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Borges en su despacho de la biblioteca Nacional |
El 3 de octubre de 1949, Jorge Luis Borges diserta en la biblioteca Sarmiento, su reconocimiento se limita a círculos literarios
El 3 de octubre de 1949, Jorge Luis Borges disertó en la biblioteca Sarmiento. Aún no había alcanzado la fama internacional que lo convertiría en uno de los escritores más influyentes del siglo XX. En ese entonces, su reconocimiento era mayormente local y se limitaba a círculos literarios y académicos de la Argentina.Bernardo Canal Feijóo, intelectual y abogado originario de Santiago del Estero, ya conocía a Borges desde hacía tiempo y se propuso traerlo para una serie de conferencias. Aunque Canal ya no vivía en Santiago del Estero, mantenía vínculos importantes con la comunidad cultural local, lo que le permitía servir como intermediario para conectar a los intelectuales metropolitanos con su provincia.La visita se organizó cuando presidía la institución Jorge Fernández Reuter y varias instituciones se unieron para hacer posible esta disertación.
Borges ofreció cuatro conferencias que dejaron una profunda impresión en los asistentes. La primera se realizó en el Jockey Club y en la Biblioteca Sarmiento, bajo el título "El Martín Fierro y la literatura gauchesca". Esta charla giraba en torno a la obra emblemática de la literatura argentina, que Borges admiraba y sobre la que había escrito en varias ocasiones. La segunda conferencia, sobre literatura fantástica, se hizo también en la Biblioteca Sarmiento, cuando compartió sus reflexiones sobre un género que él mismo ayudó a consolidar en el ámbito del habla hispana. La tercera charla, titulada "La cábala", fue en el Salón de Radio El Norte, y allí el vate porteño exploró su fascinación por las tradiciones místicas judías, un tema que impregna algunas de sus obras más conocidas.
En todas sus presentaciones, Borges fue recibido con entusiasmo por el público, que llenaba las salas donde en las que se hizo cada conferencia.
Esta visita no solo fue un acontecimiento cultural de relevancia en Santiago, sino que también fue un encuentro entre el escritor y los autores locales. La comunidad literaria santiagueña, que había seguido de cerca la obra de Borges, tuvo la oportunidad de dialogar con él durante su estancia. La interacción con los escritores locales fue especialmente valiosa, ya que Borges, conocido por su humildad y curiosidad intelectual, se mostró receptivo y abierto a discutir sobre la producción literaria de la región.
Este contacto fructífero llevó a Borges a prometer que volvería a Santiago del Estero, un compromiso que cumplió 20 años después, en 1969.
Durante su visita a la biblioteca Sarmiento, Borges no solo ofreció dos de sus conferencias, sino que también tuvo la oportunidad de recorrer sus instalaciones. Elogió la sala de lectura y el esfuerzo que la institución venía realizando desde su creación para fomentar el acceso a los libros y la cultura. En un gesto simbólico, pidió leer el Facundo de Domingo Faustino Sarmiento, un texto fundacional de la literatura argentina que siempre había admirado. En ese caluroso día de octubre de 1949, Borges pasó unos momentos hojeando el libro antes de despedirse de la Biblioteca Sarmiento, dejando una huella imborrable en la memoria de quienes lo recibieron.
El paso de Borges por Santiago del Estero fue un acontecimiento de gran trascendencia en la vida cultural de la provincia. Su visita no solo fortaleció los lazos entre los escritores locales y uno de los más grandes intelectuales del país, sino que consolidó la reputación de la biblioteca Sarmiento y otras instituciones culturales que participaron en su organización. Más allá de las charlas y homenajes, el encuentro con Borges reflejó el deseo de las provincias argentinas de conectarse con los debates literarios y filosóficos que se gestaban en Buenos Aires y el resto del mundo.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
Qué maravilloso recuerdo,Juan. Borges en Santiago!;y en la hermosa Biblioteca Sarmiento!
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