Julio Argentino Roca |
El 14 de octubre 1884, el presidente Julio Argentino Roca expulsa al nuncio apostólico Luis Mattera acusándolo de interferir en asuntos internos
El 14 de octubre 1884, el presidente Julio Argentino Roca expulsó al nuncio apostólico Luis Mattera. Lo acusaba de interferir en asuntos internos al intentar frenar la legislación argentina sobre educación laica. Este conflicto coincidió con el acalorado debate en torno a la ley 1420, que establecía la educación común, gratuita, obligatoria y laica. Eduardo Wilde, ministro clave en el gobierno de Roca, enfrentó fuertes resistencias de la Iglesia al poner en marcha estas reformas, vistas como un desafío.Wilde, conocido por su ateísmo y masonería, también enfrentó obstáculos personales: cuando su esposa falleció, se casó con una de las hijas de un amigo, desatando más críticas de la Iglesia. Este matrimonio simbolizó la brecha creciente entre el Estado y la Iglesia en Argentina, exacerbada por medidas como la creación de institutos laicos y la separación de la enseñanza religiosa de las escuelas públicas.Durante el gobierno de Roca, se fortaleció la educación pública, con la creación de numerosas escuelas y la expansión de los colegios nacionales en todas las provincias. Sin embargo, las tensiones entre liberales y católicos se intensificaron, reflejando una profunda división sobre el papel de la religión en la vida pública.
La ley 1420, aprobada en 1884, consagró la educación laica con enseñanza religiosa opcional fuera del horario escolar, provocando reacciones vehementes tanto de defensores como de detractores. Los católicos, liderados por figuras como José Manuel Estrada, se opusieron activamente y, tras ser desoídas sus protestas, se retiraron del debate político y legislativo.
El conflicto alcanzó su punto más alto con la expulsión de Mattera, gesto que rompió relaciones diplomáticas entre Argentina y el Vaticano por 16 años. Roca, decidido a afirmar la soberanía nacional, enfrentó duras críticas, pero logró consolidar reformas que marcaron un quiebre histórico en las relaciones entre el Estado y la Iglesia en la Argentina.
El episodio también destacó el papel crucial de figuras como Eduardo Wilde, que enfrentó la oposición religiosa con astucia política, logrando avanzar en un programa reformista que sentó las bases de la modernización educativa y civil del país. Aunque controvertidas, estas medidas marcaron el camino hacia un Estado más secular y progresista, enfrentando resistencias arraigadas en una sociedad dividida entre tradición y cambio.
Las consecuencias saltan a la vista hoy, que los jóvenes se reciben de cualquier cosa sin tener ideales claros, habiendo elegido sus respectivas carreras nada más que como salida laboral y sin una visión clara del aspecto religioso de la vida.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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