Ir al contenido principal

ARGENTINISMO Qué es un sirupítico

Las molestias

Un vocablo que nunca fue muy usado en este país, pero que al menos antes era más conocido, se descula aquí para debate de los finos lectores


El vocablo sirupítico es un argentinismo que popularmente, significa persona remilgada, de modales afectados o excesivamente pudorosa. Tal vez sea un americanismo, quién le dice. Es la persona que pretende ser fina, pero con modales exagerados. El que quiere parecer más exquisito y primoroso de lo que le da redondamente el cuero.
El cursi es ridículo por lo excesivo, el sirupítico por lo tonto. El sirupítico se da aires de fino y distinguido, el mersa es lo contrario, alguien que exagera sus malos modales, a veces creyendo que están bien, pero casi siempre sabiendo lo que hace. Es de sirupíticos limpiar la silla con un pañuelo antes de sentarse, es de mersas decir “buen provecho” cuando entra a un lugar y están comiendo y es de cursi reclamar al mersa porque hizo lo que hizo.
El vocabulario de Elvio Aroldo Ávila “Cómo habla el santiagueño… y el argentino”, no la registra. En cambio, trae “upiti”. Dice que “es un sustantivo quichua que significa ano y por extensión asentaderas”. Agrega, “es una voz de empleo común en nuestra región, aunque se la suele considerar como palabra fuerte o torpe”.
Un diccionario de salteñismos topado en internet, hace que el vocablo empiece con la letra ce: “cirupítica, co. Persona fruncida, que aparenta ser lo que no es. Persona de trato distante y altanero. 2. Vieja chota.” Otro mataburros, también de la red, informa: “Fruncida, estirada, `que se hace la qué´, llena de mohínes, histérica. También vale para hombres”.
Hay poquísimas entradas en internet con este vocablo. Una de ellas informa que una tal Mariana Diarco, que tal vez sea una estrella del espectáculo en ascenso o buscando ser algo en el mundo de la tele, dice de una tal Paula Chávez y de un Pedro Alfonso, encantado, mucho gusto: “Ella con cara de cirupítica mal co… y él gato que se pasea por todos los boliches comiéndose travas, me dan asco”.
El periódico “Salta 21”, comenta la película “Australia” en la que actúan la bellísima Nicole Kidman y Hugh Jackman: “Llega como una mujercita cirupítica que se conmueve con la imagen de un canguro y parece que —por su fisonomía y estructura social— no resistirá los avatares del trabajo que le espera y mucho menos la vida en Australia”.
Los sirupíticos se multiplican con el tiempo, volviendo normales sus actitudes y palabras. Como que en la escuela primaria de la década del 60 nos daban deberes para la casa. Una compañerita escribía: ”Tareas para el hogar”. Eso era sirupítico, hasta que se impuso y hoy todas las maestras dan tareas, de tal suerte que preguntar a un chico si le han dado deberes, denuncia la edad provecta del preguntón más que la estupefacción del chico, al no entender lo que dice el abuelo. 
Pero siempre hay gente con ansias de superación en este mundo. El anónimo redactor del cartel de arriba llegó a una altura que será difícil de alcanzar, a menos que uno de estos días todos digan lo mismo. “Sepa ´interpretar´ las molestias ocasionadas”, expresa. Es decir, pide una introspección filosófica básica, para que sea el público el que aclare en su mente por qué está molesto con el trabajo del prójimo.
Para interpretar esas molestias ocasionadas, recurrir a las obras de Sigmund Freud quizás sea un camino, para acortarlo bien se podría consultar con un psicólogo o quizás con un sacerdote, en una buena confesión, porque quizás sea pecado no saber interpretar el trabajo del prójimo.
Lo único cierto es que, a la mitad del camino, cuando venía escribiendo esta nota, surgió esa fotografía, tomada cuando a la plaza Libertad la estaban remodelando. Y solucionó el problema.
Ahora, no sea sirupítico y pase esta nota a los amigos, así opinan —si es en contra mejor— y entre todos seguimos desculando cómo está formado el rico idioma español que nos tocó en suerte. Si quiere, obvio.
©Juan Manuel Aragón
PS. Otro día atacamos las palabras “mersa” y “cursi”. Cuando venga al caso, o no.

Comentarios

  1. Cursi ya lo sé. A un changuito fiero, pero fiero le pusieron " Cursi " también le dicen Cursiano . El fue criado con leche de cabra y en cada arrastras que se daba tirado en el patio del rancho , se daba unas curriadas. Me entienden verdad ?

    ResponderEliminar
  2. Interesante el artículo, aunque de escaso valor informativo por la obsolescencia del vocablo. Me mató lo de "Interpretar" las molestias......en la Muni deberían contratar a alguien con conocimientos básicos de idioma castellano para que les redacte los carteles.

    ResponderEliminar
  3. Hola! La palabra sirupítica, era de uso corriente hace unos 50 años aproxi, la usábamos para calificar a aquella personas que también decíamos eran estiradas, cogotudas o nariz parada. Generalmente se usaba en quienes se veían como de una postura de falsa dignidad. ( había olvidado esa expresión)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

HISTORIA La Casa de los Taboada

La Casa de los Taboada, recordada en El Liberal del cincuentenario Por qué pasó de manos de una familia de Santiago al gobierno de la provincia y los avatares que sucedieron en la vieja propiedad Los viejos santiagueños recuerdan que a principios de 1974 se inundó Santiago. El gobernador Carlos Arturo Juárez bautizó aquellas tormentas como “Meteoro”, nombre con el que todavía hoy algunos las recuerdan. Entre los destrozos que causó el agua, volteó una pared del inmueble de la calle Buenos Aires, que ya se conocía como “Casa de los Taboada”. Y una mujer que había trabajado toda la vida de señora culta, corrió a avisarle a Juárez que se estaba viniendo abajo el solar histórico que fuera de la familia más famosa en la provincia durante el siglo XIX. No era nada que no pudiera arreglarse, aunque ya era una casa vieja. Venía del tiempo de los Taboada, sí, pero había tenido algunas modernizaciones que la hacían habitable. Pero Juárez ordenó a la Cámara de Diputados que dictara una ley exprop

COMPETENCIA La otra maratón de El Liberal

Isaac Juárez, a la izquierda y Juan Pablo Juárez ambos corrían para el Nuevo Diario Cómo fue que el Nuevo Diario le aguó la fiesta del aniversario al diario que creía tener la vaca atada para siempre Corría el año 1996, más precisamente el mes de septiembre. El furor del Nuevo Diario era intenso y la competencia con el “Decano del Norte Argentino” no daba tregua. Es que casi después de 80 años salía una competencia atroz en el mercado de lectores de la prensa escrita en la provincia. Nuevo Diario, en Deportes, era la sección más leída porque había transformado las diferentes actividades deportivas de esa época, inclusive sumaba 24 páginas en el suplemento de los días lunes. Ya en septiembre del 94, un cronista del “Viejo” Cantos había presenciado en directo la pelea de la “Chiquita” González con el “Panza” Córdoba en Nevada, Estados Unidos, gol de media cancha. En octubre de 1993, la vuelta de Maradona a Newell´s Olds Boys de Rosario también marcaba una epopeya en eventos y el diario

EL LIBERAL Más allá de José y Antonio

Julio Boente, Julio Cesar, Virgilio y Aldo Castiglione. Detras el retrato de los que iniciaron el largo camino Las generaciones que vinieron después de José y Antonio Castiglione, hicieron al diario El Liberal más grande Por Alfredo Peláez, Fredy El Liberal no se terminó en los doctores José y Antonio Castiglione. Hubo nuevas generaciones de Castiglione al frente que lo hicieron más grande al matutino. Al fallecimiento del doctor José lo reemplazó Antonio como director general y la parte editorial quedo a cargo del doctor Aldo (hijo de José). Un hombre amable, de trato respetuoso. Pocas veces se lo vio enojado. Trataba de solucionarle cualquier problema a los empleados. Lo hizo secretario de redacción a la "Víbora" Julio Boente. Era dueño junto a su familia del Trust Joyero. Su primo, Julio César, "Toto". era el director ejecutivo, hincha fanático de Independiente. Un adelantado. En los 60-70, les decía a los de deportes que escucharan los partidos que se jugaban de