Biccletería en la Belgrano |
Va de nuevo el consejo de siempre amigos, la bicicleta sigue siendo el remedio más efectivo para evitar los enormes gastos del pasaje de colectivos
Los recortes de gastos que deberemos hacer cuando se acabe el aguinaldo de diciembre son tan grandes, tan enorme será nuestra repentina pobreza, que nos veremos precisados a recurrir a soluciones extremas. Cuando haga cálculos de que no tiene cómo suprimir su comida y la de sus hijos, verá que quedará muy poco margen para otros consumos, como la luz, el gas, el agua, el cable, el alquiler, el asadito de los domingos, las cuentitas con las tarjetas.O no vamos a llegar o alcanzaremos fin de mes ahí nomás, con lo justo, arañando el fondo vacío del tarro, que se dentro de unos meses estará herrumbrado de tanto no usarlo, porque no habrá que ponerle. Ya lo dijo el Presidente, palabras más, palabras menos: “La buena noticia es que el año que viene los argentinos van a comer aca, la mala es que no va a alcanzar para todos”.Recién en el 2025 pronostican que se verá (se verá, porque no es segur), si la cosa se empieza a recomponer, pero muy de a poquito. Eso sí, los que viajan en los camarotes de arriba serán los primeros en volver a la superficie, el resto deberemos esperar un tiempo más, si es que nos toca alguna vez, obviamente. Llegado este punto siempre recuerdo a aquel empresario que avisaba a sus empleados: “Si el barco se hunde, ustedes se ahogan primero porque van abajo, yo quedo para el final porque viajo arriba”. Pero nunca dijo qué iba a pasar si, gracias a sus empleados, el barco era una pinturita y le entraban guasadas de plata, como finalmente sucedió.
Por eso —va de nuevo —es que me permito aconsejar a los lectores una eficiente, barata y saludable manera de ahorrar dinero y es, dos puntos: compre una bicicleta. Que podría ir pagando con lo que se ahorre de ómnibus. Si sube a 500 pesos el pasaje, como anuncian que podría costar, no habrá bolsillo que aguante mil pesos por día para alguien que trabaja haciendo horario corrido, pongamos de 7 a 1, que es la mayoría. A 20 días hábiles de trabajo, son 20.000 pesos por mes, sume lo que gastan en transporte su señora y sus hijos y es más o menos lo que saldría la cuota de una bicicleta doble caño. Si compra dos, en una de esas le hacen precio, quién le dice.
El consejo, si se me permite, es que no sea de carrera ni tampoco una todoterreno, ya que no la tendrá para correr la doble Santiago—Loreto ni para subir o bajar de ningún cerro. No se complique la vida buscando una con cambios, porque al final de cuentas tampoco se quiere convertir en un experto ciclista, sino solamente ir y volver del trabajo.
Dicen que, en estos días, antes de que les saquen del todo los subsidios, los colectivos se hacen esperar, en horas pico, una hora o más también. Imagínese cuando llegue la malaria en serio, vendrá uno cada seis horas, con gente hasta el buje y deberá rogar a todos los santos para que se detenga y le hagan un lugar. Con el precio de la nafta, ir al centro en la Hondita será también imposible, sin contar con que una cubierta podría salirle un ojo de la cara y la mitad del otro. ¿Tiene auto?, bueno olvídese también del auto, imposible mantenerlo con el sueldo de este año y los precios del 2024.
Por eso la solución, como lo vengo pregonando en esta página casi desde sus comienzos, es la bicicleta, amigos. No le tenga miedo, haga como si en vez de Santiago del Estero circula por una calle de Ámsterdam, en los Países Bajos. O piense mejor que es su abuelo, que vivió sano mucho tiempo, gracias a que anduvo en bicicleta hasta pasados sus ochenta años, eso que no comía nada de frutas ni verduras y se mandaba unos asados grasosos, guisos rebosantes de aceite y como entradita, en invierno, ponía a freír chorizo con cebolla y huevo y como bajativo le daba al tinto en tetra, bien sodeao para hacerlo durar.
Hágale un corte de manga a los vendedores de combustibles, búrlese de los colectiveros, compre una bicicleta o ponga en funciones la vieja, esa que está en el fondo, arrumbada con otros cachivaches y lárguese de nuevo a la aventura de sentirse un pobre más en la calle, pedaleando la ciudad, mirando las calles desde otra perspectiva.
La alternativa, usted lo sabe, es endeudarse con los malditos usureros de la Tucumán, la Pellegrini, la 9 de Julio, pidiéndoles plata solamente para subsistir, con sus tarjetas pedorras, sus dudosos resúmenes de cuentas y su legalidad siempre precaria.
La cosa viene fea, por no decir horrible. Así que, en serio, corra a comprar una bicicleta antes de que sea demasiado tarde y lo coman los piojos.
©Juan Manuel Aragón
A 27 de diciembre del 2023, en Colonia Tinco. Sisando choclos del vecino
Todos los culos negros son agrandados y ya veo q quieran volver a la CLETA "dijo ese" . Quieren C. más arriba q el C. ratas de M.
ResponderEliminarAndar en bicicleta protege de enfermedades cardíacas y respiratorias.
ResponderEliminarEstamos frente a la duda si eligió el pueblo a Pedro Picapiedras para conseguir autos de ruedas rocas ( que la calle homonima se traslada al parque) o si piensan que el rey Arturo logró que Hood Robin vuelva a ser el de antes, lleve todo a la corona quitando a los pobres
ResponderEliminar