San José dormido, sueña Un texto escrito al calor de uno de los tantos días que el mundo secularizado ideó para gambetear a los santos Todos los días es día de algo, del perro, del gato, del niño, del padre, de la madre, del mono, del arquero, de la yerba mate, del bombo, del pasto hachado, de la madrastra, del piano de cola, de la Pachamama, del ropero, de la guitarra, del guiso carrero, de la enfermera, del abogado, del pañuelo usado. Todo lo que camina sobre la tierra, vuela en el cielo, nada en el agua, trepa las montañas, nada en las lagunas, patina en el hielo, surfea en las olas o esquiva a los acreedores, tiene su día. Nada como un día sin connotaciones religiosas, sólo nuestro, bien masón y ateo, para recordar a los panaderos, a las mucamas, a los canillitas, a los aceiteros, a los carpinteros, a los periodistas a los lustrines, a los soderos, a los mozos, a los vendedores, a los empleados públicos, a los policías, a los ladrones, a los jugadores, a los abstemios y a los tomad
Diocleciano El 20 de noviembre del 284, Diocleciano, elegido emperador, restauró la estabilidad del imperio El 20 de noviembre del 284, en Roma, Diocleciano fue elegido emperador. Gobernó hasta el 305 y es recordado por haber restaurado la estabilidad del imperio tras un período de casi anarquía durante el siglo III. Nacido en Dalmacia, de orígenes humildes, llegó al poder a través del ejército y se consolidó como uno de los reformadores más importantes de Roma. Su reorganización administrativa, fiscal y militar sentó las bases para el Imperio bizantino en Oriente y fortaleció temporalmente al decadente Imperio de Occidente. Durante su reinado también se produjo la última gran persecución de cristianos. Su biografía está oscurecida por la retórica y la falta de fuentes confiables, ya que muchos detalles se basan en leyendas o en documentos de dudosa veracidad. Aunque se sabe poco sobre sus orígenes, su padre probablemente fue un escriba o un esclavo liberado de un senador. Diocleciano