Ir al contenido principal

MÚSICA Shostakovih en Santiago

El vals de Shostakovich
Cómo la música soviética inspiró a los muchachos peronistas de la provincia es una cuestión que se intentará dilucidar en esta nota

La música culta soviética y una canción popular española se cruzan en su historia con Santiago del Estero. En esta nota se cuenta cómo una melodía pegadiza pasó por el Buenos Aires de 1945 y llegó a esta provincia. Hoy está inscrita en las memorias del anecdotario pueblerino de la mano de Carlos Arturo Juárez, el increíble gobernador que los santiagueños votaron en cinco elecciones, convirtiéndolo en nombre de hotel: Carlos V.
Esta es la historia:
Dmitri Shostakovich, compositor, director de orquesta y pianista soviético, fue uno de los músicos más importantes del siglo XX. Nacido en septiembre de 1906, alcanzó una temprana fama en la Unión Soviética, pero tuvo una relación compleja con el gobierno.
Fue miembro del Sóviet Supremo de la Unión Soviética (desde 1962 hasta su muerte), y presidente de la Unión de Compositores de la Unión Soviética entre 1960 y 1968. A lo largo de su carrera, obtuvo varios premios importantes, incluida la Orden de Lenin, del gobierno soviético.
Entre sus composiciones, figura el “Vals número 2 de su Suite de Jazz número 2”, que podría haber sido un plagio inconsciente de “Yo te daré… café”, canción popular española, anotada en 1940 por el notable músico Ramón Aramburu Sarasola, a su nombre, en el registro central de la propiedad intelectual de la Madre Patria, como el apunte 76.612. En su estribillo la canción dice: “Yo te daré, // te daré, niña hermosa, // te daré una cosa, // una cosa que yo solo sé: // ¡café!”.
En 1945, cuando Juan Domingo Perón se presentó como candidato a presidente de la Nación, entre los múltiples cantitos que entonaban sus seguidores, figuraba esta música, con la letra ligeramente cambiada, para adaptarla a las circunstancias: Yo te daré, // te daré, patria hermosa, // te daré una cosa, // una cosa que empieza con pe: // ¡Perón!”. Está bien, ya no estaba el café para hacerlo rimar con “daré”, pero tenía un mensaje contundente y eufónico, que es lo que se pide a las composiciones de tipo político.
En 1983, Carlos Arturo Juárez volvió a ser gobernador de Santiago del Estero. Era la tercera vez que llegaba al cargo, ya como hombre maduro. Estaba sentando las bases quizás para entrar a la historia a la manera antigua, como un gobernante austero y ahorrativo, se decía que tenía siempre ahorrado el presupuesto de un mes de la Provincia para usarlo en cualquier contingencia. Su segunda mujer, tallaba en el gobierno no como simple consorte sino como cabeza de lo que se llamó la “Rama Femenina”.
Después de un susto, cuando la Unión Cívica Radical ganó las elecciones para reformar la Constitución de la Provincia e impidió que fuera a un segundo mandato consecutivo, afinó bien la puntería y se dispuso a no perder una elección nunca más. Era todopoderoso. En algún acto político de los muchos que había en ese entonces, por emular a los extintos peronistas, sus seguidores entonaron el mismo estribillo: Yo te daré, // te daré, patria hermosa, // te daré una cosa” y ahí quedaron perplejos unos instantes, hasta que a uno se le ocurrió: “una cosa que empieza con ge: ¡Juaré!”.

Leer más: en esta nota se cuenta cómo hacía el caudillo santiagueño para recordar a quienes lo visitaban

Listo, asunto solucionado, qué tanto gregré para decir Greta. Al final los muchachos peronistas estaban en un acto partidario, festejando con vino en tetra, mirá si se iban a andar fijando en ortografía, sintaxis, semánticas, tonterías: “Juárez empieza con ge”, dijeron machados los changos.
A alguien en el gobierno no le gustó que los seguidores del “Doctor” (así lo llamaban), fueran tan ignorantes como para cambiar la primera letra de su apellido. Al observar que la primera versión de la historia la escriben los diarios, uno del diario El Liberal reemplazó la parte de “una cosa que empieza con ge”, por “una cosa que empieza con fe”, seguía siendo ridículo, pero al menos evitaba el papelón, gracias al chupamedias que nunca falta en la redacción de todos los diarios de la Argentina y, se supone, del mundo.
Pero la historia es lo que es amigo, y muchas veces se empecina en mostrar los hechos tal como sucedieron por más que los olfas de siempre intenten cambiarla a su favor. En los actos que se hicieron después, los muchachos siguieron cantando “una cosa que empieza con ge”. Pero en ese tiempo poco se leían los diarios, anticipando una tendencia que hoy es mundal.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. "Si los muchachos quieren que sea con G... ¡Que sea con G!" (Dr. Juárez, en un reportaje de la televisión local).

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS Del 8 de julio

¿Mengele o Ascher? En 1985, el juez del crimen de La Banda empieza un expediente para dilucidar si un criminal nazi había vivido en esa ciudad El 8 de julio de 1985, el juez del crimen de La Banda Andrés Francisco Miotti inicia una investigación para saber si Gualterio o Walter Ascher era el criminal de guerra nazi José Mengele. Unos días antes, el diario El Liberal había publicado una sensacional historia, casi una confirmación de la leyenda urbana que sostenía que un criminal de guerra nazi, había vivido en La Banda con un nombre supuesto. Walter o Gualterio Ascher había vivido en La Banda entre fines de la década del 40 y principios del 50 y se sospechaba que podría haber sido un nazi prófugo de los tribunales de Núremberg. Para iniciar su investigación, el fotoperiodista Jesús del Carmen Martínez, conocido como “Chito”, amplió una fotografía de Mengele, tomada de un libro sobre la II Guerra Mundial y la mostró a quienes decían haber conocido a Ascher. Les preguntaba si sabían ...

TRENES Voces de madrugada

Johny Barrionuevo canta en el Urquiza Un cantor santiagueño recorre el Roca llevando canciones del alma, recuerdos del pago y la memoria de los amigos que quedaron atrás Todos los días salgo de mi casa, Pellegrini 1458, Burzaco, bien de madrugada. Trabajo en el tren Roca, pero no soy ferroviario. Soy el que ameniza el viaje de los pasajeros, cantando canciones que quizás les quedaron prendidas en el alma como abrojo en la tira de las zapatillas, y les recuerdo su infancia, su juventud, allá lejos, algún bosque norteño, con los parientes que se quedaron para siempre jóvenes en sus pensamientos. También voy a fiestas; me llaman para amenizar asados, celebraciones, esas cosas. Fue mucho mi penar andando lejos del pago Tanto correr pa' llegar a ningún lado Y estaba donde nací lo que buscaba por ahí. Me despierto a las cinco de la mañana y a las seis y media ya estoy en el tren, siempre cantando lo mismo. "La del Puente Carretero" y "Añoranzas" no pueden faltar; cuan...

ÉPOCA Viejos son los viejos

Un viejo Uno tiene solamente la edad que marca el almanaque: porque la juventud no es una cuestión de voluntad sino del reloj ¿De qué tiempo sos?, me preguntan a veces mis hijos. No sé, no tengo idea, respondo; de este, creo, y seguirá siendo mi tiempo hasta que me muera. Bueno, de qué tiempo vienes, aclaran, porque ahora son todos de la “generación X”, la “generación Y” o la “generación Z”. No, les digo. Vengo de una época en que a veces los hombres tomaban hasta emborracharse deltodamente y caer desmayados, pero una dama, una señorita, una mujer, a lo sumo sorbía una copita y se alegraba un poco, nada más. No como ahora, que los domingos a la mañana andan tiradas por las calles, y el lunes no sabrán qué hicieron, con quién o con cuántos ni dónde ni —peor todavía— cómo. En esos tiempos una mujer era más bella cuando más mujer era, no cuando se parecía a los hombres; a esas les decíamos “marimachos”, así, redondamente. Vengo del tiempo en que la gente se miraba cara a cara para hablar,...

BICHOS Me presento, soy la juanita

Hedionda juanita Breve historia de un molesto bicho que todos los veranos vuelve a los pueblos con su historia a cuestas Yo soy la juanita, así nomás, con minúsculas, porque soy nombre genérico, como león, torcaza, omeprazol. Nada de delicadezas ortográficas para mí. Las únicas que llevan mayúscula son Juanita Simón, Juanita Viale, Juanita Tinelli, Juanita Repetto, sor Juana Inés de la Cruz. A nosotras nadie nos invita a una foto ni a una alfombra roja; con suerte ligamos un chancletazo bien aplicado. En las tradiciones argentinas, al menos, no figuramos como protagonistas de ninguna leyenda, cuento, mito, fábula, novela o quimera. Ni siquiera se dignaron a inventarnos una superstición digna, de esas que asustan changuitos. Y eso que nuestra pestilente presencia, si algo tiene, es potencial narrativo. Sin embargo, apenas ocupamos un rincón mínimo del acervo pop-folklórico del país. En la Sociedad Argentina de Autores y Compositores hay contadas canciones que llevan mi nombre —con o sin...

1999 CALENDARIO NACIONAL Menem

Rubén Ale, "La Chancha" El 3 de diciembre de 1999, Carlos Saúl Menem visita Tucumán por última vez, como presidente de la Nación, lo custodian los Ale El 3 de diciembre de 1999, Carlos Saúl Menem realizó su última visita oficial a Tucumán como presidente de la Nación. Asistió a actos institucionales y partidarios en medio de un fuerte operativo de seguridad, en el que participó activamente el clan Ale, grupo con influencia en la provincia. El desplazamiento se produjo pocos días antes de dejar la Casa Rosada tras dos mandatos consecutivos. La presencia de figuras vinculadas al entorno criminal local quedó registrada en informes judiciales y periodísticos de la época. La visita tuvo como eje principal la inauguración de obras públicas y la participación en un acto político del Partido Justicialista. Menem llegó al aeropuerto Benjamín Matienzo en horas de la mañana y fue recibido por el gobernador Julio Miranda, junto a funcionarios provinciales y dirigentes partidarios. El via...