Ir al contenido principal

CUENTO La hija vegana

Chica vegana

En el que se narra cómo hizo para sacarle las ideas raras a la hija que le salió medio rebelde


Contaba Pedrito que en su juventud había sido cuatrero hasta que lo metieron preso, después de que se llevó unas vacas que, mire lo que son las cosas, habían sabido ser del comisario del pueblo. Estuvo en la Alsina 850 un año hasta que lo largaron, después de todo no era tanto. Pero la lección le sirvió, decía que había visto cosas tan terribles estando adentro, que haría lo posible por no caer nunca más.
Abandonó el cuatrerismo y se dedicó a criar ganado menor, cabras, ovejas, cuchis, algo de gallinas, al lado del caño de agua que le puso la comuna instaló una huerta con semillas que compraba en el almacén o se agenciaba de los pimientos y tomates que traía el verdulero. Y vivía de hacer changas. Alguien necesitaba un capachero para ayudarlo en la construcción, o uno para descargar un camión o pintar una casa y ahí estaba, a todo trabajo se hacía, a cualquier tarea se le animaba, aunque mucho no sabía y no había estudiado no había tarea que desechara.
Tenía siete hijos, cuatro mujeres al hilo buscando el varoncito y después tres machitos, como para desmentir la buena suerte de haber tenido solamente chancletas. Casi todos le había salido buenos chicos, buenos alumnos, buenos críos, trabajadores como él. Mientras la mayor estudiaba para maestra y se estaba por recibir, el *shuica andaba en primer grado, por lo que todas las edades poblaban con sus voces la mesa familiar, el patio, los corrales y el cercano bosquecito de algarrobos.
Casi todos, porque la segunda de las hijas le había salido respondona, rebelde, medio boca dura, lo que se dice. Sus 19 años, un día le salió con que se había convertido en vegana y no comería más carne ni ningún producto que hubiera tenido contacto con el plástico. Dijo que se alimentaría solamente con productos de la huerta y que dejen nomás, que ella la cuidaría. 
Hombre práctico, Pedrito primero se hizo asesorar con la directora de la escuela para que le dijera qué era eso de ser vegano. Le explicaron que más que un régimen de comidas era una manera de ver la vida, rechazando toda explotación de los animales y alimentándose solamente con vegetales orgánicos, es decir que no hubieran tenido contacto con pesticidas, insecticidas, esas cosas. “Estamos jodidos”, pensó. Porque justamente su huertita reunía esas características.
Entonces se acordó de que en la cárcel había aprendido que, si un preso decía que haría huelga de hambre, se lo apartaba de los demás y se lo ponía en otro lugar para que tomara solamente agua, sin posibilidades de que nadie le alcanzara ni un pan. Casi todos abandonaban a las pocas horas.
El segundo día de la hija como nueva habitante del mundo marciano, cuando fue a cortar lechuga a la huerta, la detuvo. “Esa lechuga no es vegana”, le dijo. “¿Por qué no?”. “Porque la tierra está abonada con guano de la vaca”. “Y eso qué tiene que ver”. “Bueno, acordate de que a la vaca la hemos vacunado, así que su bosta está contaminada”.


La chica se encaminó a la casa y quiso agarrar una banana. “No señorita, no puede comer eso”. “¿Y ahora qué?”. “La banana no tiene el certificado de orgánica”. Tampoco la dejó comer pan, porque lo habían traído de la panadería en una bolsa de plástico, que seguramente lo contaminó. Después de un rato de perseguirla, la chica cansada, le preguntó qué podía comer. “Ahí tienes mistol, algarroba, chañar, hija”, la sacó de la duda. “Pero papá, todavía no es tiempo”. “Bueno, espere y en el verano coma todos los que quiera, nadie la va a atajar”. “Eh, papá, ¿vos quieres que me muera de hambre?”. “No solamente que comas el guiso de gallina que está haciendo tu mama”. “Sos malo, ¿no?”. “No hija, no soy malo, solamente soy pobre, así que no puedo permitirme que una hija tenga caprichos de niña rica”
Al final la chica se olvidó del veganismo. Ahora se pone las patas para arriba en el patio y dice que está practicando yoga. Algo se le va a ocurrir a Pedrito para encaminarla. Endemientras, mañana le toca ir al almacén a descargar un camión de harina. Con lo que le paguen comprará alfa para la mula y si le alcanza, maíz para las gallinas.
Juan Manuel Aragón
A 7 de agosto del 2024, en la Belgrano Gorriti. Dando gracias a San Cayetano.
Ramírez de Velasco®
*El menor

Comentarios

  1. Buen día. Soy Pilpinto Santos y pregunto ¿ ud la conoce a esa chica hervivora ? a mi me gusta así con las patitas pa arriba y dígale que yo me sacrificare pa mantenerla. Gracias

    ResponderEliminar
  2. Aquí en los "Estates" se ve y se interactúa con varios de esos veranos. De mi padre gastroenterólogo aprendí algunos comentarios y preguntas para hacerles, luego de los cuales generalmente quedan bastante desubicados y flojos de argumentos.
    Pero hay quienes persisten, y entonces a algunos les digo que soy carnívoro pero en realidad me identifico como vegano.
    Y a otros les aclaro que en La Argentina, en realidad somos todos veganos, solo que tercerizamos el veganismo usando a las vacas como intermediarios (o como le dicen en Silípica "outsourcing"). Les digo que solo comemos vacas veganas que consuman pastura orgánica.
    Les aclaro a estos veganos que además de paso nos aseguramos que sean vacas de emisión cero, para contribuir contra el cambio climático, porque a la emisión de CO2 que generan se la absorbe el pasto que despues comen.
    Lo más curioso es que me creen.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

CARABAJAL Los hermanos no son unidos

La nota en El Liberal La historia al parecer no es como se quiso que apareciera en el diario El Liberal, hay un trasfondo que debe salir a la luz Por Alfredo Peláez, Fredy "Los hermanos sean unidos / porque ésa es la ley primera, / tengan unión verdadera, / en cualquier tiempo que sea, / porque si entre ellos se pelean / los devoran los de ajuera". Los célebres versos del Martín Fierro. Esta nota va a costar escribirla. Porque se trata de dos entrañables amigos. De dos hermanos de la vida. Kali y Musha. Musha y Kali Carabajal. No tenemos la misma sangre, pero es como si la tuviéramos. Amigos de años. Pasajeros del tiempo. Marcelo Jozami publicó hoy en El Libera “LosCarabajal inicia una etapa con nuevos integrantes”, además de la inclusión de instrumentos de percusión y de viento en el afán de volver a una sonoridad de raíz. El cambio más notorio se da en uno de sus tradicionales integrantes, Mario Rolando Carabajal, ”Musha”, quien atraviesa por una delicada situación de salu...

EXCLUSIVO Kali, el que faltaba hablar

Kali Carabajal La voz que faltaba para completar la historia de los Carabajal dijo su verdad en una entrevista que brindó al corresponsal en Mar del Plata Alfredo Peláez, Fredy En el periodismo aprendí a moverme con cautela. A no ir más allá de lo que la circunstancia merece, y no pasar jamás sobre los otros. Nobleza obliga. No podía darle voz al querido amigo Musha y silenciar al otro querido hermano de la vida, Kali, el eterno Carabajal, como alguna vez supe bautizarlo. es el más antiguo del grupo, de la época del mítico Agustín, el fundador. Ya estaba en el baile y no quedaba otra que bailar. Con más dudas que certezas lo llamé a Kali. Al teléfono me respondió: —Hola hermano querido. A vos no te puedo mentir. Musha, mi querido hermano, no se portó bien con el grupo. Mas que Mario, su esposa Miriam. Después de actuar en Cosquín, fuimos a Recreo, Musha ya estaba enfermo y no viajó. Al retornar le dimos su parte. Como correspondía. Como por su enfermedad no podía hablar, nos comunicamo...

1942 AGENDA PROVINCIAL Zurita

Carlos Zurita, y detrás Gilda Roldán y Francisco Santucho El 31 de marzo de 1942 nace Carlos Zurita, sociólogo, poeta, escritor y académico que combina las ciencias sociales con la creación literaria El 31 de marzo de 1942 nació Carlos Virgilio Zurita en Santiago del Estero. Sociólogo, poeta, escritor y académico, tiene una trayectoria que combina el rigor de las ciencias sociales con la sensibilidad de la creación literaria. En Santiago ha dejado una marca significativa en el ámbito intelectual como en el cultural. Su formación académica y su labor profesional lo han convertido en una figura destacada de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, en la que ocupó papeles clave y ha contribuido a la institucionalización de las ciencias sociales en la región. Es licenciado en Sociología y obtuvo su doctorado en esta disciplina por la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires. Completó su formación con estudios de posgrado en la Comisión Económica para...

LEYENDA El hornero

Hornero, por Jorge Llugdar Según cuentan, era el ave más bella del monte, pero un día eligió ser obrero de la construcción: por qué lo hizo El hornero no siempre tuvo esa pintita color tierra, de afiliado al gremio de los obreros de la construcción. En los tiempos de antes era la más bella ave del monte, más hermosa que un pavo real o que esos papagayos que aparecen en las láminas de los libros de lectura. Además, cantaba que era una maravilla. Con decirle que los animales cesaban en su mutua persecución cuando el hornero ofrecía un concierto. El puma dejaba de acosar a las cabras, el cuervo no revoloteaba las osamentas, la hormiga no comía las plantas de la gente, la abeja no libaba néctar de las flores. Todos estaban en paz cuando entonaba sus canciones, porque oírlo era una maravilla. Sin embargo, era un bichito sencillo. No se creía más que nadie porque Dios le hubiera dado ese don: unos nacen para ser abogados, otros para empleados públicos, maestras, martilleros, contadores, bomb...

COSTUMBRES ¿El mate?, amargo por supuesto

El Che, posiblemente con mate amargo Aunque es popular cebarlo dulce, sobre todo en el norte, el que se toma sin azúcar también tiene sus adeptos, sobre todo entre gente sedentaria Cebar mate amargo es otra cosa, amigos. El mate dulce tiene una serie de ritos, ceremonias, etiquetas y cordialidades de las que carece cuando no lleva azúcar ni edulcorante artificial ni miel ni ninguna otra cosa más que agua caliente, ya sea del termo o directamente de la pava, esa Negra con sarro que es la dueña de la cocina en los hogares más humildes de la Argentina. El mate amargo, generalmente bebido en solitario, es la bebida de los que trabajan con las manos, como escritores, mecánicos algunos artesanos. Cuando es dulce en cambio se presta para la charla, el acercamiento de amigos, la cordial invitación a sentarse en amable rueda, la conversación amena, la expansión entre conocidos. Quienquiera que haya visitado el norte de la Argentina, sabrá que en estos pagos es mucho más popular el mate dulce, a...