Hornero, por Jorge Llugdar Según cuentan, era el ave más bella del monte, pero un día eligió ser obrero de la construcción: por qué lo hizo El hornero no siempre tuvo esa pintita color tierra, de afiliado al gremio de los obreros de la construcción. En los tiempos de antes era la más bella ave del monte, más hermosa que un pavo real o que esos papagayos que aparecen en las láminas de los libros de lectura. Además, cantaba que era una maravilla. Con decirle que los animales cesaban en su mutua persecución cuando el hornero ofrecía un concierto. El puma dejaba de acosar a las cabras, el cuervo no revoloteaba las osamentas, la hormiga no comía las plantas de la gente, la abeja no libaba néctar de las flores. Todos estaban en paz cuando entonaba sus canciones, porque oírlo era una maravilla. Sin embargo, era un bichito sencillo. No se creía más que nadie porque Dios le hubiera dado ese don: unos nacen para ser abogados, otros para empleados públicos, maestras, martilleros, contadores, bomb...
Lucio Mansilla El 30 de marzo de 1870 Lucio Víctor Mansilla parte hacia las tierras del cacique Mariano Rosas y dos meses después publica “Una excursión a los indios ranqueles” El 30 de marzo de 1870: en el fuerte Sarmiento (actual Río Cuarto), el coronel Lucio Víctor Mansilla parte en una expedición pacífica de 18 días hacia las tierras del cacique ranquel Mariano Rosas. Dos meses después publicará ese relato como “Una excursión a los indios ranqueles”. El libro obra emblemática de la literatura argentina, que combina crónica, relato de viaje y ensayo, narra las experiencias del autor durante su viaje al territorio de los indios, en un momento marcado por tensiones entre los pueblos indígenas y el Estado nacional en proceso de consolidación. Mansilla, militar, escritor y político, emprendió esta expedición en 1867 para negociar un tratado de paz con los ranqueles, una de las comunidades indígenas que resistían la expansión del territorio argentino. Sin embargo, el texto trasciende su ...