador y se salpica mugre a todos lados. En toda historia hay buenos y malos, y es necesario dejar bien claras esas diferencias.
El dominio de un idioma, o su penetración tiene que ver con el dominio económico, o con la conquista militar. El idioma inglés se entiende en casi todo el mundo, por la supremacía económica norteamericana, y antes la inglesa. En América la conquista española hizo desaparecer a casi todos los idiomas existentes. No se trata de la T.V o la radio etc.Es una batalla perdida, y el voluntarismo de unos pocos, no será el dique que contendrá la ola.
ResponderEliminarY para qué tanto gre gre? Si la plataforma se llama equis, entonces quienes escriben en ella son equiseros. Y chau pichu, qué tanto..!
ResponderEliminarUn ‘tweet’ ahora se denomina oficialmente ‘xeet’ según la nueva página del centro de ayuda de X.
ResponderEliminarSe comenta que el multimillonario ha mostrado algunas ideas sobre cómo podría ser el término que reemplace al famoso 'tweet'. Preguntado por un usuario, Musk ha señalado que se llamarán x's. Cómo se pronunciará eso ya es otro tema.