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“Quienes han denunciado que hubo corrupción en la elección de la sede del Campeonato Mundial de Fútbol, han sido finamente silenciados”
Para el Campeonato Mundial de Fútbol que se jugará en Catar, y comienza dentro de unos días, olvídese de todo lo aprendido sobre derechos humanos. Nada de demostraciones de afecto en público, nada de alcohol, nada de manifestaciones en favor de los homosexuales. Y el mundo, que se escandaliza si en un país cualquiera le pegan a uno por ser de otra religión, raza, creencias o tener un color de piel diferente, en este caso, chitún boca.¿Con qué autoridad la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) sancionará a una tribuna cuando acuse al otro equipo de estar repleto de homosexuales, si no quiere sostener sus propias reglas de corrección política en el país anfitrión de su campeonato más emblemático? ¿No averiguaron sus autoridades si los trabajadores que construyeron los hermosos estadios fueron tratados como esclavos? ¿O todo debe dejarse de lado para que nada empañe la fiesta mundial?Quienes han denunciado que hubo corrupción en la elección Catar como sede del Campeonato Mundial de Fútbol, han sido finamente silenciados. No hubo mafiosos amenazándolos o pegándoles cuatro tiros. Para qué, en el mundo actual las mafias actúan en este caso, de otra manera, no te nombran, no enfocan las luces en lo que dices, te ignoran olímpicamente. dejas de existir, pasas a ser un muerto civil, aunque te dejen respirar.Ya se ha dicho en otras notas, el fútbol es patrimonio inmaterial de la humanidad: cualquiera organiza un campeonato e impone sus propias reglas, sus árbitros, con sistema de puntos o por eliminación, en fin. Quienes deseen ser parte de la franquicia deben seguir, necesariamente, otras reglas: inscribirse en una liga, anotarse en campeonatos, pagar derechos que sostienen la patente de corso de los altos dirigentes de la organización.
Se trata de una institución que tiene más países afiliados que los reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas y maneja miles de millones de dólares, de manera al menos poco clara, como que pesan sobre algunos de sus dirigentes los cargos soborno, fraude y lavado de dinero. La Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos, investigó desde el 2011, presuntos delitos cometidos desde 1991.
La FIFA está acusada de haber acudido a la coima, el fraude y el lavado de dinero para corromper a la apertura de los medios de comunicación y los derechos de venta de los juegos en toda América, por 150 millones de dólares, lo que incluye al menos otros 110 millones, en sobornos relacionados con la Copa América Centenario, que se celebró en Estados Unidos en el 2016.
Al parecer el soborno también se usó para influir, en los contratos de patrocinio de ropa, el proceso de selección para la Copa Mundial de la FIFA 2010 de acogida y la elección presidencial de la FIFA en el 2011.
La televisión mostró en un documental a Chuck Blazer, que fuera funcionario de fútbol de la Confederación de Fútbol de la Asociación del Norte, Centroamérica y el Caribe, ayudando a la investigación, después de su declaración secreta de responsabilidad, en un caso del 2013.
Entre las acusaciones figura el presunto soborno a la Confederación Sudamericana de Fútbol para asegurar los derechos de televisión de al menos cuatro Copa América.
Entre todos los acusados hay un argentino, Alejandro Burzaco, accionista y capo de Torneos y Competencias, la mayor productora y vendedora de campeonatos deportivos de América Hispana. Todos los contenidos de Fox Sports, el paquete de canales deportivos de DirecTV (con DirecTV Sports y The Golf Channel) y la mitad del canal TyC Sports (la otra mitad está en manos del Grupo Clarín y el Grupo Telefónica) son producidos en su empresa.
Al menos en los papeles, la entidad “madre” del fútbol mundial se mostraba a favor de la corrección política, los derechos de las minorías de todo tipo y contra la discriminación por motivos raciales, económicos, sociales, sexuales, en fin. Pero en Catar advierten que, si hallan a cualquiera tomando una latita de cerveza en la calle, lo meterán preso y se callan la boca. Nadie se puede besar en las calles, están prohibidas las manifestaciones de afecto y guay de alojarse en un hotel con la secretaria y no con la esposa, porque si lo descubren, también va preso. Pero “es parte de la idiosincrasia del país sede del campeonato”. Dicen.
Los periodistas deportivos, cuándo no, son cómplices, no cuestionan estos detalles. Es decir, cuando quieren se escandalizan porque a un jugador cualquiera desde las tribunas lo califican de “macaco”, entre otros insultos. Si te encuentras con un amigo en Catar y le das un beso en la mejilla, como se estila en la Argentina entre los hombres, corres serio riesgo de perder la libertad. Y los cronistas argentinos al menos, cierran el pico.
Los derechos humanos son un arma arrojadiza contra los enemigos de lo políticamente correcto y un refugio seguro de las izquierdas mundiales. Saben que pueden violar sus propias reglas, pues siempre hallarán cómplices en el periodismo, que esconderá sus crímenes bajo la alfombra.
Si usted tiene la decisión de viajar a Catar a mirar los partidos de la Selección Argentina, vaya nomás, disfrute, es su plata, gástela como quiera quién es uno para atajarlo. Pero si todavía no se decidió, elija cualquier otro punto del enorme mundo para descansar en un buen hotel, sentarse en un barcito en la vereda, tomar unas cervezas observando las chicas lindas que pasarán con sus minifaldas en la punta del viento, sabiendo que no lo meterán preso ni por mirar ni, mucho menos por beber. Aunque se ponga hasta el aca.
Bah, digo, ¿no?
©Juan Manuel Aragón
Cancha de Piquito, 11 de noviembre del 2022
Una vergüenza 😡 te falta poner 6000 muertos en la construcción de los estadios .ayer lo dijo fantino el único
ResponderEliminarEso es de terror 😱. Como cambiaron los valores.!!...
Pelota manchada con sangre ...
Maria lopez