Ir al contenido principal

ELECCIONES Los Unos y los Otros

Ilustración

Las elecciones cuadreras se suceden en aquel pago con regularidad y orden: y cada uno invierte los papeles cada vez que gana


Como tantas otras veces, la elección aquella venía cuadrera. Los Unos contra los Otros, los Unos de aquí, los Otros de aquel lado. Demócratas o republicanos, peronistas o radicales, blancos o colorados, izquierda o derecha eran categorías que no importaban en esa comarca. Es más, en el redondo mundo podrían haber ganado los extraterrestres, pero a ellos lo único que les interesaba era la elección de jefe de la comuna, tres escalones más abajo que un intendente, cuarenta más arriba que un jornalero.


Fue una de las tantas veces que los Unos eran los buenos y los malos eran los Otros, los que estaban desde hacía mil años. Los Unos venían a soplar un poco de orden en la política, aire fresco, caras nuevas, renovación, juventud, algo de atrevimiento y una innovación que, a todas luces aquel pueblo venía necesitando.
Se disputaba casa por casa, manzana por manzana, barrio por barrio las preferencias de la gente, hablando con la madre, el padre, el hijo y el Espíritu Santo. Si tenían que convencer a los chicos, los Unos los convencían, hablaban con todos, con un convencimiento indestructible y una fe ciega en un futuro repleto de bienaventuranzas que se avecinaba, eso sí, si ganaban. Los Otros hacían lo mismo, no se quedaban atrás.
Ambos usaban todo lo que se necesita para ganar una elección, carteles en las paredes, gorritas, propaganda por la radio, caminatas con los candidatos, polémicas y discusiones, autos con parlantes, algún toletole en los bailes, besos a los chicos, saludos a las madres y chismes tremendistas sobre los contrincantes.
Al principio, antes de largar la carrera los Unos hicieron unir a los principales opositores, con lo que de entrada nomás se aseguraron un piso de votos que, calculaban, era un poco menos de la mitad de todos los que votaban en el pueblo. Con cada uno que convencían, le sacaban más ventaja a la contra y por eso, los últimos días les pareció que los pasarían por encima, los destrozarían, los harían pedazos. Chau, esos nunca más iban a gobernar en el pago. Empezaba una nueva era, un tiempo distinto, amanecía en el pago la esperanza de una nueva era. Renacían los viejos y buenos tiempos.
El domingo de la elección llegó, como tantas otras veces en el pueblo, sin una nube en el horizonte. Sería una jornada magnífica. A los conmilitones, compañeros, correligionarios, camaradas y amigos de cada uno les tocó la preparación de la comida en el comité para la gente que venía del campo y algo tenía que picar antes de volver, otros afilaban la punta de los lápices porque serían los encargados de contar los votos, hubo quienes se dedicaron a espiar a los Otros, para ver cómo iban. Cómo será que eran importantes que desde la Capital les mandaron a los dos partidos un abogado jovencito para que solucionara cualquier drama legal de la elección, el escrutinio o lo que fuere.
Después de las seis de la tarde comenzaron a contar los votos. Al principio cabeza a cabeza, pero después por cada uno que salía de los Unos, aparecían dos papeletas de los Otros. A las ocho de la noche, ya había un ganador y no estaba del lado de los buenos, la innovación y sarasa, sarasa, sarasa. Los Unos supieron entonces que tendrían que aguantar cuatro años más en el desierto de la oposición, el llano, el duro, sólido y cruel pavimento.
Pero, hubo varias elecciones más, y en una de esas ganaron los Unos, la pegaron, o sea, pero cuando llegaron al poder, lo primero que hicieron fue declarar que ellos eran los Otros, algo que les correspondía por derecho propio. Empezó a crecer una sorda oposición, primero larvada, después dispersa. Luego de algunos escarceos, se unieron los dos principales partidos de oposición para presentar un frente unido, sólido, compacto, contra el estate quieto que era el lema de los Otros, siempre atados a sus cargos y privilegios.
Al tiempo la rueda volvió a girar para el otro lado y lo que ayer era alpargata bigotuda con agujeros para que respiren los dedos, se hicieron zapatos lustrados, traje, corbata y maletín para viajar en camioneta oficial a la Capital, a entrevistarse con los capitostes del partido y explicarles, que ellos eran los Unos, luego habían pasado a ser los Otros, de nuevo los Unos y ahora estaban siendo los Otros, pero por poco tiempo, porque el atrevimiento y la osadía de los Unos, siempre les granjeaba simpatías en el pueblo y temían perder todo en esa rueda trituradora de esperanzas y sueños.
Los vecinos del pueblo, endemientras, siempre estaban más o menos igual, en el mismo lugar, con las mismas truncas esperanzas, sin ver la luz al final del túnel, encerrados entre las cuatro paredes de los límites de ese pago triste, mustio y olvidado. Cada cuatro años les abren la jaula sólo para decir que son libres, tanto para votar a estos o aquellos. Cuando se cierra la elección vuelven a sus trabajos, a los afanes de todos los días, a los apuros de los fines de mes cuando el consumido sueldo se vuelve escuálido. Siguen igual que cuando llegaron por primera vez los Unos y los Otros a cambiar por votos las pobres y tristes baratijas de sus palabras sin valor, sin esperanzas. Vacías, huecas, hueras, o como dijo el quichuista, *mojras.
Un lema recorre las esperanzas de los espíritus humildes de aquella comarca: “Unos y Otros son iguales, votemos a Cualquiera”. Pobres, no saben que, para estar a derecho, los Cualquiera deberán ser parte de los Unos o los Otros.
Y la rueda volverá a girar.
Siempre para el mismo lado
Juan Manuel Aragón
A 19 de junio del 2024, en Los Cardozo. Tomando unos vinos.
Ramírez de Velasco®
*Mujer machorra y estéril, según Domingo Bravo.

Comentarios

  1. Comprendido. Muy bien.

    ResponderEliminar
  2. Curiosas etapas que vivimos desde que te ofreces para que seas parte de la oferta política y la propaganda paga o interesada redoblan la apuesta. Al punto que todos y digo todos, candidatos a serlo, candidatos elegidos y los que resultan hijos o entenados, saben de las posibilidades ciertas e ilusorias de quien es el agraciado pero después si no resulta era responsabilidad del otro y no compartida. Protagonistas por autodefensa o definiciones propias, votantes que desconocian lo.que en su interior preven pero.el baile si lo paga otro y sirve para mentir va a durar lo que todos quieren salir a cadencias su persona.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

LA BANDA Sin Salamanca

Sin curro "Se acabó el curro”, fue el comentario de muchos cuando se anunció que la fiesta de lujo de los bandeños no se hará este año Un comunicado de la Municipalidad de La Banda, de hace un rato, viene a confirmar lo que por tantos años se ocultó en esa ciudad: que el festival de la Salamanca era solventado con fondos que se restaban al alumbrado, barrido y limpieza de la ciudad. Una sensación de alivio contenido recorrió los barrios del pueblo y con un suspiro muchos dijeron: “Se acabó el curro”. Han suspendido la fiesta mayor de la ciudad, por “la difícil situación económica del país” y en adhesión al “Decreto de Emergencia Económica” del Gobierno de la Provincia. El parte de la comuna dice: “Resulta imperioso tomar esta decisión con suma prudencia, con el fin de preservar la realización y éxito de nuestro Festival Nacional de La Salamanca, destacándose principalmente por la accesibilidad de sus entradas para toda la familia, la cartelera con artistas locales, nacionales e i