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José Rivera Indarte |
El 19 de agosto de 1845 muere José Rivera Indarte, poeta y periodista cordobés, conocido opositor al gobierno de Juan Manuel de Rosas
El 19 de agosto de 1845 murió José Rivera Indarte, en Santa Catalina, Brasil. Había nacido en Córdoba, el 13 de agosto de 1814 y fue un poeta y periodista, conocido opositor al gobierno de Juan Manuel de Rosas.Hijo del coronel Manuel Rivera y de Trinidad Indarte, se mudó a Buenos Aires siendo niño. Estudió en la Universidad de Buenos Aires, donde cursó latín, filosofía y matemáticas. Tras enemistarse con algunas personalidades como Vicente Fidel López, fue expulsado de la Universidad por robo de libros. Aunque readmitido al año siguiente, tuvo más problemas penales por robo de una corona sagrada y un intento de estafa. Fue condenado a prestar servicios militares, pero por su inutilidad en el uso de las armas, se le conmutó la pena por un año de destierro en 1832.Publicó notas y poemas en La Gazeta Mercantil, oponiéndose al partido de Juan Antonio Lavalleja en Uruguay. Emigró a Montevideo, donde publicó El Investigador y fue parte de la Comisión Censora del Teatro. Expulsado por el presidente Fructuoso Rivera a pedido de Manuel Oribe, regresó a Buenos Aires en 1834.
Volvió a la Universidad para estudiar derecho, aunque no fue autorizado a rendir exámenes. Se dedicó al periodismo, fundando con Gregorio Vélez El Imparcial, defendiendo las posturas del Partido Federal y especialmente de Juan Manuel de Rosas. Publicó el Himno de los Restauradores y el Himno a Rosas. También lanzó el Diario de los Anuncios y Publicaciones Oficiales de Buenos Aires, con ilustraciones de César Hipólito Bacle.
Rivalizó con Juan Bautista Alberdi, defendiendo en El Voto de América la postura de enviar representantes diplomáticos a España. Tras el ascenso de Rosas, lanzó un pasquín con una Oda a Rosas, encabezado por una mazorca, símbolo adoptado por la Sociedad Popular Restauradora.
En 1836, el presidente uruguayo Oribe lo denunció por conspiración. Tras ser arrestado y liberado, su situación empeoró cuando su socio Bacle fue descubierto vendiendo planos militares. Rivera Indarte se exilió en Estados Unidos, protegido por el embajador Carlos María de Alvear.
En 1838, se trasladó a Montevideo, convirtiéndose en enemigo fanático de Rosas. Dirigió El Nacional, defendiendo la posición francesa en el bloqueo al Río de la Plata y acusando a Rosas de crímenes. Acompañó a Florencio Varela a convencer a Juan Lavalle de unirse a los franceses contra Rosas.
En 1841, Rosas recibió una "máquina infernal", una trampa mortal que no se activó. Aunque nunca se descubrió al responsable, Rivera Indarte fue señalado en la prensa porteña.
Émile de Girardin reprodujo en La Presse una nota afirmando que Rivera Indarte recibió un pago por un texto difamatorio contra Rosas. En Tablas de sangre, atribuyó a Rosas 480 muertes, cifra falsa e inflada, y lo acusó de la muerte de 22.560 personas en combates desde 1829, una cifra exagerada.
Escribió Es acción santa matar a Rosas, justificando el asesinato del gobernador. También acusó a Rosas de inmoralidades como defraudación fiscal, malversación de fondos y abandono de su esposa. Llegó a calumniarlo de incesto con su hija Manuelita.
Florencio Varela llevó el informe a Londres, justificando la intervención anglo-francesa en el Plata. Esta lista, sin rigor periodístico, fue usada durante décadas para condenar históricamente a Rosas. Curiosamente, Rivera Indarte no mencionó la relación de Rosas con Eugenia Castro, su criada y amante.
En sus últimos años escribió Melodías hebraicas, una colección de citas bíblicas con estilo romántico.
El principal teatro de Córdoba, llamado actualmente Teatro del Libertador General San Martín, llevó inicialmente su nombre. También una calle en Buenos Aires, otra en Córdoba y un barrio de esta última ciudad, llevan su nombre.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
Si finalmente estuvo contra Rosas, se entiende el porqué de los honores que ha recibido desde algunos gobiernos. "Calle 9 de Julio, esquina Rivera Indarte", es una frase que nos han dejado Los del Suquía, y más de uno tomamos fotos de esa esquina cordobesa.
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