Título de la foto: "Segual" |
La letra hache tiene numerosas palabras que se evitan, quizás por ser muy fáciles para los amantes de las dificultades del idioma
En el breve diccionario del santiagueño exquisito que, si Dios quiere, se escribirá a cuatro manos con los lectores, cuando se llegue a la letra hache, no debería faltar la palabra “habitualidad”, que ha venido a reemplazar a la fácil y comprensible “hábitos”. Pesquemos un ejemplo en las aguas de un río catamarqueño. El santiagueño exquisito dirá “para la pesca hay que conocer la habitualidad de los pejerreyes”, mostrando así que es alguien fino, distinguido y refinado, no a cualquiera se le ocurre semejante elegancia, no señor.Para esa gente, hablar es “verbalizar” y en vez de decir hace tiempo, como la época en que la gente quería simplemente hacerse entender de la manera más simple posible, dice “hace tiempo atrás”. Imaginaos, queridos lectores a Guillermo Enrique Hudson escribiendo “Allá lejos y hace tiempo” y agregándole el atrás. Iba a ser todo un papelón, ¿no?El verbo hacer, simple sencillo, fácil de entender, lo reemplazó por varios eufemismos que suenan hórridos, pero al parecer hacen sentir importantes a quienes los escriben o pronuncian. El primero es “poder hacer”, así dicen “me encantaría poder hacer toda la tarea temprano”. Es sabido que cada vez que se topen dos verbos en infinitivo, uno sobra, y generalmente es “poder”.
Como quizás no les gusta como suena, también reemplazan hacer por “llevar a cabo” o “efectivizar”, dándose aires de ser superiores, al dominar palabras propias de la burocracia estatal de más rancio abolengo. También reemplazan al sencillo hacer por “realizar”, así dicen “hace 15 días que no le realizan el pasaporte”. Oiga, a uno le dan ganas de reírse, pero no lo hace por respeto al otro.
Al sencillo hacer cargo, lo complican con encargar “el juez lo encargó al reo por este caso”. La preposición hacia, que indica el sentido de un movimiento, una tendencia o una actitud, es asombrosamente fácil de entender y pronunciar, pero hete aquí que ahora es “hasta” y en cualquier calle de esta bendita puede oírse: “Fue encontrada en la calle mientras caminaba hasta su establecimientoEs educacional”. (Jejé, también dicen “establecimiento educacional, como si tuvieran prohibido pronunciar escuela).
A hallar ahora le dicen “localizar”, por lo que es muy común oir en las radios más acreditadas de esta comarca, al espíquer cuando pronuncia el veredicto: “En un baldío localizaron el arma el presunto homicidio”.
Otro de los colmos de la finura, oiga bien, es cambiar el sencillo hay, por “es que hay”. Dicen “ingresaré si es que hay lugar”. Usted saca el “es que” y la frase se entiende igual, pero muchos se creen, uf, Miguel de Cervantes, si hablan así y quién es uno para quitarles la ilusión.
Para los curas ya no hay herejes, ahora son, oiga bien amigo, “hermanitos separados”, como si todos hubieran tratado a los católicos de manera fraternal y no organizando horribles matanzas, desde Tomás Moro hasta hoy.
Hispanoamérica es Latinoamérica o peor todavía Indolatinoamérica. Así, cualquier palurdo, generalmente de izquierda, dirá “qué lindo es vivir en nuestra Indolatinoamérica”. Lo histórico fue reemplazado por “con historicidad”, la historieta es “cómic” y el fácil y comprensible hombre es “ser humano”. ¿O no oyó nunca “tiene una espléndida calidez de ser humano” o “es un ser humano maravilloso”? Hombre también fue reemplazado por “persona de sexo masculino” y si usted es policía diga “un masculino” nomás. En otros contextos también es mala palabra y se debe decir “hombra” o “mujero”, pero son casos casi patológicos, para ser analizados quizás por la psiquiatría.
El homenaje es un “tributo”, vé po vos, el homicidio es “asesinato”, el honesto pasó a ser “transparente” y la hora, la simple, fácil, buena y humilde hora de sesenta minutos, ahora es “horario”. Por eso alguien dirá “vino en un horario inapropiado” o “vení en otro horario, que ahora el doctor no se encuentra”. (Cuando dicen que alguien “no se encuentra”, no diga que no le dan ganas de preguntar, “pero ¿se busca?”).
Los periodistas le cambiaron el nombre a las Hortensias, y las cambiaron por “Hortencias” y el hospital es un “centro asistencial”, o más comúnmente “el citado nosocomio”.
Vocablos sencillos, fáciles de entender, usados desde siempre con una eficacia asombrosa, porque todos entendían de qué se trataba cuando se los pronunciaba, de repente se los evita, se los esquiva, se los gambetea. Como hoy, que fue reemplazado por “en el día de la fecha”, “en la fecha, “en la presente jornada”, “en el presente día”.
Así como se dice una cosa, también se dice otra, para eso ver aquí
Los huelguistas ahora son “piqueteros” y el fenómeno de las huelgas, hoy es analizado por especialistas, como “piqueterismo”. Hasta se da el caso de que gente que en el casillero de “profesión”, no pondría jamás la palabra “huelguista”, pero con gusto estampará que su oficio es ser “piquetero”, como si el nombre le agregara un estatus, categoría o clase superior.
El verbo hurtar, que significa apoderarse de algo ajeno sin fuerza en las cosas ni violencia en las personas y que todos entendían, ahora es “extraer”, como a uno que pescaron “con una conexión ilegal para extraer fluido eléctrico”. Cuando se escriba sobre la letra efe, se consignará algo sobre el eufemismo “fluido eléctrico” para decir electricidad. Pero mejor que quede para otro día.
Juan Manuel Aragón
A 19 de julio del 2024, en el barrio Huaico Hondo. Comiendo un choripán.
Ramírez de Velasco®
En la década de 1980, alguien ha dispuesto que la gilad... perdón, la gente, deje de decir "hace tiempo" o "tiempo atrás", para usar la redundancia "hace tiempo atrás", En esa época, un cantor hijo de una gran cantora, incluía en una canción la nueva genialidad. Hay gente que parece no poder decir "Hace tiempo"; tiene que decir “Allá lejos y hace tiempo”, aunque se refiera a lo que ocurrió en el mismo lugar en que está repitiendo la fórmula aprendida de memoria.
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